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P.O.V JULIETH

Nos encontrábamos frente a la casa que Tom le dijo a Rubí, pero aún así no sabíamos que hacer o al menos nadie se decidía a que hacer, Sandra pensó en entrar pero Mónica la frenó mil veces, yo miraba aquella casa qué de seguro ni la misma FBI sabía que existe y estaba analizando donde podría estar mi castaña, fue cuando vi pasar un hombre por una de las ventanas y le pedí a los chicos escondernos, lo bueno del bosque es que podíamos estar y no se darían cuenta, miré a Tom quien también estaba analizando la casa y me acerqué a él.

Jul: Sabes que debemos hacer algo antes que caiga la noche o llegué el mañana – me miró y asintió –
Tom: Tengo par de armas ¿sabes usar armas? – lo miré más no sabía que decir, tengo miedo pero Rocío era primero –
Jul: Vamos, tráelas y que alguien entretenga a las chicas, mientras que no llega la FBI – Tom asintió y fue hasta los chicos para luego ir por las dos armas –

A los minutos llegó con dos armas, me explicaba que son unas 9 milímetros, también me explicó como usarlas y que cualquier cosa si disparaba sería por defensa propia pero que teníamos que salir de allí ilesos y con Rocío en brazos, sana por supuesto, asentí y me acomodé, pidiéndole a Dios que nos ayudará a encontrar a Rocío en ese lugar, besé el crucifijo que tengo en el cuello y fui detrás de Tom y Scott quién dijo no querer dejarnos ir solos ya que él sabía dos cosas, como usar un arma y como abrir la casa sin que se dieran cuenta o escuchasen.

¿Tengo miedo? Sí, muchísimo, sin embargo, aquí estoy y a mi pequeña castaña la voy a rescatar sí o sí, Tom me protegía y Scott iba delante de nosotros, se hacían señas y asentían, sin embargo, yo lo que hago es mirar la casa, aún no usaba el arma que Tom me dio, lo cuál agradecía muchísimo porque la verdad no se usarla, jamás en mi vida había usado una, pero dicen que en los peores momentos es que vemos nuestra verdadera fuerzas de voluntad, este era mi momento, por ella, por mi amor, por mi Rocío.

Tom: Scott – susurró y éste volteó – gracias por ayudar a Rocío – Scott bajo el arma –
Scott: Se lo debo Tom, ella – sé quedo en silencio – ella me gustó alguna vez y le agarré odio por culpa de Cinthya, pero luego supe la verdad y me arrepiento porque intenté matarla – Tom abrazó a Scott –
Tom: La vamos a recuperar hermano – Scott asintió y me miró –
Scott: No te alejes de Tom ¿sí? Que sí te llega a pasar algo Rocío nos mata a ambos con sus propias manos – sonreí y asentí para luego mirar a Tom quien asintió levemente y seguimos a Scott –

Ambos chicos se hicieron señas y Scott fue para el fondo de la planta baja, mientras Tom y yo subimos las escaleras, fue allí cuando saque el arma y como me enseñó Tom le quité el seguro, Tom sonreía orgulloso y negué sonriendo, fuimos abriendo puerta por puerta, en total eran cinco puertas, cuando llegamos al fondo, pudimos ver que habían cuerdas sueltas y su abrigo, sí, era el abrigo de mi Rocío, lo olí y en definitiva era el, Tom me miró y me abrazó yo sólo quería llorar cuando escuchamos un detonante en el piso de abajo y salimos corriendo del cuarto, para bajar a ver donde era, Tom apuntaba a todos lados y yo mantenía mi arma baja.

Scott: ¡Auxilio! – gritó y llegamos a socorrerlo –
Tom: ¿Qué sucedió? – un hombre de negro estaba en el piso moribundo –
Scott: Le disparé porque él me apuntó – miró  a Tom – esté es primo de Daniel O’valley, su favorito y si sabe lo que hice me mata Tom
Jul: ¿Dónde esta Rocío? – el chico se ríe y luego tose sangre – ¿Cómo te llamas?
Scott: Mario se llama – alcé la mirada al oír a Scott –
Jul: ¿Dónde esta Rocío Mario? Sé que la tenían aquí – volvió a toser –
Mario: Se la llevaron de aquí, porque los vieron llegar, todo el bosque tiene cámaras idiotas – se reía irónico y cerré los ojos fuertemente para luego abrirlos, le pego una bofetada que lo hizo toser aún más –
Jul: ¿Dónde esta Rocío? – sé que está agonizando y necesitaba saber dónde esta Rocío –
Mario: La castaña está – tosió cada vez más y más –
Scott: Tenemos que hacer algo o se va a morir aquí – miré a Scott quien está blanco del miedo y Tom no hacía más que esperar la respuesta de Mario –
Mario: Ya me voy a morir igual – sonreía – y no van a saber donde esta la castaña – tosió un poco más y le di una bofetada - monjita jamás sabrás porque quien la tiene es tu futuro marido y si no te casas con él, ella no aparecerá por más que lo intenten, te recuerdo que los O'valley tenemos el poder en el estado, incluso en la vida de los Fuentes – los chicos y yo nos miramos –

Segundos después Mario se murió y Tom está furioso, yo lloraba intensamente y Scott está en trance no se movía, no parpadeaba y fue cuando entró la FBI a los golpes, nos hicieron miles de preguntas más no nos llevaron a ningún lado, salimos de aquella casa y las chicas nos empezaron a abrazar, incluso mi padre quien me regañó, yo solo lloraba por no saber donde está Rocío, las horas pasaban y nada que la encontrábamos, esto va a acabar conmigo y mi salud mental, estoy mirando a la nada cuando siento a alguien a mi lado y una mano sobre la mía.

Mon: La vamos a encontrar Julieth, te lo juro – asentí lentamente –
Jul: Yo la voy a encontrar Mónica – la volteé a ver y me miró sin entender –
Tom: No lo hagas Julieth, por favor – me pidió un Tom apenado –
Jul: Debo hacerlo por ella – me levanté y agarré su abrigo – Por favor no le digan nada, y si me odia al menos ustedes saben que hay cosas que se arriesgan por amor – volteé y salí de aquel bosque, detrás de mí salió mi padre –

Escuché mil gritos de Mónica pero debía hacerlo por Rocío, por su bien, yo sé que los O'valley le tienen el suficiente odio como para matarla y sin ella no puedo seguir de pie, mi padre no dijo ni una palabra, me conoce y sabe que cuando tomo una decisión nadie me puede llevar la contraría, le pedí que me dejase en el orfanato y regresará por Mónica y así fue. Llegamos al orfanato y me despedí de él con un abrazo, entré a aquel lugar que pronto dejaría de ver como mi hogar, cuando llegué a mi habitación me eché a llorar, hasta más no poder y luego me fui a echar un baño.

Luego de ello, me puse algo más cómodo y bajé hasta la oficina de Victoria a quien le diría mi decisión, pero ella fue quien me sorprendió dándome la notificación que yo ya no soy parte de las monjas del orfanato Señor de Dios, sonreí nostálgica porque sé que a Rocío le encantaría esta decisión, luego de ello le dije a Victoria que me iría esta misma noche ya que necesitaba hacer unas cosas, le expliqué lo que iba a hacer y me deseo toda la suerte del mundo, ya que sabía que no podría hacerme cambiar de parecer.

Jamás pensé regresar con Samuel, menos ahora que me repugna, pero por amor hago muchas cosas, sí tengo que entregarle mi vida al mismísimo demonio porque ella esté a salvo, lo haré mil veces, sólo por ella, mi amor bonito, mi castaña ojos azules preciosa, ya estando en mi habitación arreglé toda mi ropa y esperé un taxi para salir del orfanato que por durante 15 años fue mi hogar, donde tuve las mejores sonrisas, mis mejores amigas por esos años y donde la conocí a ella, a mi perdición, a Rocío Fuentes. Jordana me avisó que llegó el taxi y me ayudó a bajar con mis cosas, ya estando abajo estaban las monjas quienes me despidieron y me dieron muchas fuerzas, las amo muchísimo y me fui, prometiéndoles que vendría a verlas cuando se me hiciera posible y asintieron nostálgicas, me subí al taxi y me llevó a casa de mis padres.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora