Capítulo 21. El espectacular brillo de la Piedra Descendiente

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Dedicado a xDBGirlWritterx. Gracias por seguir
aquí leyendo. Te quiero 💛

Su prometida se deslizaba aún entre sueños cuando Ben en estado un poco somnoliento despertó con el pensamiento de buscarla en la cama. Pero no fue necesario, la sintió en torno a él. Abrió poco a poco los ojos y efectivamente ahí estaba, intacta y hermosa, como la vivió tan solo unas horas atrás. Tan especial bajo la sonrisa llena de vida que se postraba en su rostro, tan irreemplazable con su brillante melena morada.

Su chica de cabello morado que lo rescató de una zanja incluso desde antes de hacerlo.

Su palma llegó a la mejilla de Mal y la acarició. Entre los dedos peinó su cabello. Después lo recorrió hacia un lado, dejando a la vista su espalda desnuda, que rozó con los labios. Pero al entornar los ojos hacia sus pies, encontró un pedazo de papel. Miró a su amada y la movió con la precaución de que la cabeza impactara contra la almohada.

Se enderezó para coger la nota.

Queridos Mal y Ben:

¡Hey, tortolitos! No saben cómo me alegra que
hayan arreglado sus diferencias. Y tal cual tengo
certeza, sé que estarán leyendo esto hasta mañana.
Pero no se preocupen, los chicos no los vieron.
Por suerte entré sola. Les dije que fuéramos a mi casa,
pues quería dejarlos solos.

No se apresuren a buscarnos, yo me encargaré de mantener
alejados a los chicos del Castillo de las Gangas.
Los esperaremos en el Castillo-al-otro-lado.

Psd. Carlos y Jane están aquí.

Atte. Evie.

Aventó la carta en la cama y volvió a acostarse, suspirando. Eso quería decir que los chicos sí habían regresado. Por un momento se habían imaginado a Carlos descubriéndolos. Sería penoso e incómodo, sin duda. Alejó esos pensamientos extraños y tomó la decisión de desplazar el cuerpo de Mal al suyo de nuevo. Pero el movimiento logró hacer despertar a su chica.

—¿Ben?

—Shh... Tranquila, hermosa, descansa, ¿de acuerdo?

—Detesto que te despiertes tan temprano —dijo medio adormilada—. Ahora ya no podré dormir.

Ben tiró el recado de Evie por un lado de la cama y Mal se acomodó sobre el estómago de su hombre.

—Me siento... desnuda, Ben.

—Princesa —comentó, suprimiendo su propia risa y mirándola pícaramente—, es que estás desnuda.

—¿En serio? —preguntó—. Hum..., ya no me acordaba—Suspiró y dibujó una sonrisa en el rostro, lo que le hizo pensar a Ben que estaba recordando la noche anterior—. Y dime, ¿te has aprovechado de eso esta mañana?

Esbozando una sonrisa, Ben esperó a que Mal abriera los ojos para responderle.

—Creo que de eso ya me aproveché demasiado ayer.

Mal se tapó con las sábanas la parte superior. Ella estaba verdaderamente sonrojada, pero todavía acostada demasiado íntimamente con él. Se sentía tan mágico. Por una fracción de segundo Mal se mordió el labio. Resultaba tan excitante tener bajo ella a Ben desnudo. En definitiva un bombón indiscutible.

Mɪ Bᴇʟʟᴀ DᴇsᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora