#39.2

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Terminé de ajustar mi vestido. Llevaba un vestido azul eléctrico ceñido hasta mi cintura con un corte de cintura abajo dejando una pierna al aire y con un escote de v que dejaba ver mi pequeño collar de oro con el nombre de mi hija.

Terminé de ponerme los tacones y agarré mi pequeño bolso donde llevaba el móvil las llaves y dinero suelto por si acaso.

Camila me habia hecho quedarme en casa de Taylor pues según ella no podía ver absolutamente nada de la sorpresa que me iba a preparar en casa.

-¿____ estás lista? - preguntó entrando a la habitación. - Wow...-se llevó una mano a la boca. - Estás preciosa.

-Gracias. - Algo sonrojada y con una sonrisa tímida respondí. - Y también por dejar quedarme aquí, Camila estaba un poco alterada con esto de la cita.

-Normal, no sabes la sorpresa que te espera, si no te la quedas tu me la llevo yo, esa chica es un ángel.

-Y que lo digas... - miro la hora en el móvil. - Será mejor que baje, tiene que estar al... llegar. - terminé de decir después de escuchar el timbre.

Bajamos juntas y abrí la puerta para encontrarme a Camila con un vestido similar, de espalda al aire y color negro.

-Estas preciosa. - dijo mirándome de arriba abajo mientras mordía su labio.

-Que podría decir de ti, estás fantástica.

-Sisi, mucha baba, me la traes a las 23:00 y nada de alcohol. - dijo Taylor por detrás.

-Haré lo que pueda. - contestó Camila. -¿Nos vamos?

Asentí y abracé su brazo para caminar junto a ella hasta el coche.

-¿En serio? ¿Has molestado al pobre de tu chofer para sacarte y volver a llevarte a casa?

-Puede... pero le he dado la semana que viene libre.

Nos montamos en la parte de atrás, el camino fue corto pues Taylor tampoco vivía muy lejos.

-Antes de que bajes, se que suena muy cliché pero quiero que te tapes los ojos con esto. - sacó un pequeño pañuelo rojo.

Me giré y ella los tapó con cuidado. Escuché la puerta abrirse y una mano agarrar la mía.

-Como me hagas caer te la llevas.

Escuché su risa. - Nunca lo haría.

A paso corto llegamos a lo que creo que era el jardín trasero. Entramos por la pequeña cancela y me soltó por unos segundos.

-Vale, si quieres puedes quitarte los tacones.

Le hice caso y al quitármelos sentí el frecor de la hierba en mis pies.

Me volvió a sujetar del brazo avanzamos un poco más.

-Con cuidado. - se movió un poco y luego me sujetó de la cadera haciendome sentar sobre una silla supongo. - Aun no te lo quites.

Sentí su ausencia por unos momentos hasta que comencé a escuchar una dulce melodía que producía las teclas del piano. Su voz comenzó a sonar en la silenciosa noche y supe que era el aviso para quitarme el pañuelo.

Me lo quité despacio y me acostumbre a la luz, era hermoso. Había convertido el jardín en un sueño. Una mesa central donde me encontraba y suponía que ibamos a cenar, varios farolillos de luz que alumbraban el lugar y sobre el piano blanco que teníamos dentro de casa, ahí se encontraba ella también tocando una canción para mi, varios pétalos de rosas rojas y azules decoraban la tapa del piano.

Sus ojos estaban cerrados, concentrada en la melodía cuando el verso final daba comienzo los abrió para mirarme sonriente. Finalizó tocando la última nota y se levantó.

-¿Te gusta?

Mire mi alrededor de nuevo.

-Es hermoso todo, te has lucido.

-Todo por ti princesa. - se sentó delante de mi.-Se que lo típico es comida italiana y cosas de esas pero yo opté por algo que se que te encanta y que mientras iba a por ti no se iba a enfriar.

Levantó lo que cubrían los platos para mostrar sushi bajo ellos.

-Ay dios, ¿por qué siento que te quiero tanto?

-Porque lo haces.

(...)

La noche transcurría tranquila, no teníamos prisa en acabar el día. Estabamos en el sofá pues fuera ya comenzaba a hacer frío.

-Me acuerdo perfectamente cuando llegaste a casa llorando porque te habian elegido para un grupo. - reí.

-Si, también la obsesión que tenían con vestirme con pajaritas como una niña dulce.

-Lo eras en ese entonces. - bebí de mi copa.

-¿Ya no lo soy? - abrió la boca haciéndose la sorprendida.

-Karla... últimamente eres de todo menos dulce. - dije divertida.

-Me ofendes. - bebió de su copa.

Me quede callada por un momento admirandola.

-¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Se me ha quedado algo de alga entre los dientes? - se tapó la boca.

Reí negando.

-Solo te apreciaba con más detalle, eres hermosa, dulce, simpática, fuerte, loca... - mordí mi labio. - Todo lo que has hecho por mí, eres un ángel.

Sonrió. - Haría cualquier cosa por ti, no es la primera vez que te lo digo, llevo enamorada de ti desde los 15.

-¿Desde los 15? - alcé las cejas impresionada.

Asintió mirando su copa. - Cuando me enteré que estabas embarazada me rompí por dentro pensando que ya había perdido una vida contigo. - dijo. - Pero cuándo dijiste que ese tipo no se iba a hacer cargo, que tus padres... - suspiró negando. - En fin, ya sabes. - me miró. - Ahí supe que aunque tu futuro no fuese conmigo tampoco podía dejarte sola, tenía que protegerte, a ti y a ese bebé. Eres lo más importante de mi vida junto a ella.

Limpié una pequeña lágrima traviesa. - Lo eres todo para mi Camila. Es verdad que no estoy enamorada de ti. - pause. - Pero siento que te quiero y no como amiga, siento que mi vida es a tu lado y te pido que me enseñes a amarte. - llevé una mano a su mejilla. - Porque no podría dejarte ir.

Sonreí y me acerqué a besarla, cuándo el aire comenzó a hacer falta nos separamos lentamente.

-¿No que no besabas en la primera cita?

-Podría hacer una excepción. - sonreí y volvimos a besarnos.





En breves tengo un pequeño viaje asi que trataré de hacer algún que otro shot para solo tener que darle a publicar.
Espero que os guste.

⭐y💬.

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One Shots (Camila Cabello y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora