CAPÍTULO 13| ¿TE GUSTA?

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CAPÍTULO 13

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¿TE GUSTA?

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Nada más irse, sentí los dedos de Viktor tocarme directamente, enviando ondas de placer por cada rincón de mi cuerpo.

—¿Qué haces? —susurré con la voz entrecortada.

Viktor me sonrió con picardía. Sus ojos se habían oscurecido mucho.

—¿No querías jugar?

Al acabar de decir eso, metió un dedo con facilidad por lo húmeda que estaba y rápidamente añadió otro dedo. Me había excitado demasiado con unas simples caricias.

—Mis dedos están tan mojados por tus fluidos —comentó Viktor marcando un ritmo. Sus dedos salían y entraban con una lentitud matadora.

—Cállate —susurré sin poder evitar gemir—. Tú te has puesto duro por unas simples caricias.

Viktor sonrió y aceleró sus movimientos.

Me llevé el brazo a la boca para poder callar mis gemidos. Sin darme cuenta, había retirado hace rato mi mano de su paquete, presa del placer.

—No sería humano si así no fuera.

Viktor se cernió sobre mí y metió un tercer dedo, besándome en el proceso para callar mis gemidos. Estaba llegando al clímax tan solo con sus dedos.

—Más rápido —dije entre gemidos.

—¿Más lento has dicho? —preguntó Viktor con burla. Volviendo su vaivén tortuosamente lento.

—Viktor —susurré su nombre entre gemidos—. Me quiero correr, por favor.

Sonrió divertido y volvió a acelerar y segundos más tarde, me corrí en sus dedos.

Quitó los dedos y con mi respiración acelerada vi cómo se los metía en la boca, saboreándome.

—Eres dulce —susurró con voz ronca.

Me levanté del sofá y me bajo la atenta mirada de Viktor, me puse de rodillas delante de él.

—¿Qué haces?

Pero no respondí, sino que le desabroché los pantalones con rapidez y le bajé los pantalones y ropa interior, revelando su gran aparato.

—Lyssa —dijo con la voz extremadamente grave.

Lo ignoré y escupí en la punta, donde ya había salido un poco de líquido preseminal y empecé a mover mi mano de arriba abajo. Su cuerpo entero se tensó. Me encantaba ver las reacciones que tenía su cuerpo por mis acciones. Me incliné y besé la punta, quitándole el aliento de golpe.

—Me vas a volver loco —dijo Viktor con los ojos cerrados, centrándose en el placer que mi mano y boca le daban.

Metí gran parte de su miembro en mi boca y empecé a meter y sacar, escuchando sus suspiros y gemidos que se convirtieron en música para mis oídos. Así que aumenté mis movimientos, tocando sus testículos para estimularlo más. Quité mi boca y usé mi mano y mi lengua para recorrer toda su largura y miré a Viktor desde abajo. Su respiración estaba muy agitada y de sus labios entreabiertos salían dulces y roncos gemidos. Estaba cerca de llegar al clímax, lo notaba por su inestable respiración. Volví a meter su miembro en mi boca, pero esta vez metiéndolo todo. De mis ojos salieron lágrimas, pero seguí moviéndome ignorando los ruidos obscenos que salían de mi boca.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora