CAPÍTULO 10| PERDIENDO EL CONTROL

648 53 102
                                    

CAPÍTULO 10

═══════════════════

PERDIENDO EL CONTROL

═══════════════════

Llegamos a casa bastante tarde. Nos habíamos entretenido y divertido hablando de todo tipo de cosas, y reído bastante cuando Luc se cayó del columpio por estar balanceándose con tanta fuerza. Al final terminó rompiendo el columpio por culpa de su peso y la fuerza que utilizaba. Las cadenas que ya estaban un poco oxidadas, no lo soportaron y acabaron rompiéndose.

Arashi al ver eso, se carcajeó tanto, que terminó ahogándose con su propia saliva, y Luc, al presenciarlo, se empezó a reír también a carcajada limpia desde el suelo. Rio tanto, que acabó tragando tierra del parque.

Viktor y yo nos sumamos a las carcajadas al ver tantas cosas en un corto lapso de tiempo.

Arashi y Luc comentaron de hacer un grupo de WhatsApp y nosotros dos estuvimos de acuerdo. Así es como mi móvil pasó de tener dos contactos a cuatro números de teléfono. Un poco lamentable, lo sé, pero no conocía a nadie.

Suspiré de alivio cuando entré a casa seguida de Viktor. Thanatos al escucharnos llegar, salió corriendo del cuarto de Viktor para saludarnos.

—Hola —dije con voz aniñada agachándome para estar a su altura—. ¿Qué tal te has portado?

Thanatos empezó a mover la cola con más energía antes de lanzarse sobre mí para darme besos en la cara. Perdí el equilibrio y terminé medio tumbada con la espalda apoyada en las pantorrillas de Viktor, que no se había movido de detrás de mí.

—¿Te vas a levantar o me seguirás usando como cojín?

Aparté con cuidado a Thanatos y me levanté del suelo.

—Perdón —susurré un poco cohibida. No sé qué me pasaba, pero notaba distinta la forma en la que Viktor me miraba. Pero no sabía interpretarlo.

Viktor sonrió de lado y negó con la cabeza.

—Buenas noches —dije antes de ir hacia mi habitación.

Pero el llamado de Viktor me paró.

—Lyssa.

—¿Sí?

—¿Quieres que te ayude a quitarte el vestido?

Me giré por completo para mirarle.

—¿Qué?

—Si quieres, puedo ayudarte a bajar el cierre del vestido.

—¿Eso es una excusa para tocarme? —pregunté en forma de burla. Un mecanismo que usaba cuando estaba nerviosa.

Viktor soltó una pequeña carcajada y anduvo hasta posicionarse detrás de mí. Acercó su boca a mi oído y en un susurro que erizó todos los vellos de mi piel, dijo:

—Si quisiera tocarte lo haría y no buscaría una excusa tan barata como esta.

Noté su respiración como bajaba de estar en mi oído a acercarse a mi cuello, dónde rápidamente dejó un húmedo beso, que sin siquiera admitirlo me dejó con ganas de más.

—Que descanses bien, Lyssa.



★★★ 

No pude descansar bien en toda la noche. Seguía notando calidez allá donde Viktor me había besado y en mi cabeza se repetía una y otra vez la escena.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora