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Ya eran las 2 de la madrugada y aún estaba conectada a la play jugando con Camila.

-____, ¿aún sigues en esa consola? Como sigas así te la voy a quitar muchacha.-escucho la voz de mi padre detrás asustandome.

-No no, ya me iba, solo me despido y me voy a la cama.

-Espero no volver a verte ahí.-el sonido de la puerta cerrandose me hizo suspirar.

Volví a la partida en la cual me habian matado y tenia que esperar a que mi equipo acabase la ronda.

-¿Ya te han regañado?-escuché tras los auriculares como Camila se burlaba de mi.

-Es porque mañana tenemos que irnos a... a la casa de mi abuela.

-Claro que si niña.-rió y yo gruñí.

-Que no soy una niña.

Así era todo el rato, junto a el grupo al completo con el que solíamos jugar entre ella y yo siempre había algun tipo de pique, aunque ultimamente siempre se iban todos y nos quedabamos solas, a veces solía ser hasta agradable y la persona más tierna, pero cuando es así de irritante uhg, no la aguanto.

-Lo que digas, bueno ¿creo que te tienes que ir no?

-Eso parece... ¿mañana te conectaras?

Por algún motivo extraño me hacía ilusión que estuviese todos los días disponible.

La conocí jugando al Rainbow Six Siege, al igual que a Dinah, Normani, Lauren y Ally. Esas chicas son de lo más simpáticas y amigables, pero Camila era diferente, al inicio si era muy dulce pero desde hace un par de meses empezó a molestarme y cuando se iban las demas volvía a ser tierna, me confundía.

-Puede que por la noche, no lo sé, he quedado con alguien.

Eso me desilusionó de golpe, el saber que ella podría estar enamorada de alguien con quien si podría estar delante.

-Aah... pues... bueno, ya hablamos.-dije algo bajo.

-Buenas noches pequeña.

-Hmm.. que descanses..-me desconecté.

Con un suspiro apagué la play y agarré mis muletas. Llevaba un mes con ellas, a causa de un accidente de coche, perdí una pierna y me quedé en silla de ruedas durante 3 meses hasta que me cansé de estar sentada y reconocí que la había perdido, mis padres siempre me decían que podrían pagar una terapia y poder volver a andar con una pierna ortopédica, me asustaba tener que estar en esa situación, me daba miedo reconocer que me faltaba algo y sentirme inferior pero hace poco empecé a aceptarlo, esto iba a ser mi vida a partir de ese día y si yo no daba el paso, irónico, nadie lo iba a hacer por mi.

Hablando de Camila, se puede notar desde lejos que estoy enamorada de ella, suena algo raro porque también dije que me trataba algo mal a veces pero, cuando no lo hace es lo más... dulce, amable y perfecta. Suspiré pensando en ella y me tiré en mi cama.

-Maldita pierna...

A causa de ello no podía verla, viviamos en la misma ciudad a pesar de que ellas no lo sabían, pero yo tenía miedo de que me rechazaran, no sabían mi condición, mañana no tenía que ir a casa de mi abuela, tenía que ir a terapia, para empezar a buscar mi nueva pierna.

......

Estaba sentada en la camilla, era la tercera pierna que me probaba y todas se sentían incómodas o me hacían daño.

-Veamos si esta te está mejor.-el médico se acercó y me ayudó a ponerme de pie para probarla.

Hice una mueca de desagrado pero a la vez sentía que esta era un poco más cómodas a las demás.

One Shots (Camila Cabello y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora