One Shots (Camila Cabello y Tu)

#1.2

-Gracias por traerme Jake.-le sonreí.

-No es nada preciosa.-noté como se acercaba a mi para besarme pero la puerta de mi casa se abró haciendo que caíga dentro.

-Estás muy mayor para estas cosas ya.

-Pero qué...-me levanté mirándola.-¿Qué haces tú aquí?-miré a Camila molesta.

-Vine a por Paula, ¿tú qué miras?-miró a Jake.

-No... yo... ya me iba, nos vemos en el trabajo ____.-huyó al coche y se fue.

-Hombre...-murmuró Camila entrando.

Gruño y cierro la puerta.-No tenías derecho a espantarlo.

-Solo he abierto la puerta, él es el que ha huido.-se echa en el sofá y sigue mirando la televisión.

-Paula no viene hasta dentro de dos horas y lo sabes perfectamente, ¿qué haces aquí?-dejo mi bolso en el sofá y la miro de brazos cruzados.

Suspira.-Venía ha hablar contigo, pero veo que tu ya vas por otros caminos.

Alzo una ceja.-¿Otros caminos? Te lo repito, no tienes derecho a estas cosas, se por donde vas y te lo aclaro desde ya, tu fuiste quien tiraste todo, tus estúpidos celos y tus «voy a cambiar, de verdad» ya son solo palabras estúpidas, que llegues el día de mi cumple y digas que sigas amandome como dices hacer no cambia nada, yo trato de seguir adelante pero tú no me dejas.

-Porque yo quiero que sigas adelante conmigo.-se levantó.-Puede que suene egoísta pero te quiero solamente para mí, nunca dejé de amarte y jamás estuve con alguien mientras tú estuviste con esa tal Marta y ahora con Jake, no quiero que esto acabe así, eres el amor de mi vida aunque tu quieras negarlo, pero yo no me voy a rendir tan fácil, aunque me cueste mi último aliento, lo intentaré.

La miro fijamente, estaba echa un lío, no sabía que decir, claro que la sigo amando, pero ella echó todo a perder y ahora estoy pagándolo yo, ¿quería volver a estar con ella? Sí, entonces, ¿cuál es el problema? ¿por qué no volvemos y ya?, porque tengo miedo, miedo a que todo vuelva a ser como antes, a acabar rota de nuevo.

-Por favor...-se me acercó después de un largo tiempo en silencio.-Dime que no me quieres... dime que todo está perdido y que jamás me amaras de nuevo, que no sientes lo que siento.-agarró mis manos mirándome a los ojos fijamente.-Dilo...

No quería negarme, pero tampoco iba a darle el gusto y que crea que puede hacer lo que quiera.-No puedo...-aparté la mirada aguantando las lágrimas.

-¡Mami ya estoy!-la puerta se cerró y me aparté rápidamente de Camila.

-Hola cariño, ¿qué tal las clases?-me giro hacia ella.

-Bien...¿pasa algo?-mira a Camila detrás de mi.-Oh, hola mamá.-le sonríe y va a abrazarla.

Giro mirándolas y Camila captura mi mirada con la suya, «esto no ha acabado» leo en sus labios, suspiro y voy a la cocina.

Preparo algo rápido para comer las tres mientras escucho como mi hija ríe junto a su otra madre, entre pensamientos me distraigo cortando y sin querer acabo haciendome una pequeña raja en el dedo.

-Ay...-jadeo por el dolor y suelo el cuchillo rápido.

-¿____ todo bien?-escucho a Camila y luego unos pasos con prisa.-¿Qué ha pasado?-se acerca y ve el corte.-Cuantas veces te he dicho que no te entretengas cortando.-murmura y va a por el botiquín, que sabía perfectamente donde se encontraba.-Dejame ver.-le dejo mi mano y observo como con mucho cuidado comienza a curar la herida.

Mi mirada inspecciona su rostro detalladamente, su ceño fruncido por la concentración, sus labios algo separados, su tono bronceado que le da ese toque natural y sexy.

-Me empiezo a sentir violada.-susurró con diversión.

-Ya comienzas a entenderme cuando me lo haces tú.-alzo una ceja.

Termina de curar y se separa guardando todo.-Es inevitable no hacerlo, ya que no me dejas tenerte, ¿tendré que disfrutarte de otra forma no?-sonríe coqueta y termina de guardar el botiquín.

Ruedo los ojos divertida.-La comida ya está.-aparto en tres platos y los llevo a la mesa.

......

-Y aquella vez que a tu madre no se le ocurrió otra cosa que comprar esas pequeñas bolitas que las tiras en agua y se van haciendo más grandes y tirarlas en la piscina.

Camila rió.-Me llevé toda la noche limpiando la piscina.-reímos.

-Por supuesto, hasta que no estuviese como nueva no dormias.-sonrío y nos quedamos en silencio mirándonos.

Un leve suspiro hizo que despegase la vista y mirase a Paula la cual se encontraba en mi pecho dormida.

-Voy a...-me levanté pero ella me interrumpìó.

-No, dejame a mi.-la agarro entre sus brazos y la llevó a su habitación.

Suspiré y me quedé sentanda mirando algun punto fijo pensando. No noté cuando volvió y se sentó a mi lado, pero si noté su mirada en mi.

-Se que has disfrutado de esto tanto como yo... podía notar tu ilusión mientras le contabas a nuestra hija mis grandes azañas.-sonrió leve.

Giro mirándola apoyada sobre mi mano.-Eres única...-suspiro.-Pero me hiciste mucho daño y no quiero volver a pasar por lo mismo.-murmuro.

-No voy a permitir que pases por lo mismo, si me das la oportunidad de ser una familia de nuevo... te haría la mujer más feliz del mundo, seríamos una familia de lo más encantadora... y a lo mejor le podemos dar un hermanito a Paula...-movió sus cejas haciendome reir.

La miré en silencio por un momento.-No me defraudes.-le sonreí levemente.

-Jamás lo haría.-aplaudió como una niña chica y se tiró sobre mi para besarme.-Podemos empezar a hacer el hermanito.

Río.-No me puedes dejar embarazada cariño.

-Bueno, pero se puede intentar.-sonríe y vuelve a besarme.