CAPÍTULO 40| TE AMO. ¿ME AMAS? TE AMO

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CAPÍTULO 40

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TE AMO

¿ME AMAS?

TE AMO.

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—¿Ya puedo estar con vosotras? —preguntó Viktor cuando nos lo encontramos en un pasillo de la tienda—. ¿O queréis seguir chismorreando?

—¿Celoso? —se burló Arashi.

—Más bien aburrido —contestó Viktor soltando un suspiro.

—¿Tienes todo lo que querías? —pregunté haciendo referencia a las compras.

Viktor asintió y se colocó entre Arashi y yo, para pasar su brazo sobre mis hombros.

—Tengo todo. ¿Y vosotras?

—También.

—Entonces vamos a pagar —dijo Arashi liderando el camino hacia el mostrador-. ¿Qué tipo de comida queréis comer?

—A mí me da igual —respondió Viktor colocando su compra y mi compra en la cinta transportadora—. ¿Tú quieres algo en específico, Lyssa?

Me encogí de hombros ayudándole a poner todas las cosas en la cinta.

—Por aquí cerca hay un restaurante japonés —informó Arashi guardando sus pocas compras en una bolsa—. A pie tardaremos media hora y en coche como diez o cinco minutos. Está bastante bueno.

—Pues vayamos a ese —dije mirando a Viktor, que asintió.

Arashi terminó de pagar su compra y nosotros hicimos lo mismo para después ir al coche, guardar nuestras compras e ir rumbo al restaurante bajo las órdenes de Arashi, pues Viktor no sabía donde estaba el lugar.



★★★



Como hacía bastante frío y yo no me quería congelar más de lo que ya estaba, yo me pedí un ramen de caldo de cerdo un poco picante, Arashi pidió okonomiyaki¹y Viktor ordenó un arroz con pollo teriyaki². Y como éramos unos muertos de hambre, para compartir pedimos takoyaki³, sushi, pollo karaage⁴ y gyozas.

—¿Seguro que podrás con todo, Arashi? —preguntó Viktor mirando toda la comida que había encima de la mesa.

—Claro. No tengo estómago de niño pequeño.

—Pero comes como un pájaro en crecimiento.

Arashi puso los ojos en blanco y cogió los palillos de madera, los rompió y empezó a comer.

—Si sobra podemos pedir la comida para llevar —dije imitándola y empezando a comer mi caliente ramen que me sentó de maravilla al tener el cuerpo helado.

—Esperemos que se pueda —comentó Viktor.

—Ya he preguntado —contestó Arashi—. Sí que dejan llevarte la comida que sobra.

Viviendo con ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora