CAPÍTULO 7
═══════════════════
LA CAÍDA
═══════════════════
Yo ya no sabía si tomarme en serio lo que saliese de la boca de Viktor. Porque siempre estaba molestándome y burlándose de mí, pero eso último había sonado bastante sincero por la forma en la que me lo había dicho. Aunque no sabía qué pensar.
Me até el zapato y me hice una coleta alta, guardé mi móvil en el bolsillo de la sudadera color gris y me puse el abrigo negro que me llegaba hasta las rodillas.
—¿Puedo pasear a Thanatos? —pregunté cuando salí de mi habitación con las llaves en la mano.
Viktor levantó la mirada del móvil y se encogió de hombros.
—Si quieres —en su cara se esbozó una pequeña sonrisa—. Pero no sé quién va a pasear a quien.
—¿Me estás llamando enana? —pregunté con los brazos cruzados. Mi metro setenta decía todo lo contrario—. Para que lo sepas, soy bastante alta, solo que tú y tu perro sois bastante grandes. Entonces ¿puedo o no puedo?
Viktor asintió con la cabeza.
—Pero iré contigo. No me fío mucho de ti. Puede que Thanatos se escape si te dejo a solas con el.
★★★
Yo no paseaba a Thanatos, Thanatos me paseaba a mí. Tiraba mucho y con mucha fuerza y yo no tenía la fuerza necesaria para frenarlo un poco.
—¿Estás paseando a Thanatos o es al revés? —preguntó con burla Viktor.
Aparté la mirada un momento de Thanatos y miré hacia atrás. Viktor caminaba por la calle con los hombros rectos y las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones negros. Caminaba con tanta seguridad y eso llamaba la atención de muchas personas. Parecía el personaje principal de una serie, película o libro.
—Cállate —dije virando los ojos.
—Ten cuidado. Si ve un gato se volverá loco –y justo cuando acabó de decir eso, un gato blanco callejero se paró a unos metros de distancia de nosotros. Y como había dicho Viktor, Thanatos empezó a mover la cola enérgicamente y antes de poder calmarlo, salió corriendo conmigo detrás.
—¡Thanatos! —grité para llamar su atención. En cualquier momento caería y no me apetecía acabar en el suelo—. ¡Thanatos!
En vez de ayudarme como haría cualquier persona con empatía, Viktor se pasó los segundos que para mí fueron minutos, riéndose de mi desgracia.
Y como me temía, mis pies se enredaron y empecé a caer al suelo. Solté la correa de Thanatos y coloqué mis manos delante de mi cara para no golpearla con el cemento. El golpe sonó seco y yo vi las estrellas sobre mi cabeza. Había golpeado mis rodillas contra el suelo y sentía el escozor de las heridas. Las risas de Viktor menguaron, pero aun así se reía de mí.
Escuché sus pasos y yo levanté la mirada del suelo.
—Mira que eres torpe.
—Cállate —me senté en el suelo sin importarme manchar mi ropa y miré mis heridas. Tenía cuatro raspones en total, dos en las rodillas y dos en las manos.
Viktor miró a Thanatos que jugaba con el gato y lo llamó con un grito.
—¡Thanatos! —Thanatos al escuchar el grito de Viktor, vino corriendo hacia él y con la lengua fuera se paró a su lado.
—Podrías haber hecho eso desde el principio —me quejé levantándome del suelo con cuidado. Me dolían mucho las piernas.
—Entonces no habría tenido gracia.
—El único que se ríe eres tú —contesté enfadada—. Vaya falta de empatía que tienes. ¿No ves que me he hecho daño?
Viktor miró mis heridas y durante unos segundos vi un atisbo de preocupación.
—Son unas heridas de nada. Apenas sale sangre.
—Las heridas pequeñas son las que más duelen —me crucé de brazos y lo miré mal—. ¿O es que nunca te has cortado con un papel?
—No soy tan torpe como tú.
VOTA - COMENTA - SÍGUEME
ESTÁS LEYENDO
Viviendo con Viktor
RomanceLyssa tenía una cosa clara, odiaba a la propietaria del edifico en el que vivía. ¿Tanto le costaba darle un apartamento en el que poder vivir durante los próximos dos meses? A Lyssa le había quedado claro que la dueña era una urraca, así que para no...