Capítulo 6

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—Julieta, encárgate de mi zona mientras salgo a fumar—me indica mi compañera de trabajo, haciéndome un gesto a modo de saludo.

—Tienes que dejar ese vicio, Olivia—protesta mi otra compañera echándole una mirada desaprobatoria.

—Y tú deberías dejar a tu novio tóxico y nadie te dice nada—contrataca su amiga meneando la cabeza.

—No pasa nada, ve a fumar—intercedo para que dejen esta pelea tan estúpida.

Claramente no me hacen ni caso y continúan lanzándose pullas la una a la otra.

Tras mi intento fallido de poner paz, procedo a retirarme para atender algunas mesas mientras las dos se quedan perpetuando una pelea absurda que se han empeñado en seguir. Niego con la cabeza pensando en lo testarudas que son las dos, es en lo único que se pueden parecer, porque en lo demás son como el agua y el vino.

Mientras por una parte, Rita es una chica bastante hippie, con el dogma de hacer el bien para mejorar el mundo. Es la viva imagen de la inocencia y la pureza, también es muy sensible, a veces se toma las cosas demasiado a pecho que se echa a llorar. Evita cualquier tipo de enfrentamiento con las personas, excepto con Olivia, con ella no se corta en lo que quiere decir. Además, colabora con algunas ONGs y es voluntaria en múltiples proyectos, mientras estudia una carrera. Y aún así, trabaja en esta cafetería a media jornada seis días de la semana para poder subsistir, pues hace tiempo que se ha independizado. Lo que la hace completamente admirable.

Por otra parte, está Olivia, que es una auténtica hater de la vida, tiene un carácter de mil demonios, también es bastante charlatana y se la pasa quejándose. En realidad, no dice nada que no sea verdad, es como una mente viviente, algo que todos pensamos y nadie se atreve a decir. Le da igual caerle mal a la mayoría de la gente, ya que siempre tiene cara de borde. Es una suerte que ya no me ponga cara de asco cada vez que me ve. El primer día que nos conocimos ni me saludó, me miraba con desdén y pasaba completamente de mí. Al principio me costó mantener una conversación con ella, pero poco a poco se fue abriendo y comenzó a charlar conmigo como si nada. Incluso los días que no estaba su amiga.

Desde luego que ambas son dos personas opuestas y por mucho que cueste pensarlo, son mejores amigas desde la infancia. Crecieron juntas y a día de hoy demuestran su cariño a base de discusiones, es por eso que Rita saca su carácter muy pocas veces, sólo con Olivia. Es bastante divertido hablar con ellas, son las personas más aleatorias que puedes llegar a conocer.

Y en el medio estoy yo, una persona bastante normalita, para nada memorable.

Atiendo la zona de mi compañera mientras esta se encuentra fuera, una vez que terminó la discusión con su amiga. Limpio las mesas vacías y sigo con mis tareas hasta que se vuelve a reincorporar. La mañana se pasa rápido y al fin llega la hora de nuestro descanso. Nos dejan descansar por quince minutos cuando el nieto de la jefa se ve obligado a mover el culo y atender a los clientes. También hay que resaltar que suele coger las horas en las que más escasea la clientela.

—Menudo día—bufa la pelinegra sentándose de forma dramática en la zona de descanso.

—Deja de quejarte—puntualiza su compañera.

La primera pone los ojos en blanco y la ignora.

—Por cierto, esta tarde iremos al concierto de mi novio—repone Rita mirándome fijamente con esas esmeraldas. Me sorprende un poco que me invite, no es que seamos muy cercanas—. Por si te quieres apuntar—sonríe.

—Venga ya, no seas aprovechada—la otra chica del sillón pone una mueca de desagrado—Que tu novio no tenga público, no significa que puedas torturar a la pobre Julieta de esa forma.

HiraethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora