CAPÍTULO 28| ADICTO A TI

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CAPÍTULO 28

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ADICTO A TI

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Como todo lo que Viktor y yo hacíamos se nos iba de las manos. El beso se nos fue de las manos.

Empezó siendo un roce de labios que demostraba todo lo que sentíamos, pero poco a poco se fue volviendo un beso candente y lleno de deseo. Viktor que se encontraba encorvado para llegar a mis labios, se separó de mis belfos y se sentó a un lado mío, pero rápidamente me llevó a su regazo, donde continuamos nuestra sesión de besos apasionados.

Abrí la boca en un gemido cuando una de sus manos apretó mi trasero y Viktor aprovechó para introducir su lengua en mi cavidad bucal, saboreando cada rincón de mi boca. Nos separamos con un sonido bastante obsceno y un hilo de saliva que unía nuestras bocas y juntamos nuestras frentes.

—Te quiero —susurró Viktor con los ojos cerrados.

—Yo también —contesté con las mejillas calientes, y no por vergüenza.

—¿Quieres continuar? ¿O prefieres que paremos?

Viktor abrió sus ojos y peinó un poco mi pelo. Miré sus ojos y labios brillosos y rojizos y volví a besarle con bastante pasión.

—Creo que eso responde a tu pregunta.

Viktor negó mientras sonreía, me agarró fuertemente del trasero y se levantó del sofá para llevarme a su cuarto. Una vez dentro, cerró con llave por si Thanatos iba de curioso y me tumbó en la cama. Durante todo el camino, noté en mi centro el miembro duro de Viktor que solo hacía que me excitara aún más.

Se cernió sobre mí y volvió a besarme. Los labios. La mandíbula. El cuello. Ahí donde los labios de Viktor pasaban, sentía una gran calor recorrer mi cuerpo. Se separó de mí para quitarse la camiseta y me sonrió mientras agarraba de mis tobillos y tiraba de ellos hasta que mis piernas quedaron al borde de la cama.

—¿Qué haces? —pregunté. Aunque ya lo venía venir.

—Juegos previos —contestó Viktor mientras desabrochaba mi pantalón con su sonrisa ladeada—. ¿No quieres?

Mis ojos brillaron llenos de deseo solo de imaginarme a Viktor entre mis piernas, así que le ayudé a quitarme los pantalones, ganándome una carcajada de Viktor. Los dos quedamos semidesnudos, el desnudo de la parte superior y yo desnuda de la parte inferior.

Tiró del elástico de mis bragas haciendo que gimiera de placer y procedió a quitármelas lentamente. Parecía ser que disfrutaba de esto.

—Pon los pies en la cama —dijo Viktor.

Obedecí y quedé totalmente expuesta ante él.

Mi respiración se aceleró cuando vi que se acercaba a mi centro, su aliento cálido hacía que suspirara de placer.

—¿Vas a dejar de respirar en mi vagina o vas a comenzar? —pregunté cuando no hizo nada durante unos segundos mientras yo me moría de excitación.

—Que impaciencia.

Y antes de poder contestarle, la lengua de Viktor recorrió mis labios hasta llegar al clítoris, donde puso suma atención. Agarré las sábanas de la cama y mordí mis labios para no soltar gemidos tan fuertes. Con tan solo su lengua ya me llevaba al cielo. Sus manos empezaron a acariciar mis piernas, recorriendo un camino hacía mi centro, cuando llegó a el, metió un dedo dentro de mí mientras que con su lengua trazaba círculos en mi clítoris.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora