LXIV - Reencuentros Parte I

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—Iris

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—Iris... ¡Iris¡ Debes abrir los ojos.

Al escuchar la voz de Ángel, hace lo que le dice y nota que están volando muy alto e inconscientemente se aferra al brazo de su amigo.

—Estamos en... 

—Otro mundo... Por lo menos puedo decir que no es Lapide. ¿Lo reconoces?

—No estoy segura, jamás había volado por encima de mi mundo, o salido de casa siquiera... —explica con tristeza.

—Bueno, la señora Titanita dijo que los tesoros reaccionan a los sentimientos, si funcionan como nuestros poderes, es muy probable que estemos en un lugar relacionado contigo. Además hemos pasado por cosas más difíciles, ¿dejarás que esto te detenga?

—Es verdad, no puedo rendirme sin intentar algo...

—Debo decir que es muy diferente a Lapide, ahora entiendo porque te sorprendía, todo lo que veo es desconocido para mí.

Ella observa los alrededores y de pronto reconoce un lugar de sus recuerdos.

—Esa es la plaza grande... 

—Perfecto, eso confirma que sí es tu mundo, y ya tenemos un punto de partida. Vamos.

—Espera, no podemos ir así... aquí no hay angelus o poderes como en Lapide, llamaremos demasiado la atención y no creo que sea lo mejor. No podremos seguir volando, aterricemos en algún lugar discreto.

—Pero perderemos de vista ese lugar.

—Preguntaremos. Aunque me preocupan tus ropas, supongo que podrían pasar por disfraces, pero tendremos que olvidar pasar desapercibidos...

—Lo siento, no estoy seguro de seguirte el paso...

—Bueno, si ahora estamos en mi mundo tendrás que seguir mis consejos. Para empezar, nada de alas, ni magia, tampoco mencionar cosas del otro mundo, si te preguntan algo, deja que responda en tu lugar y trata de seguirme la corriente.

—Lo intentaré... Uh...

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

—Mi poder... no puedo conectar con él como en Lapide.

—¿Qué quieres decir?

—¿No lo sientes? En Lapide existe una conexión, la energía que mantiene las islas flotantes, la magia de nuestro mundo fluye siempre, nosotros los angelus tenemos la más fuerte conexión, es por eso que nuestro poder es grande y somos los guardianes. Aquí me siento extraño, como si poco a poco desapareciera mi poder, mi canalizador ha impedido que pierda todo, pero temo que pronto no pueda usarlo.

—Eso explicaría porque aquí nunca despertó mi poder, pero no había notado lo que dices hasta ahora.

—Lo más extraño siempre fue que nunca tuviste un canalizador.

AngelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora