17.

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Después de aquella tarde donde mi hermana salió corriendo de su boda, todo en la familia se volvió un caos, según mi madre "La perfecta Mónica se desbarató esa tarde" mi padre estaba feliz y yo orgullosa de mi hermana mayor.

Pero la cosa no acaba allí, yo siempre supe o al menos sentí que Mónica escondía muchísimas cosas, era lo que mi padre quería, lo que Blanca soñaba, pero no lo que ella sentía, bueno esa misma tarde cuando llegaron mis padres, yo saltaba de la emoción cuando nos presentó a su verdadero amor, nada más y nada menos que Sandra McCartney, su mejor amiga de toda la vida. Por lo que Mónica nos contó llevan una relación de más de 10 años, ¿cómo no sospeché algo? Eran muy astutas, claro quien pensaría que tienen algo, si Sandra la habíamos visto con novios y bueno mi hermana se iba a casar. Yo las apoyé claro que sí, mi padre estaba en un trance, como que no asimilaba todo, en cambio Blanca pegó el grito en el cielo, oh por cierto, también se desmayó, todo fue un real show montado por Blanca Davis.

Después de todo ello, vi más feliz a Moni, mi madre le dejó de hablar pero conociéndola se le pasará, jamás pudo separar a Sandra y Mónica a esta actualidad menos lo hará, ella lo sabe. Y mi padre luego habló con Mónica a puerta cerrada, como una vez lo hizo conmigo, el buen punto es que Franco las apoya, bueno él siempre quiso a Sandra y siempre recalcó que quería vernos felices, así que "aprobó" la relación de mis hermanas, bueno ahora mi hermana y cuñada, caótico pero no paro de reírme solo de recordarlo.

En cuanto a mí, hoy me toca salir con mi madre, no veo la hora de que se acabé este aburrido castigo y volver a mi mundo, Cinthya viene siempre a verme, a veces, se molesta que estoy siempre con Rubí, por favor sólo ella se molesta por eso. Cuando vio a Sandra en mi casa casi se muere y casi la mata, Sandra le contó todo a mi hermana y ambas no dejaban de reírse en la cara de Cinthya ya de por sí mi hermana odia a mi novia, rodé los ojos, todo ha ido tan normal que lo odio.

Bla: Rocío baja, se nos hace tarde - gritó mi madre desde planta baja -
Ro: voy madre - me terminé de arreglar, esta vez opté por algo más yo, una camisa negra con los números "69" unos pantalones azules pegados al cuerpo, y mi chamarra favorita, unos zapatos Adidas y mi cabello lo dejé suelto, no me quise maquillar, así que agarré mis lentes de pasta y me los puse -
Bla: por Dios Rocío ¿por qué tar... - ya estaba preparada para el sermón - vámonos se hace tarde y alégrate que hoy no vamos al club o te devolvería a cambiarte - sonreí y negué para luego salir y montarnos en la camioneta -
Ro: ¿Para dónde vamos hoy?
Bla: - quitó la mirada de su celular para fijarla en mí - al orfanato - rodé los ojos -
Ro: ¿cuál de todos Madre? - ahora ella rodaba los ojos -
Bla: al orfanato señor de Dios Rocío ¿otra pregunta? - alzó la mirada y yo me quedé petrificada pero negué y volvió a lo suyo -

Iba a ese lugar otra vez, no es que no me guste, la verdad sí, los niños son una preciosura, echo de menos a David y Louis, también a Isabella, pero ir significaba una cosa, y era verla también a ella, mis pulsaciones se aceleran al igual que mi corazón y sólo quiero salir corriendo, algo me produce esa monja y me da miedo, mucho miedo.

Unos minutos más tarde, llegamos a aquel orfanato donde pensé no regresar después de esa fiesta de gala, pero aquí estaba bajándome de la camioneta de mi madre junto a ella, caminamos hasta la entrada y las madres Kenya y Daniela nos recibieron y las saludamos cordial, luego de entrar todos los niños corrieron hacia 1mi madre para abrazarla, y al notar mi presencia vinieron a mí, me reía mientras los saludaba a todos.

Bla: Julieth pero que sorpresa verte aquí - volteé al oír su risa y me idiotice -
Jul: Hola señora Blanca, siempre es un gusto verla - se saludaron y volteó a verme - Hola Rocío - maldición Julieth no sonrías que me derrites, me matas - ¿Cómo te va? - asentí -
Ro: muy... muy bien Julieth, es un gusto verla - sonríe mientras su mirada me penetra y por primera vez me siento desnuda ante alguien, mis piernas por segundos flaquearon -
Jul: bueno creo que si no vas a jugar con ellos - señala a los niños - ellos no van a dejarte tranquila - asentí y les sonreí -
Ro: ¿chicos quieren jugar conmigo al escondite? - todos gritaban eufóricos - las dejo madres, nos vemos luego yo me voy con estas pulguitas a jugar - las madres y Blanca se reían pero sólo la risa de Julieth me hacía flaquear -

Me fui con los niños porque realmente era lo mejor, verla me hacía temblar, flaquear, no parecía yo, a su lado no era yo y eso en cierta parte me molesta, nunca he creído en Dios, pero es monja por favor, tampoco abusar, no entiendo mis emociones, no entiendo mis signos vitales, no entiendo mi cuerpo, con nadie nunca me sentí así, ni siquiera con Olivia que bueno fue mi primera novia, mi primer beso, incluso mi primera vez.

Pasé el resto de la tarde con los niños, como la primera vez, luego ayudé a las madres Sonya y Jordana con los niños, y de último les conté un cuento, para rectificar que estaban dormidos, un momento sentí una mirada detrás de mí y volteé para ver a Julieth sonriente apoyada en el umbral de la puerta ¿está mujer nunca deja de sonreír? Molesta debe ser el mismo demonio, suspiré pesadamente, y cerré el cuento, para arropar a Louis quién dormía plácidamente y con el dedo pulgar metido en la boca, sonreí porque me dio tanta ternura.

Jul: serías una maravillosa madre en un futuro - me levanté y me acerqué a la puerta mientras reí por debajo -
Ro: no creo, Louis y los niños me parecen unos niños preciosos, pero no me veo como madre
Jul: una lástima, aparte tus hijos saldrían preciosos, como tú - ahora sí, sentía que en cualquier momento me iba a dar un ataque cardíaco - piénsalo quizá en un futuro cambies de opinión
Ro: y ¿usted nunca quiso tener hijos? - su sonrisa se esfumó, pero no estaba molesta, estaba tensa y en sus ojos se notaba una tristeza - perdón si hice una pregunta imprudente - negó varias veces -
Jul: sí, una vez fue uno de mis sueños - la miré lo que quizá podía ser una eternidad pero realmente era segundos y carraspeo - pero luego decidí servirle a nuestro padre y heme aquí - sonríe de nuevo y mis signos vitales volvieron a dispararse -
Ro: entiendo, bueno seguro hubieses tenido unos hijos hermosos, con los ojos más hermosos y esos hoyuelos como los suyos - sonreí y metí mis manos en la chamarra, los nervios me mataban -
Jul: gracias por el halago cariño - se ríe por lo bajo - yo quería hablar contigo Rocío - la veo, esperando a que me dirá - quería disculparme por salir corriendo esa noche, yo me sentía mal, no sé que me cayó mal pero tenía nauseas, lo siento - esto último lo susurró y sonrió avergonzada -
Ro: - negué repetidamente - no te preocupes Julieth algo así me imaginé, espero te hayas sentido mejor después - asintió sonriente -
Jul: bueno también vine porque la señora Blanca... - mi madre nos interrumpe -
Bla: hasta que te encuentro Rocío Aimee, disculpa Julieth no sabía que estabas aquí - ambas sonríen -
Jul: le iba a decir a Rocío que tú la estabas buscando, porque eso me dijo Kenya - mi madre asintió -
Bla: vamos Rocío ya se nos hace tarde, y tenemos una cena importante con tu padre - volteé a verla y fruncí el ceño más no dije nada delante de Julieth - te espero en la camioneta, nos vemos luego Julieth - estrechan las manos y se da la vuelta para irse -
Jul: bueno creo que mejor te apuras para que no se moleste tu madre - asentí y encogí los hombros en modo de derrota -
Ro: fue un gusto verte Julieth y gracias por el halago de si llegase a ser madre, un día de esto lo pensaré - nos quedamos mirándonos, sonríe y fue sus hoyuelos que me hicieron sonreír idiotizada -
Jul: nos vemos otro día Rocío - me dio un beso en la mejilla y caminó por el mismo pasillo donde desapareció mi madre y yo me quedé petrificada -

Ya en la camioneta mi cerebro revivía la escena de aquel beso unas mil veces por segundos, incluso se me olvidó la supuesta cena con mi padre, estaba en las nubes con sólo un beso, no sé que me causaba estoa mujer pero lo que sea, sí con un beso en la mejilla me tenía en las nubes, que pasaría sí, no Rocío Aimee no pienses así, niego un par de veces con la cabeza para borrar mis pensamientos y mi madre me mira raro más no me pregunta nada, luego de llegar a casa estaba Mónica con Sandra y mi padre entre risas hablando, mi madre aún no le habla a Mónica más yo corrí a saludarlos y nos quedamos hablando entre risas, al final no salimos, más nos quedamos cenando en familia, a mi padre le parecía mejor idea así que ir a una cena de negocios, sin duda fue la mejor decisión.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora