CAPÍTULO 3| NOS ENCONTRAMOS UNA SECTA DEL GENSHIN IMPACT

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CAPÍTULO 3

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NOS ENCONTRAMOS UNA

SECTA DEL GENSHIN IMPACT

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Después de que Viktor saliera de la cocina y se encerrara en su habitación, yo acabé de limpiar los platos e hice lo mismo que él. Apagué la luz del comedor que estaba encendida y me fui a mi cuarto.

Tras darle varias vueltas a la cabeza, puede que hubiese exagerado un poco. Pero no podía evitarlo, yo solía ser una persona bastante dramática y en algunos casos sensible. No era para nada una sorpresa que yo llorará por todo tipo de series o película. Todavía recuerdo cuando me vi Anatomía de Grey¹ hará ahora dos años. Lloré en cada capítulo de la serie, siempre tenía que verla con un paquete de pañuelos al lado porque mis lágrimas salían como cascadas de mis ojos y mi nariz no paraba de moquear.

Ya le pediría perdón a Viktor mañana por la mañana. Aún seguía un poco alterada y me daba vergüenza picar a su puerta y decirle perdón. Mejor lo haría por la mañana con un buen desayuno de disculpa. Ya me encargaría yo de levantarme más pronto que él para que fuera una sorpresa.

Me senté en la cama y me deshice del moño que tenía hecho para poder dormir cómodamente. Me quité el sujetador y los calcetines y me estiré en la cómoda cama. La cama de Viktor era muy cómoda, incluso más que la que yo tenía en mi piso. Tendría que preguntarle donde la compró, pero eso sería en otro momento. Me arropé con las sábanas y suspiré. Estaba cansada, pero aún no quería dormir porque era muy pronto. Así que cogí mi móvil y me puse a ver un kdrama².



★★★



Fue mala idea quedarme viendo kdramas. Cuando terminaba un capítulo decía, venga, este es el último. Pero terminé llegado a la mitad de la serie y con unas ojeras tan notorias que parecía un mapache. ¡Pero no era mi culpa que la serie fuera tan buena! Con pesadez me levanté de la cama y sin hacer mucho ruido para no despertar a Viktor, fui al baño para lavarme la cara y los dientes. Arreglé un poco mi pelo y fui a la cocina para preparar el desayuno de disculpas. Iba a hacer tortitas, específicamente seis tortitas, tres para cada uno. Me aseguré de que Viktor tuviera los ingredientes necesarios y procedí a hacerlas.

Estaba orgullosa, era la primera vez que me salían redondas. Normalmente solían salirme de formas un poco amorfas y un poco quemadas. Pero esta vez salieron perfectas. Cuando todas estuvieron hechas, puse tres en cada plato con un poco de mantequilla y jarabe de arce. Limpié todo lo que había usado y llevé los platos a la mesa, junto las servilletas, los cubiertos y un vaso de zumo. Justo cuando acabé de poner la mesa, Thanatos salió disparado del cuarto de Viktor y vino hacia mí moviendo la cola enérgicamente.

—Buenos días precioso —dije con la voz un poco más aguada mientras me agachada para acariciarlo. Thanatos al recibir la atención que quería empezó a darme besos en la cara—. Si, sí, yo también te quiero, pero deja de babear encima de mí.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora