LI - Nordri Parte II

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La mirada de Ángel se intensifica al punto de que ella se percata, es como si le pidiera elegirlo

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La mirada de Ángel se intensifica al punto de que ella se percata, es como si le pidiera elegirlo. Aunque duda un poco, menciona el nombre de su amigo y al seleccionar la pluma, esta se divide y se transforman en dos grandes cilindros de color blanco que caen, uno captura en su interior a Iris y el otro queda a un lado.

—Considerando tus antecedentes, la pregunta es ¿qué puedes ofrecer a tu clan?

—Al ser enviado al territorio humano me di cuenta de toda la responsabilidad que cae en los gobernantes y que fui desconsiderado con la gente de nuestro clan, corregiré lo que sea necesario, seré un soporte para mi gente, pero se que no lo puedo hacer solo y por eso estas personas fueron seleccionadas, tengo la confianza en que ellos pueden ayudarme a cumplir nuestros objetivos, así que esto es lo que ofrezco: mi fuerza, que no se limita a la física, junto con mi promesa de no volver a abandonar mis responsabilidades —dice con firmeza.

Aciano sonríe.

—Ponte de espaldas a los cilindros, cuando te diga, puedes volver a mirar y deberás seleccionar uno, si tu amiga se encuentra ahí, la salvas, sino está, el cilindro se destruirá con ella dentro, cabe señalar que no te puede escuchar ni tu a ella, así que eso no lo puedes usar a tu favor.

Ángel mira fijamente al guardián, sin embargo no dice nada y obedece las instrucciones. Los cilindros se intercambian de lugar velozmente, a la señal de Aciano se detienen y le indica al joven voltear de nuevo.

—Este —dice Ángel mientras señala con su mano derecha la caja del mismo lado.

El cilindro de la izquierda se destruye y la otra se vuelve a convertir en pluma cayendo en el hombro de la joven. Aciano solo se queda pensando. El joven ahora selecciona la siguiente pluma y la persona es Rufo, quien responde al nombre de Kyanos para esta misión. Pero antes de que entre en escena, Aciano se lanza directo al joven, quien aunque estaba preparado para ello, apenas puede esquivarlo, su hombro recibe un gran impacto que lo tira al suelo y queda sangrando, el guardián intenta asestar otro golpe pero esta vez Rufo se interpone y recibe el impacto.

—¡No! ¿por qué? —grita Ángel.

El golpe fue tan fuerte que el brazo derecho de Rufo se fractura y aunque se queja, casi de inmediato utiliza su poder para bloquear el dolor, así que solo finge.

—Calma... no dejes que algo como esto te afecte.

—Lo dejaré pasar porque ya te había elegido, estrictamente ya era tu turno por lo que podías intervenir. Si respondes satisfactoriamente la pregunta, curaré a los dos.

Rufo asiente.

—En la elección anterior ¿cómo logró acertar Ángel?, en este juego no hay suerte.

Después de meditar un poco, Rufo mira al guardián a los ojos.

—Cuando estaba de espaldas a ti, él estaba viéndome.

—Honestidad, ¡bien!, hicieron caso a mi primera advertencia.

Aciano coloca sus manos cerca del brazo de Rufo, cuando sus ojos destellan, una energía con tonalidad azul rodea el brazo y al instante vuelve a su lugar como si nada hubiera sucedido. Repite la acción con Ángel y la sangre parecía retroceder ante la mirada sorprendida de los presentes.

La siguiente en ser elegida es Iolita y la pluma seleccionada suelta un silbido agudo que solo Rufo puede escuchar, esto le provoca mucho dolor evitando que pueda concentrarse para usar su poder.

—Sus tímpanos están siendo afectados directamente, no resistirán tanto, si quieres salvarlo tendrás que perder algo a cambio.

—Pide lo que quieras, mientras la afectada sea solo yo.

—Tienes agallas al exigir algo. Sentido por sentido entonces, pero en tu caso lo elegirás con la pluma y veremos si tu compañera restante puede salvarte.

Iolita elige una pluma y esta se vuelve líquido salpicando sus ojos, causando graves quemaduras, el dolor es tan fuerte que se desmaya. Sappheiros reacciona para atacar a Aciano pero Zircón lo detiene.

—Turkenite, tienes hasta que cuente 60 para responder ya que después ese daño será irreversible. ¿Quienes son ustedes realmente?.

Aciano comienza el conteo, el peso de la pregunta es fuerte para Azurita ya que si miente, corren el riesgo de que Aciano en el mejor escenario no los deje pasar y si dice la verdad podría alertar a los demás guardianes y se vean obligados a pelear.

No te preocupes, te respaldo —dice mentalmente Larimar a la última participante, Azurita.

Ella toma un gran respiro y responde.

—Somos los guerreros elegidos por Ángel para luchar a su lado y proteger al clan Zafiro de hoy en adelante.

Cuando ella termina de decir su respuesta cierra los ojos esperando lo peor, pero en lugar de eso un chasquido se escucha, Azurita abre los ojos, corre hacia Iolita y cae arrodillada sollozando pues ve que la herida desapareció, esta última había recobrado la conciencia y solo se encontraba confundida.

—Es obvio que todos tienen el mismo propósito, no puedo desaprobar la voluntad y compromiso que han demostrado aquí, también puedo saber que son honestos en sus respuestas y esos son elementos necesarios para nuestro clan así que pondré mi confianza en eso ¡todos han pasado esta prueba!

La tensión se libera de inmediato, se acercan los demás para ayudarlas a ponerse de pie y estrechar sus manos.

Aciano abre la puerta y se deja ver el camino que lleva al palacio, el guardián los apresura a cruzar ya que no queda más tiempo pero antes de que Ángel cruce la salida decide dar una advertencia.

—Les sugiero prudencia, la verdadera prueba será la que viene, el último guardián no es como los demás, las palabras bonitas no funcionan con él, es el guerrero más equilibrado de Zafiro, es cierto que en poder solo está por debajo de la familia principal, pero eso sería el menor de sus problemas, posee gran sabiduría, habilidad física entre otras muchas virtudes, su misión es custodiar la entrada al palacio, así que si él los considera enemigos no se tentará el corazón y acabará con ustedes.

—Agradezco la consideración al decir eso, pero no tenemos el privilegio de volver atrás, sólo podemos avanzar —responde el joven con una sonrisa que muestra una gran determinación.

Cuando la puerta se cierra, Aciano se queda mirándola por un rato.

—¿Es posible que mi mentor ceda ante esa determinación? Es curioso, por alguna razón, parte de mi desea que tengan éxito, son muy misteriosos, pero sin duda únicos en su tipo y genuinamente creo que sería bueno que resulten aliados, por el bien de todos.

—¿Es posible que mi mentor ceda ante esa determinación? Es curioso, por alguna razón, parte de mi desea que tengan éxito, son muy misteriosos, pero sin duda únicos en su tipo y genuinamente creo que sería bueno que resulten aliados, por el bien de...

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