Capítulo 39. La imperfección del reino ideal

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Nota de la autora.
Escribí este capítulo hace 6 meses y recuerdo el miedo que tenía al hacerlo. Defraudar mis propias ideas y todo lo que pienso que Descendientes 3 hizo y no me llegó o a lo deseaba complementarle. Así que más allá de que les guste, espero que represente lo que en mi opinión, es el aspecto más hermoso de Descendientes y cómo son Mal y Ben el centro de todo esto.

Canciones del capítulo
It has begun - Starset
You and me - Descendientes 2
Free - Tommie Profitt. Feat. Svrcina

Mal

Más isleños salían sin parar, en tanto Uma se reía por primera vez en toda la noche como una verdadera maniática.

—¿¡Tú hiciste eso!? —le reclamó Mal.

—¿Te da rabia, Mal? Pensé que te empezaba a interesar al fin la Isla —le comentó con sarcasmo.

Mal dio un paso hacia el agua y Ben juró ver a su cabello electrizarse.

—No creas ni por un segundo que rogaré que me creas —le remedó Mal con algo que esta le había dicho antes. Sus ojos se pintaron intensamente de esmeralda—. Mejor te lo muestro.

La reina se cubría poco a poco de niebla púrpura. Se transformaría.

Uma sonrió.

—Tu madre sí que estará orgullosa de ti, ¿eh?

Se extinguió el fuego en el rostro de Mal y casi se tropezó con su rey al tratar de retroceder. Entonces recuperó su atención en lo que ocurría más adelante en el puente y pasó a sujetar la mano de su esposo. Jay les asintió, seguido de Freddie y Haizea.

Todos se pusieron a correr, pero no lo suficiente porque uno de los tentáculos de Uma les cerró el pasó.

—¡No dejaré que sigan arruinándolo! —les riñó a Ben y a Mal.

—No es tono para hablarles a los reyes de Auradon —Los susodichos levantaron la mirada del tentáculo de Uma y delante vieron a Evie y Carlos, quienes tenían la apariencia de acabar de salir de una jungla.

—Tienen que venir a ver esto... ¡POR LAS DUREZAS DE MI MADRE! —Carlos reparó en Uma en su forma pulpo en el agua.

—Ja y esto solo es una parte de esta larga noche —se cruzó Jay de brazos.

—Ya obtuviste lo que has querido, Uma. No tienes por qué pelear más —le gritó Ben.

—Oh, sí tengo, y definitivamente es muy divertido —contestó con una sonrisilla..., aunque ya no le salió tan natural—. De haberlo hecho ustedes mismos... Es lo que quería. Lo justo. —dirigiéndose enteramente a los reyes—. Por favor, déjenlos vivir una vida al fin.

La escucharon.

Es eso, pensaron los reyes. Y sabían que su auténtica preocupación no era hacia los villanos.

Pero no terminaron de reaccionar, cuando Haizea refunfuñó.

—¡Por favor, esto es ridículo! Esta no puede evitar que lleguemos al... —y Uma lanzó con todo un tentáculo hacia la descendiente de Hades, haciéndola estamparse contra un árbol.

Mal hizo una cara bastante intimidante y apuntó con la vara a un cielo a nada de tornarse azul. Este empezó a sonar peligroso justo encima de la chica de turquesa, cuando otro tentáculo entregado con decisión a sus verdaderos objetivos, le alcanzó a dar a Mal pese al intento de Ben por apartarla, saliendo despedida hacia arriba. Mal agitaba la varita con desesperación y entonces ocurrió. Sintió como en su mano cerrada, la vara se engrosaba y tomaba la altura  de un báculo. Luego un brillo. Su caída se detuvo. Se percató que flotaba entre resplandores verde, y lo que sostenía era un cetro que como piedra central tenía el artilugio esmeralda.

Mɪ Bᴇʟʟᴀ DᴇsᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora