XLII - Sinceridad

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El joven ajusta su visión y se queda observando las alas de Sappheiros, que a pesar de lo dañadas que se ven, lo sostienen con orgullo en el aire; esto le causa un extraño pesar y rompe el silencio con lo que ha traído dando vueltas en su cabeza

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El joven ajusta su visión y se queda observando las alas de Sappheiros, que a pesar de lo dañadas que se ven, lo sostienen con orgullo en el aire; esto le causa un extraño pesar y rompe el silencio con lo que ha traído dando vueltas en su cabeza.

—Antes de vernos ¿cual era tu plan?

Sappheiros se queda un poco extrañado, ya que ha hablado de ello antes pero igual responde.

—No ha cambiado mucho, hemos estado buscando la forma de llegar a Lazurd. Nuestro objetivo es acabar con él.

—Finge que no lo conozco y dime por qué —dice con un aire de exigencia.

—Lo confesaré pero no será nada agradable: al principio quería vengarme. No me enorgullece pero después de lo que hice, sentí tanto coraje que para él hubiera sido un fracaso y no me diera oportunidad de nada más. Sin pensarlo dos veces me despojó de todo; cínicamente dijo que sería bondadoso y los perdonaría a ustedes dos. Ya sabes que nos desterró, pero antes ordenó la ejecución de las familias de mis hombres en frente de nosotros... fue una masacre, hermanos, padres, tíos, abuelos, uno ya tenia esposa y estaba embarazada; no habia peor tortura, seríamos los ultimos en morir; —dice apretando la mandibula y los puños, sintiendo una mezcla de furia, rencor y dolor.

Ángel reacciona de forma similar, pero no le interrumpe.

—Nadie se imaginó que Lazurd llegaría a tal crueldad. Yo estaba más muerto que vivo, traía las quemaduras del incendio que habían alcanzado mi ojo y con la casi nula fuerza que tenía, supliqué que no lo hiciera, que tomara solo mi vida pues nadie más tenía la culpa. Pero él me arrancó el arcillo a sangre fría e hizo que me mantuvieran consciente para ver sufrir a toda esa gente. Sus familiares —dice con dificultad sintiendo un nudo en la garganta que le provocaba dolor— se revelaron, lucharon aunque sabían que estaban en desventaja, se sacrificaron para que escapáramos. Mis hombres con lágrimas en los ojos y sin sus canalizadores, hicieron todo por salvarme y huir.

Entonces te has sentido culpable de todo —piensa Ángel con extraña empatía.

—Lo más frustrante es que ellos nunca me culparon y me han seguido todo este tiempo fielmente. Se volvieron mi familia, pero no pude olvidar el dolor que provoqué.

—Dijiste «al principio» ¿ya no quieres vengarte? —Alcanza a decir con inquietud.

—Ha sido difícil diferenciar el pasado de lo que ahora hacemos: después de sobrevivir en parte gracias al dr. Kelvin, dos años dolorosos de recuperación pasaron. Investigamos y nos dimos cuenta que todo lo sucedido fue bien ocultado al clan, porque no había el menor chisme al respecto. Era obvio que solo los más fieles a Lazurd y verdugos estaban ahí.

—Él no suele dejar cabos sueltos —admite con frustración Ángel.

—Supe que a ustedes también les hizo mucho daño en todo este tiempo... —expresa Sappheiros con preocupación.

AngelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora