#36.2

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Volví a bufar mientras tiraba el cubo a un lado de la camilla. Estaba aburrida.
Dando golpecitos con los dedos en mis piernas observaba la habitación en busca de algo que me divierta. Mire la puerta frunciendo el ceño. 

-Hmm... 

Me levanté con cuidado quitando un par de cables del suero y demás cosas y cojeando fui hasta la salida. Miré a ambos lados y cuando no vi nadie vigilando comencé a caminar por el pasillo. 
La puerta principal del pasillo se abrió y rápidamente me escondí, volví a mirar y cuando no había nadie seguí caminando.

Algunas puertas estaban abiertas y por curiosidad iba mirando desde fuera.

En una de ellas me encontré alguien que me quería sonar, mordí mi labio pensativa hasta dar con la clave, era el padre. Entré en sigilo y me acerqué para darme cuenta que a su lado estaba su mujer en la camilla también.

-Emm... hola.- saludé llamando la atención de ambos.- Soy... soy la chica del accidente, venía a saber como estabais y a aclarar que si necesitáis algo o algún tipo de paga por el estilo podríamos hablarlo en vez de pasar por un juzgado.-dije tímidamente. 

La mujer me miró fijamente hasta que sonrió.

-Hola cariño, no te preocupes fue culpa de ambos, nosotros tampoco nos fijamos bien.

-Igualmente quiero hacerme cargo del tratamiento y pagar la operación de los dos. Casi dejo a sus hijos sin padres...-murmuré apenada.

-Chica todo está bien, estamos vivos, gracias a esos doctores supieron llevar bien las operaciones. No te preocupes.-dijo el hombre.

Que señores tan agradables, eso en parte me entristece más pues casi me los llevo a la tumba.

-Aún así insisto en que pagaré el hospital por vuestra parte.

Iba a seguir hablando hasta que alguien entro de golpe y agitada. Me giré y vi a mi mujer.

-Aquí estás, como se te ocurre moverte y salir de tu habitación, encima sin supervisión se van a enterar los de guardia. -llevó sus manos a la cintura molesta.

-Es que me aburría...-hice un puchero.

-¿Qué te aburrías? ¿Y encima molestando a más pacientes?

-No te preocupes doctora, solo quería saber como estábamos.-dijo la mujer.

-Mira cariño, ellos son pues... los padres con quienes tuve el accidente.

Su mirada se suavizó y miró a los señores.

-Quiero hacerme cargo de su estancia, que no les falte nada y pagar las operaciones.-volví a decir.

-Y nosotros decimos que no hace falta.

-Tu ignóralos, son igual de cabezones.-hice un movimiento con la mano restándole importancia.

-Aún así no puedes salir de la camilla como loca, tienes medicina calmándote los dolores.

-Yo me siento bien.-sonreí.

Rodó los ojos.-Vosotros como estáis.- se acercó a las camillas y miró los portafolios que habían a los pies de estas.

-Yo tengo un pequeño dolor en la pierna.-dijo el hombre.

Ella lo miró y se acercó, comenzó a tratarlo. Yo mientras miraba con una sonrisa de orgullo como trabajaba.

-¿Lleváis mucho juntas?-me preguntó la señora.

-5 años de novias y 2 de casadas.-sonreí como niña sin apartar la vista de Camila.

-Es un infierno como no imagina.-comentó Camila en broma.

One Shots (Camila Cabello y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora