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P.O.V SANDRA

Cuando Rocío me avisó que fuese por Mónica me fui corriendo hasta un sólo lugar donde podría estar ella, su jardín, siempre que algo fuerte le pasaba, iba hasta la mansión y se lanzaba en el gran jardín, dónde se relajaba con el verde de aquel lugar, con los lirios, con los árboles, con las rosas. El tiempo estuvo a mi favor, el tráfico estuvo a mi favor, la vida estuvo a mi favor, en menos de lo creído llegué al estacionamiento de aquella gigante casa, aparqué el carro y bajé. Caminé hasta donde pensé que estaría Mónica y exactamente allí estaba, sonreí internamente al verla sentada frente a los lirios, no cambiaba.

San: Nunca he entendido porque cuando te quieres esconder del mundo, vienes al lugar donde menos escondida estás. - se encogió de hombros más no volteó -
Mon: no me escondo aquí, me relajo aquí, es tranquilizador este jardín - asiento mientras me siento a su lado -

Voltea a verme y la abrazo, sé que no esta bien, tampoco entiendo porqué no se casó, hasta lo que sé ese era su plan, pero aquí estamos en su jardín, abrazadas, y ella empezó a llorar, me alejo y veo su rostro, que ahora estaba rojo, jamás me ha gustado verla llorar, frunció los labios creando un adorable puchero y sonreí de lado.

San: ¿Por qué? - bajó la mirada - déjame entenderte - le borraba unas lágrimas que se hacían presentes -
Mon: me dio terror mi futuro, en unos años con él pero sin ti, Sandra no podía hacerlo, mi... - se quedó en silencio -
San: ¿tú que?
Mon: mi corazón pertenece a una rubia preciosa que cuando me mira me hace flaquear, mis pulsaciones se aceleran y no paro de reírme gracias a ella - mi corazón late acelerado y por segundos sentí que se paralizaba - Sandra sé que siempre te dije que sólo podíamos ser amigas por mi situación y porque Blanca te odia pero te amo, no puedo solo casarme con alguien más cuando tú - la silencie con un beso -
San: hablabas mucho - le dije al separarme de ella - yo... ¡Maldición, Mónica te amo! - volví a besarla ya no había lágrimas saladas, su lengua pidió permiso para acceder a mi boca y sin dudar se la di -

Era nuestro mayor secreto, Mónica siempre fue mi amor, podíamos estar con otras personas pero siempre volvíamos a nosotras. Un día a los 22 años llegó a mi casa diciendo que no tenía más miedos, y que si iba a hacer algo por primera vez como todo en la vida desde que estamos juntas, lo haría conmigo, no entendí al principio hasta que me besó, y se volvió más intenso, ese día perdió su virginidad conmigo, la perdimos porque yo todavía lo era para ese entonces. Mónica aunque la conozco desde chiquita, fue a los 14 años cuando empezamos a sentir algo mutuamente, ahora se que no era sólo atracción lo que hemos tenido estos años, de mi parte siempre supe que estaba enamorada de ella.

San: Moni - fija su mirada en mí - ¿Qué pasará ahora? - suspira -
Mon: no quiero seguir escondiéndome por miedo al que dirán, ni por decepcionar a Franco, ni a Blanca, no quiero seguir esta farsa donde se supone que soy la perfecta Mónica Fuentes - sonreí -
San: seas la orientación que seas, sigues siendo la perfecta Mónica Fuentes - nos reímos y me pegó en el hombro - en serio, Mónica tú eres una reina, siempre donde te pares las miradas van a ti, porque tú eres lo más hermoso pero no le digas a Rocío que te dije esto, me mata - alzó una ceja y luego explotamos en risa y la abracé fuerte -
Mon: te amo Sandra McCartney - me quedé sorprendida por sus palabras y sonreí como si fuese el último día del año y sé que fue mi mejor año -
San: ven acá - la volví a besar pero era un beso más corto, más casto - te amo Mónica Ysabel - me fulminó con la mirada y me reí para luego dejarle un beso en la nariz, instantáneamente cerró los ojos -

Duramos un rato en el jardín hablando de banalidades, trivialidades, nos reíamos de los recuerdos, nos hacíamos cariños, sólo éramos un par de locas enamoradas que en unos años cuando tengamos nietos les contaremos todas nuestras aventuras. Después de todo, fuimos hasta el estacionamiento de la mansión donde vimos llegar a Rocío quién feliz salió corriendo para abrazarnos, ¿Qué si tengo miedo de la reacción de Blanca? Sí, claro que la tengo, pero amo a Mónica siempre lo he hecho y no voy a dejarla menos ahora que dejó la boda por nosotras, es el amor de mi vida siempre lo supe y hoy lo reafirmo, sonrío feliz de tenerla a mi lado.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora