Capítulo 38. El feroz rugido de las brujas

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Holis. Ahora sí todos los capítulos tendrán una canción que de algún modo sintonice con algo que sucede en el capítulo. Aunque de ser sincera, algunas canciones resonaran más allá del capítulo donde la coloque. ¡Yeeey! En algunos casos, la letra no es tan literal y es algo más abierto a la interpretación. Pero aquí vamos ♥︎

Canciones del capítulo
Unstoppable - Sia
Warrior - Avril Lavinge

—¿Es Mad Maddy disfrazada de su abuela? —especuló Ben, luchando por hallarle una explicación.

A Jay le pasó un espasmo de terror.

—Si es eso... excelente conjuro de disfraz. Se ve horrible.

—Nada de eso, queridos. ¡Soy la única e inigualable Madam Mim!

—Mal —Ben le habló—. ¿Hay una probabilidad de que la cúpula haya impedido que llegara a la Isla?

—No sé cómo explicarlo... pero estoy segura que llegó. Mi hechizo funcionó.

Jay miró a Mal.

—Está bien. Ya venciste a su insoportable nieta, esto no será... ¿difícil?

—¿Vencerme? ¿En un duelo de transformaciones? ¡Te reto, hija de Maléfica!

Mal se mordió el labio inferior con preocupación. No podría aunque quisiera, acabaría peor que Mad Maddy. Nunca intentó una transformación en su vida. No quería pensar siquiera si quedaba atorada en una forma que se le hiciera imposible revertir en pleno duelo.

—¿Cómo es que está aquí? —preguntó Ben.

Mal lo miró a él y alternativamente a Madam Mim. Era cierto, la vieja mañosa había querido desenfocar su atención del hecho de que no tendría que estar ahí.

—Oh, es algo en verdad maravilloso. Podría contárselos si la hija de Maléfica sobrevive al duelo.

—Lo averiguaremos sin ella, amor. Y de todas formas tengo la sensación de que no debemos estar aquí —le confesó Ben por lo bajo.

—¡Pero no esperaré toda la noche! —se quejó Mim—. Si necesitas una motivación, la primera regla del duelo será que la maravillosa Madam Mim no puede lastimar a esos dos —planteó— ¡HASTA QUE GANE!

—¿Soy al único que le parece escalofriante que hable de sí misma en tercera persona? —comentó Jay.

Madam Mim se sentó sobre su escoba tal cual fuese una mecedora y bajó con ella a ras del suelo.

—Podemos comenzar por unas pequeñas transformaciones, niña —arrugó la nariz—, como con ese cabello espantoso que tienes. ¡Es fascinante! ¿Acaso quieres competir con mi horripilante cabello? ¡Hazlo! Créeme que mí sería tan aburrido competir con alguien que no es capaz de horrorizar más su cabello.

Y se quedó a la espera.

Mal se agarró unos mechones de cabello y luego miró a su príncipe y a Jay. Casi cualquier hechizo que conjuró en Auradon tuvo que ver con el pelo, mas no eran transformaciones de verdad, sino que se basaban en retoques y manipulaciones, pero esto... Cada parte de su melena estaba destrozada. No era en absoluto la misma magia.

Tardó un segundo, pero al final cerró suavemente los ojos. Al abrirlos, su cabello seguía igual.

La cara de la vieja bruja empezaba a adquirir desesperación. Ben pensó que Mal no la tomaría desprevenida una segunda vez.

—Mírame, pequeña —le pidió. Ella lo hizo—. Piensa en la Isla y en lo mucho que te ha gustado siempre tu cabello púrpura.

Mal separó las cejas en un ademán de contemplación. Estaba pensando.

Mɪ Bᴇʟʟᴀ DᴇsᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora