Abro los ojos lentamente y la luz blanca me aturde, entonces vuelvo a cerrarlos, escucho una maquina, y abro de nuevo los ojos parpadeando continuadamente para acostumbrarme a la luz blanca, cuando ya estoy consciente veo que estoy en un cuarto con paredes blancas, estoy en una camilla, y mi vestimenta es una bata de clínica, suspiro pesadamente y todos los recuerdos de aquella noche viene a mi mente, ¡Maldición! Casi me muero por una carrera de motos, debí hacerle caso a Mónica y no sacarla, debí hacerle caso a Cinthya y no correr, suspiré de nuevo y hundí mucho más mi cabeza en la almohada, cuando siento una mano en la mía y volteo para ver a un señor canoso, era mi padre y sonreí nostálgica al verlo allí dormido, pero luego temblé al pensar en que si mi padre esta aquí es porque ya todos saben lo que me paso.
Ro: pa… - susurré - papá hey – subió la cara y abrió los ojos mostrando un brillo que jamás le vi antes -
Fra: Hija, hija ¿estás bien? – agarra mis mejillas y luego me abraza - por Dios cuando Mónica me dijo lo de tu accidente casi me muero – quería llorar jamás vi a mi padre tan sentimental - Dios Rocío, si te pasa algo a ti o a Mónica yo me muero – Mi padre lloraba y mis lágrimas empezaban a correr sin reparo -
Ro: padre, yo… yo… yo lo siento, nunca pensé que iba a pasar por esto, yo les juro que no quería causarles molestias – dije llorando y mi padre secaba mis lágrimas -
Fra: Hija perdóname tú por no ser el mejor padre, yo te enseñé a ser la mejor en las motos y aquí estás por mi culpa – su voz se quebraba - ustedes y su madre son lo más apreciado que yo tengo en mi vida – me daba besos en la cara y yo reía - voy por un médico – asentí –
Ro: papá – volteó a verme - que yo… - dije con voz quebrada - los amo tanto – susurré -
Fra: te amamos hija – sonreímos -Mi padre fue a buscar al médico y cinco minutos más tarde llegó junto con un muchacho alto y castaño sonriente, y una enfermera rubia muy bonita por cierto, el doctor hizo su trabajo de rutina mientras la enfermera seguía algunas ordenes del mismo, nos explicó que por las costillas rotas yo debía quedarme un tiempo, aparte de que tenía una fractura en mi pierna derecha, y que me harían algunos exámenes para descartar algunos daños en el cerebro, así que por ahora no me darán el alta, y me sentí muy frustrada. Unos minutos después se fueron el doctor y la enfermera y me quedé otra vez a sola con mi padre quien me hacía figuras imaginarias en el rostro, diciéndome que eso fue lo primero que hizo cuando me cargo por primera vez y otra vez se me arrugó el corazón haciendo que volviera a tener ganas de llorar.
Fra: cuándo me enteré que Blanca estaba embarazada de ti – agarró mi mano y la besó - la abracé y la alcé, ella se reía y yo estaba demasiado feliz, ya Mónica tendría ¿qué? Como 7 años, así que hacía falta otra bebé en casa, mi bebé. Los meses iban pasando y cada vez estaba más feliz y cuando me dijeron que sería otra niña, bote la casa por la ventana como quien dice, estaba muy emocionado. El embarazo de Blanca pasó sin ningún peligro y cuando naciste, aparte de que casi me desmayo, lloré muchísimo al cargarte, eras tan chiquita y gordita, tan blanca y con los cachetes rojos, llorabas y llorabas, ¿sabes por qué el nombre Rocío? - negué y mi padre sonrió - porqué naciste en una noche de lluvia intensa, y cuando vi tu pequeño rostro te vi tan fresco después de tanto llorar, que dije “eres una bendición como el Rocío de la lluvia” y entonces Blanca susurró Rocío, cuando te registramos ella decidió llamarte así Rocío – me comentaba mientras me sonreía y me lanzó un beso - Te amamos hija nunca lo dudes – suspiré pesadamente, aunque el dolor en las costillas hizo que hiciera una mueca -
Ro: quiero que me perdones papá - susurré y el negó -
Fra: el mal padre aquí soy yo, no tú hija – me decía cuando la puerta de la habitación se abrió y pudimos ver a una Blanca desaliñada cosa que jamás pensé ver, se acercó a mi y se puso a llorar mientras me abrazaba -
Mon: hermanita estás bien, por Dios que susto tan grande nos diste – comentaba mientras me daba besos en la cara -
Ro: hierva mala nunca muere hermanita – nos reímos pero el dolor no me lo permitió muchísimo - lo siento mucho por este susto – dije en un susurro -
Bla: tres cosas te diré Rocío Aimee Fuentes Davis – tragué saliva - primero – subió el dedo índice - tú muchachita estás castigada – estaba sentenciada no me salvaría - dos – subió ahora el del medio - vuelves a echarme este susto y te vas a un convento – se le quebraba la voz y por un segundo me dio risa imaginarme en un convento pero las lágrimas de mi madre me partió el alma - y tres – ahora subía el dedo corazón - jamás, escúchame bien jamás olvides que eres mi niña chiquita y que te amo demasiado – lloraba abrazada a mí y yo no pude aguantar, también lloré con ella -
Mon: padre ¿Qué dijo el doctor? – bajé la mirada -
Fra: por un buen tiempo estará hospitalizada, por las costillas rotas, la pierna fracturada y le harán unos exámenes para descartar daños en el cerebro – suspiré y Mónica me miró con pesar -
Mon: le diré a Marcos que la boda estará paralizada hasta nuevo aviso
Ro: no tienes…
Mon: ya esta decidido hermanita, Sandra y tú deben estar en mi boda – la mire triste pero ni así la convencí - ¿y cómo nos distribuiremos el quedarnos por las noches?
Fra: yo me quedo esta noche – me negué -
Mon: no padre, me quedo yo con Rocío – suspiré –
Ro: ¿tengo otra opción?
Mo: no, sólo esa, así que papá y mamá ya es hora que se vayan, nos vemos mañana, por cierto papá tienes una reunión mañana, no puedes faltar - mi padre se cruzó de brazos, pero asintió -
Bla: cuida a mi chiquita – le decía a Mónica mientras me daba un beso en la frente -
Fra: avísanos cualquier cosa Mónica, por favor – asintió - nos vemos mañana mi amor – me dio un beso en la frente también -
Ro: nos vemos padres, los quiero – ambos me respondieron al unísono que nos aman y se fueron -
Mon: no se ve cómodo nada pero, es mejor que estar en la camilla – me reí pero el dolor de las costillas no me dejaron seguir - sigue riendo – se cruzó de brazos y ahogue una risa que venía en camino - Rubí apenas hoy se fue de la clínica con Tom y no, Cinthya no ha aparecido por aquí - suspiré -
Ro: no me sorprende para ser sincera
Mon: no entiendo que noviazgo es ese – fruncí los labios -
Ro: yo tampoco – nos reímos ambas - así que ya te vas a casar – Mónica suspiró y asintió - ¿muy segura? – subió la mirada y pude ver en sus ojos el terror que sentía - hermana tú que eres mi ejemplo si no quieres, no lo hagas – suspiró derrotada y bajó los hombros -
Mon: no es lo que yo quiera, es como debe ser Rocío, algún día lo entenderás - negué -
Ro: jamás los entenderé Mónica, prefiero todo menos estar con alguien que no quiero
Mon: ¿quieres a Cinthya? – la miré sorprendida - me lo imaginé, ahora entiéndeme.Me quede pensando en sus palabras, ¿quería a Cinthya? Bueno digo no es mala en el sexo, pero ¿tiene algo más llamativo que eso? Ni siquiera se ha preocupado en acercarse a saber como estoy, claro que no es la indicada, siempre lo supe, sólo quería quitársela a Scott, sin embargo, jamás quise ser su novia pero vamos nuestros padres no ayudaron, ellos decidieron por nosotras, estaba pensando en todo lo que he vivido este último año desde que estoy con Cinthya cuando el sueño empezó a tocarme y de un momento a otro, caí en un sueño profundo.
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Ella, mi salvación... Yo, su perdición
RomanceRocío fuentes, una chica de 23 años, su vida aunque aparenta ser perfecta, con padres perfectos, hermana perfecta... En fin, una familia perfecta, esta muy lejos de serlo, sin embargo no tiene ningún problema con que el mundo si lo piense. Hija del...