CAPÍTULO 33
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LA REPRIMENDA
DE LUC
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Los dos estuvimos corriendo durante unos pocos minutos. Viktor arrastrándome a mí de la mano por mi poco aguante al ejercicio, a los dos minutos yo ya estaba jadeando como si hubiera corrido un maratón de dos kilómetros. Viktor se apiadó de mí, y paramos justo delante de un bar, así que nos sentamos y pedimos unas bebidas.
—Poco a poco voy descubriendo más cosas sobre ti —dije después de beber un largo trago de mi agua.
—¿Cómo que? —preguntó Viktor mirándome divertido. Le causaba gracia verme sudar y jadear como una cerda después de correr unos pocos minutos.
—Que eres juguetón y te gusta burlarte o molestar a otros. Como ahora con Luc.
—Tampoco es que haya escondido esta forma de ser. No hay nada que descubrir —Viktor se peinó el pelo y bebió de su bebida.
Lo miré seriamente y sin poder creer lo que acababa de decir.
—Viktor —lo llamé para tener su completa atención—. Desde el momento en el que te conocí y hasta hace poco, pensaba que eras una persona nacida en el polo norte e hijo de gigantes de hielo. Eres una de las personas más serias y frías que he conocido.
Viktor soltó una carcajada y sonrió de lado.
—¿Y esas referencias a Marvel? —preguntó divertido—. Tengo que admitir que puede que sea un poco serio con las personas que acabo de conocer. Pero eso es lo normal si no te conozco de nada. Pero tienes que admitir que contigo ya no soy así.
Sonreí mientras asentía.
—Ahora eres un oso amoroso un poco gruñón.
—¿Y esa descripción cursi?
Lo miré con una ceja alzada.
—A veces te pones un poco cursi.
—Pero solo contigo.
Sonreí complacida con su respuesta.
—Y me gusta que seas así —admití con las mejillas calientes.
Viktor me miró con ternura y se acercó a mí para darme un suave y tierno beso, acarició mi mejilla y me agarró de la mano para acariciarla con su pulgar.
—Y a mí me gusta verte sonrojada por mi culpa.
Apreté mis labios para que no me saliera una risa tonta y cambié de tema.
—¿Luc no nos estará buscando? —pregunté justo cuando mi teléfono empezó a sonar. Lo cogí y miré la pantalla—. Hablando del rey de Roma.
Acepté la llamada y me llevé el móvil a la oreja.
—¿Sí?
—Pon el altavoz por favor.
Le hice caso y dejé el teléfono encima de la mesa.
—¿Ha sido tu idea, verdad Viktor? Porque de Lyssa no me esperaría algo tan atroz como abandonar a tu mejor amigo en una tienda.
—Me estaba aburriendo —dijo Viktor.
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Viviendo con Viktor
RomanceLyssa tenía una cosa clara, odiaba a la propietaria del edifico en el que vivía. ¿Tanto le costaba darle un apartamento en el que poder vivir durante los próximos dos meses? A Lyssa le había quedado claro que la dueña era una urraca, así que para no...