CAPÍTULO 31
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CITA EN
LA LIBRERÍA
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No era muy fanática de vestirme bien. Casi siempre solía ponerme lo primero de mi armario, que solía ser una sudadera y unos leggings o pantalón ancho y cómodo. Pero hoy me apetecía arreglarme un poco para la cita. Así que rebusqué en el armario hasta dar con un vestido negro que parecía un camisón de las típicas chicas ricas de las películas, una camiseta blanca de cuello alto que me la puse debajo del vestido y unas medias negras para no morirme de frío. Y de calzado me puse unos zapatos blancos que ya estaban un poco viejos, pero que aún servían.
Me hice dos moñitos con el pelo de media cabeza y salí del cuarto no sin antes coger un abrigo y una bolsa de tela donde puse mi monedero y mis llaves.
Parecía ser que Viktor había pensado como yo y se había "arreglado". Llevaba una camiseta negra de cuello alto, unos pantalones grises de vestir y unas Vans negras. De accesorios llevaba sus característicos anillos y algunas cadenas en el pantalón.
—Vamos conjuntados —fue lo primero que comenté al verlo.
Viktor sonrió y asintió.
—Telepatía de parejas.
Me puse la chaqueta y Viktor cogió las llaves.
—¿Iremos en coche o andando? —preguntó Viktor.
—Andando. Así damos un paseo. Además, no está muy lejos.
Viktor asintió y tras despedirme de Thanatos salimos de casa, cuando Viktor estuvo a mi lado, le cogí de la mano y empezamos a caminar por la calle.
—¿Tienes pensado qué libro quieres comprar?
—Primero quiero saber si venden el de Casada con un Hombre lagarto de Regine Abel. El otro día me salió un video de una chica comentando y reseñando el libro y pues me pareció interesante.
Viktor me miró entre sorprendido y escéptico.
—¿De verdad te vas a comprar ese libro?
—Si, ¿por qué?
—No sabía estos gustos tan inusuales tuyos.
—No son tan raros —me excusé con una carcajada—. Solo me gusta leer libros poco conocidos.
—Mientras no te compres un libro que se llame "Como matar a tu novio en diez sencillos pasos", no me quejaré ni me preocuparé.
—No sería tan tonta como para enseñarte el libro si es que me lo compraba. Hay que hacer los asesinatos sin dejar huella.
Viktor me miró con una ceja alzada.
—¿Qué? Veía muchos casos de asesinos de adolescente.
—Menos mal que soy tu novio y no quieres matarme, ni te lo vas a plantear ¿cierto?
Le sonreí a Viktor con una gran sonrisa de boca cerrada.
—Solo si no me eres infiel.
—Que alivio que serte infiel no entra en mis planes. Te quiero junto a mí hasta que sea un abuelo con problemas cardiacos.
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Viviendo con Viktor
Roman d'amourLyssa tenía una cosa clara, odiaba a la propietaria del edifico en el que vivía. ¿Tanto le costaba darle un apartamento en el que poder vivir durante los próximos dos meses? A Lyssa le había quedado claro que la dueña era una urraca, así que para no...