CAPÍTULO 21| ACAMPADA

472 38 37
                                    



CAPÍTULO 21

═══════════════════

ACAMPADA

═══════════════════


—Que depresión —comentó Arashi observando el lugar en donde nos íbamos a quedar—. Este campo no es igual al de las fotos que nos pasaste, Luc.

Y tenía razón. En las fotos se veía un prado verde y con flores. Lleno de vida. Pero lo que teníamos delante estaba seco. Seco y muerto. No tenía nada igual a las fotos.

—¿Qué esperas? —se burló Luc—. La foto seguramente fue tomada en primavera. Estamos en invierno. Claro que está seco y muerto.

—Sí, bueno. A ver elegido un sitio más bonito.

—Menos hablar y más empezar a montar las tiendas —dijo Viktor abriendo su mochila.

Me acerqué a él y le ayudé a montarla, aunque me costó un poco, al final pude hacerlo. Fuimos los primeros en acabar.

—Una pregunta —dije llamando a todos—. ¿Será seguro que hagamos una hoguera? Digo, al estar el suelo tan seco, ¿no quemaremos el prado?

—No te preocupes rodearemos la hoguera con rocas y humedeceré el suelo por si acaso —respondió Luc.

—Espero que funcione —comentó Viktor—. No me apetece aparecer en las noticias.

—Concuerdo con el iceberg —añadió Arashi.

Viktor la miró mal.

—Primero idiota y ahora iceberg. ¿Tienes otros motes más que necesite saber?

—Tengo más, pero ya los descubrirás con el tiempo.

Viktor bufó exasperado y yo me reí en su cara.

—¿Qué se siente que te digan por un apodo y te moleste?

—Si no quieres que te vuelva a llamar tomatito será mejor que cierres esa boca tan bonita que tienes.

Lo fulminé con la mirada, pero cerré la boca. No me apetecía que me volviera a llamar con ese horrible e idiota apodo.

—¿Le has apodado tomatito? —cuestionó Luc entre risas.

—No te creía de esos, Viktor —dijo Arashi con una sonrisa divertida en su cara.

Yo empecé a enrojecer al saber que ellos ya sabían de mi estúpido apodo que tanto odiaba.

—¿Y por qué ese apodo? —preguntó Luc mirando a Viktor y después mirándome a mí —. No hace falta que me respondas. Ya lo ha hecho su cara por ti.

—En el poco tiempo que llevamos conociéndote —empezó diciendo Arashi—, me he dado cuenta que te sonrojas con mucha facilidad.

—Si, bueno, algunos tienen sangre en el cuerpo —comentó Luc—. No como otros.

Arashi se agachó y cogió del suelo un palo que se lo lanzó a Luc en el pecho.

—Nos hemos despertado bromistas por lo que veo.

—Cómo estáis todo el tiempo como el perro y el gato, os aseguro que tendré que enterrar dos cuerpos —dijo Viktor.

—Más bien dirás que tendremos que ir a tu funeral —contestó Arashi.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora