Capítulo 25. Mi madre, la lagartija Maléfica

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Capítulo dedicado a @natalia_diaz2000. Gracias por ser una lectora que ama en serio la novela.
Espero verte aquí hasta el final 😉💜

—¿Ben? —Ally le habló a lo lejos, desconcertada por ver a Ben a esas horas en los dormitorios de las chicas.

El chico castaño estaba en frente de la habitación de Mal. Al darse cuenta que una voz a sus espaldas le hablaba, trató de verse lo menos nervioso que le fue posible y se giró sobre sí mismo para encontrarse con la hija de Alicia. ¿Ahora qué iba a decir?

Mal del otro lado de la puerta, miraba por la mirilla.

—Mal debe estar aún dormida —siguió la chica.

—Y-yo... Bueno, yo solo... —balbuceaba. En realidad no encontraba ninguna excusa en su mente para decir—. Eh, yo...

Se rascaba la nuca y miraba su reloj, era muy tarde y tenía demasiados asuntos pendientes antes de regresar por Mal. Ally lo seguía viendo, esperando pacientemente su respuesta. Ella tenía un tabla de papeles en la mano y se veía que acababa de salir de su dormitorio, que compartía con Marlene, la hija de Mérida

—Yo estoy aquí porque...

—Porque viniste a visitar a Mal, ¿no es verdad? —especuló Ally sonriente y a manera crédula—. Es tan obvio, Ben. Es que simplemente se nota que no puedes estar un solo segundo sin ella.

—Cierto, vine a visitarla. Justo eso iba a decir —aceptó Ben no demasiado contundente, muy aliviado.

Ally se acercó y dio una mirada a la puerta de Mal.

—¿Pero por qué venir a visitarla tan temprano? —preguntó Ally—. Digo, apenas son las siete de la mañana.

—Es que vine a decirle... vine a decirle lo mucho que la amo —inventó de pronto. Ben quería escapar ya del interrogatorio, pero Ally lo tenía acorralado y la verdad era que nunca había mantenido gran conversación con ella—. Para mí es verdaderamente importante que lo sepa.

Mal del otro lado de la puerta dio una carcajada sonora, que Ben enseguida escuchó. Él no pudo evitar sonreír.

—¿Qué fue eso? —indagó la muchacha, quien alcanzó oír a Mal, pero a diferencia de Ben, no tenía ni idea de que los espiaban.

—Fue una hermosa chismosa escuchando detrás de la puerta —dijo Ben. Mal volvió a sonreír, igual Ally no entendió nada. Hizo caso omiso—. Tienes razón, Ally, ella debe seguir dormida. Te veré después.

Ben estaba a punto de irse, cuando de nuevo fue interrumpido por la hija de Alicia. Él rodó los ojos pero se detuvo de todas formas.

—Oye, Ben, tú sabes algo de la sorpresa de hoy, ¿no? —preguntó en un tono de complicidad. Miró de un lado a otro y regresó a Ben—. Si me dices de qué se trata, prometo no decirle a absolutamente nadie.

Ben pareció pensarlo.

—Ojalá pudiera —exclamó en un gran aplauso—. Ojalá pudiera, pero se sabrá a su debido momento.

Ally borró su sonrisa.

—Estás muy enamorado de ella, ¿no es verdad?

—Es mi verdadero amor —contestó—. Es la mujer de mis sueños y en verdad no puedo creer cómo hizo cambiar mi vida en una sola semana —continuó Ben, viendo por el rabillo del ojo el lugar donde se suponía lo miraba Mal—. Tiene la habilidad sobre mí de cada día amarla mucho más —Ally se quedó seria. Ben giró un poco sobre su cuello y le guiñó el ojo a su prometida antes de empezar a caminar—. Buen día, Ally.

Mɪ Bᴇʟʟᴀ DᴇsᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora