Salió de Mick’s confundida y apresurada, no entendía por qué Hoffman quería que ella pusiera en alerta a los Taylor, solo ella y nadie más. Podía haber enviado un mensaje desde el teléfono de Bree y mantener el anonimato o hacer que cualquier otro llamase, pero no: insistió en que Em debía dar la noticia cuanto antes.
- Qué.?! –exclamó Erik enardecido- Bree ha sido qué.?!
- Secuestrada. –repitió Em.
- Estás segura.? No he sabido nada de ella pero tampoco he presentido algo malo, aunque he estado intranquila toda la tarde… -afirmó Ayden.
- Hoffman la tiene.
- Hoffman.? Qué Hoffman.? Quién diablos es Hoffman.?! –inquirió Erik.
- Uno de los profesores de Gabe.
- Y qué tiene que ver Gabe en todo esto.? –preguntó Ayden mientras respondía un mensaje de Sam anunciando que se dirigía hacia allí.
- Gabe es parte de un demencial proyecto de Hoffman, le ha lavado el cerebro y ahora actúa diferente. Erik, él sabe acerca de nosotros.
- Qué es lo que sabe.?
- Toda la maldita historia.! Desde el principio hasta la actualidad, buscaba a uno de los descendientes y descubrió a Gabriel. Mi secuestro fue una forma de descartar a Bree para quedarse con el más poderoso de todos.
- Dios mío… -dijo Ayden al tomar asiento.
- Aguarda, me estás diciendo que Gabriel Kloster secuestró a mi hija.? –preguntó Erik.
- Esa es una pregunta idiota y absurda, Gabe jamás le haría daño a nadie.! –exclamó Franz al escuchar la pregunta cuando entraba.
- Estás seguro de eso.?
- No lo haría intencionalmente, y menos a Bree o cualquiera de nosotros.
- Sabes lo que haré sin importar quién esté involucrado. –espetó envarándose a pocos centímetros de Franz, sus ojos estaban negros como la noche.
- Lo sé, y tú sabes lo que yo haré. –respondió con manos humeantes y llamaradas en su mirada.
- Basta.! Esto es lo que él quiere, no lo ven.?! –interrumpió Emma- Separarnos para debilitarnos.!
- Tiene razón, nuestra principal preocupación ahora debe ser Bree. Ya veremos quién es el culpable. –afirmó Sam.- Así que cálmense y busquemos a nuestros hijos.
- Puedes saber dónde está Gabe.? –preguntó Ayden.
- Viniendo hacia aquí. Ignoro el paradero de Bree, tal vez si lo intentamos juntas con ayuda de Kay podamos descubrirlo.
- De acuerdo, vamos a mi habitación. Estaremos más tranquilas.
- Qué sucede.? –preguntó Jayden al entrar seguido por Gabe.
- Tu hermana ha sido secuestrada. –respondió Erik.
- Eh.?! Cómo.?! Por quién.?! –exclamó al soltar su mochila.
- Hoffman. –dijo Em.
- Qué.?! Hoffman.?! –inquirió Gabe.- Estás yendo un poco lejos Em, esto es serio para andar bromeando.
- No bromeo.
- Quién cuernos es Hoffman.?! –interrumpió Jayden.
- Mi profesor, tengo una beca con él y por algún motivo ella y mis padres meten las narices dónde no deben.
- Tu profesor raptó a mi hermana.? Lo lamento por él, pero por qué habría de hacerlo.?
- No lo sé, pregúntale a ella; para mí estamos perdiendo el tiempo discutiendo estupideces en lugar de rescatar a Bree.!
- Tiene razón, qué hacemos aquí parados como estatuas.?!
- Esperamos que Ayden, Sam y Kay la ubiquen. Lo están intentando ahora. –respondió Franz.
- Y por qué ustedes dos parece que estuvieran a punto de matarse.?
- No es nada… –dijo Franz calmándose al igual que Erik. Ambos retrocedieron.
- Gabe, puedo demostrar que Hoffman la tiene. –afirmó Em sacando el teléfono de su bolsillo.
- Sigues con eso.?! –espetó Gabe.
- Cállate y escucha.!
Se acercaron para escuchar la grabación de Em, sin embargo solo oyeron estática. Se desesperó, avanzó y retrocedió la grabación pero solamente tenía quince minutos de ruido blanco. Ni una voz, confesión o sonido relacionado a Hoffman.
- Em, estás mal. Cuando esto termine hablaremos.
No hacía falta aclarar sobre qué hablarían ni ser adivina para saber que Gabe quería romper con ella. Em jamás creyó que este día llegaría. Guardó el teléfono en el bolsillo y se retiró a un solitario sillón en el cual no fuera vista llorar en silencio. Poco después Ayden regresó a la sala.
- Tenemos una pista, pero necesitaremos la ayuda de Erik y Jayden. –anunció.
- Qué descubrieron.? –preguntó ansioso Erik.
- Está en una especie de oficina pequeña a uno o dos pisos de altura, sabemos que no está lejos pero no podemos precisar dónde. Creemos que está bien vigilada. Una de nosotras irá con Erik y otra con Jayden, ellos podrán llevarnos rápidamente por la zona, quién la encuentre llamará al resto.
- Bien, hagámoslo.
- Eh… no te enojes tía, pero creo que podría maniobrar mejor con Kay, es más pequeña y corta que tú… -sonrió.
- Corta.?! –exclamó Kay.
- De acuerdo, dense prisa.
Erik tomó en brazos a Ayden y desapareció por la puerta, luego fue el turno de Jayden y Kay.
Solo pasaron unos minutos cuando el mensaje de Kay llegó: “la universidad de Gabe.”, leyó Sam en voz alta.
- Em, ni lo digas. –advirtió Gabe.
- Tanto te cuesta siquiera admitir la posibilidad.? La vida de tu prima está en juego.!
- Ok,sabes qué.? Llamaré a Hoffman y le pediré que vaya así terminamos con todo esto.
- Gracias…
Gabe la miró con desdé mientras salían rumbo a la universidad y marcaba el número de Hoffman. “Allí estará.”, dijo al colgar y subir al auto.
La noche continuaba cubierta de densas nubes, el clima tormentoso era evidente. En el pasto cerca de la entrada aguardaban cinco personas frente a la caseta de vigilancia: Erik, Ayden, Jayden, Kay y y Hoffman.
- Ya no creo que haga falta que los presente. –dijo Franz al acercarse y estrechar la mano de Hoffman.- Gracias por venir.
- Es lo menos que puedo hacer después de lo que me dijiste. Si tu prima está aquí, la hallaremos. Advertiré a seguridad para que nos dejen entrar y avisen a la policía. –sentenció al tomar su teléfono y dirigirse al guardia.
- No, no lo haga. Preferimos manejar esto nosotros, sé que suena extraño pero… -pidió Erik deteniéndolo.
- Señor, es su hija y respeto su decisión de forma incondicional.
Em notó que el teléfono que blandía en su mano era igual al de Bree, no podía ser tan estúpido como para tenerlo a plena vista y utilizarlo pero tampoco podía dejar pasar la oportunidad de hacerse con semejante evidencia, así que sin más se lo arrebató y retrocedió unos pasos.
- Em, qué demonios haces.?! –exclamó Gabe.
- Este es el teléfono de Bree.! –afirmó ella.
- Crees que ella es la única que tiene ese teléfono.?!
- Te parece que la funda rosa pertenece a un hombre.?
- Lila. –corrigió Hoffman.- Fue un regalo y no quise despreciarlo. Tal vez no sea muy masculino pero… -sonrió.
- Puedo probarlo, llamaré a Bree y éste teléfono sonará con la balada de Erik.!
- Profesor lo siento, mi amiga está un poco alterada… -se disculpó Gabe.
- Amiga.?! Ahora verás.! –exclamó al marcar el número. Todos la miraban esperando que algo sucediera pero nada pasó. El teléfono de Hoffman permaneció inerte.
- Satisfecha.?! –espetó Gabe quitándoselo de las manos- Aquí tiene, profesor. Lo lamento.
- No hay problema, es una situación delicada. Entiendo que sus emociones estén alteradas. Le diré a seguridad que nos dejen entrar.
Em no sabía qué hacer, Hoffman se mofaba en sus narices y la ponía cada vez más en contra de Gabe. Mientras caminaban rumbo al edificio Hoffman se retrasó quedando a la par de Em que había sido relegada.
- No sé cómo lo hizo y no sé como lo haré, pero lo pagará.! –gruñó Em.
- Oh, vamos.! En verdad creías que te dejaría grabar una confesión semejante y que sacaría el teléfono de Bree de manera tan obvia frente a todos.?
- Por qué lo hizo.?
- Tú sabes por qué: divide y triunfarás. –sonrió adelantándose.
Varias siluetas merodeaban el edificio, ninguna llevaba el uniforme de seguridad. Entrar por cualquier otro lado hubiera sido sencillo, Jayden descubrió varios lugares por dónde hubieran podido entrar sin ser vistos. Si Gabe no hubiese llamado a Hoffman sin duda habrían entrado de esa forma y no por la puerta principal. Ahora debían deshacerse de él para poder actuar.
- Nos haremos cargo de aquí en adelante, le sugiero que se retire. –dijo Erik dirigiéndose a Hoffman.
- Pero… son varias personas y no saben si están armadas, además ése es mi despacho. No conocen tan bien el lugar como yo, por favor permítanme ayudarles.
- Se lo agradezco, pero…
- Está bien, entiendo. Igualmente ella sabe cómo llegar. –afirmó apuntando a Em.
- Y por qué iba a saberlo.?
- Irrumpió en mi oficina buscando datos del proyecto en su obsesión por investigarme. Lo siento, Emma, pero deben saberlo.
- Hiciste qué.? Estás loca.?! –exclamó Gabe.
- Yo… -titubeó ella sorprendida.
- Gabe, cálmate no es el momento. –afirmó Franz- Hoffman, agradecemos su ayuda y su silencio.
- No hay por qué, esperaré en la entrada. Estoy seguro que todo saldrá bien. –sonrió.
- Vamos.! –dijo Gabe encendiendo sus manos una vez que Hoffman estuvo fuera de vista.
- Espera, hay que pensar primero cómo sacarla sin herir a nadie. –ordenó Franz.
- Bree está ahí dentro y ninguna de ellas puede contactarla, lo cual nos dice claramente que NO está bien.! Qué sugieres.? Dormirlos con cuentos de locas leyendas o rescatar a la hija de tu amigo cueste lo que cueste.?! –espetó Gabe enfrentando a su padre.
- Gabe…
- No papá, ya me harté de esperar y calmarme. Iré por Bree con o sin ustedes. Y nadie me detendrá.
- Iré contigo. –afirmó Erik.
- Taylor, espera.!
- No, Franz: es mi hija. No hay nada que esperar. –dijo tornando sus ojos negros y quitando el sable de su bastón.- Ustedes esperen aquí.
En un parpadeo Erik se desvaneció. Una brisa levantó las hojas del suelo a medida que un destello derribaba a los guardias que custodiaban el ala oeste. Erik solo los había derribado.
Franz entró por la puerta principal con Ayden y Sam, Em se escabulló detrás de Gabe quién no dudó a la hora de eliminar la custodia armada en la terraza cuando le dispararon. Las balas se derritieron en su escudo de fuego el cuál arrojó a los guardias incinerándolos y luego pasó sobre las cenizas sin prestar atención.
Pro las ventanas podían verse pequeñas explosiones amarillas y blancas que marcaban el avance de Franz y Ayden. Erik se encontraba fuera de la oficina de Hoffman perplejo ante la frialdad de Gabe que avanzaba en llamas hacia él. Miraron dentro pero no hallaron a nadie, repentinamente unos golpes lejanos seguidos de un gemido llamaron su atención. Erik apenas logró apartarse cuando el ventanal estalló por completo en mil pedazos dejando entrar a Gabe. La puerta de la oficina tuvo el mismo destino pero más sutil a manos de su padre. Todos estaban allí, menos Bree.
- Allí.! - indicó Kay bajando de los brazos de Jayden que acababa de llegar- En ese armario.!
Gabe destrozó la puerta y observó sus maquetas perfectamente ordenadas en los estantes. Em se sorprendió al verlas, pero no tanto como Erik al no hallar a su hija.
- No hay nadie aquí, Kay. Estás segura.? –preguntó Gabe apagándose.
- Sí, estoy segura… busca bien… -dijo mirando alrededor- Aquí, detrás de este mueble.!
Jayden lo corrió dejando ver una puerta que daba a una escalera.
Bajaron hasta llegar a lo que parecía ser un sótano. Había un bulto tirado en la esquina, tenía la silueta de una persona. Estaba inmóvil, demasiado inmóvil. Erik se acercó y tembloroso lo dio vuelta hacia él.
- No es ella. –suspiró aliviado- Es un muchacho. Está muerto.
- Edward.! –exclamó Em.
- Lo conoces.?
- Era el antecesor de Gabe en el proyecto de Hoffman.!
Un débil grito, indudablemente de Bree, se escuchó provenir de la puerta al final de la habitación. Gabe estalló en llamas nuevamente, pronto ni la puerta ni la pared estarían allí. Atravesó completamente enardecido el espacio y eliminó a los que encontró con tanta furia que si Bree no hubiera sido rescatada por Erik a tiempo habría terminado como uno de sus captores: hecha cenizas.
Todos observaban a Gabe levitando como una gran y furiosa flama, con una expresión de locura y alegría en su rostro, la misma que exhibe un prisionero cuando es liberado. Al ver que todo había terminado se calmó, descendió y caminó hacia ellos apagándose nuevamente.
- Estás bien.? –preguntó a Bree.
- Sí… -titubeó al verlo. Aún estaba aferrada a su padre, Sam pudo sentir que ahora sentía más miedo de su hijo que de sus captores.
- No te parece que se te ha ido la mano.?! Mataste al menos diez personas.! -exclamó Franz.
- No eran personas, eran escoria.! No merecían ocupar un lugar en este mundo.! Raptaron a Bree, pudieron matarla.!
- Gabriel, eran personas más allá de lo que hicieran. No está en ti ser juez, jurado y verdugo de la vida de nadie.!
- Tal vez sí.
- Qué.? –preguntó asombrado por las palabras de su hijo.
- Y tú, Em, por qué no nos dices qué hacía tu nombre escrito en un papel sobre el escritorio de Hoffman.? Y por qué este tipo, que estaba vivo hasta que hablaste con él, ahora está muerto y abandonado aquí en un lugar bajo la oficina en la que TU irrumpiste.?!
- Qué insinúas.?! –exclamó Em.
- No puedo creer que ustedes me reprochen el haber salvado a Bree.! –sentenció- Somos dueños de un poder que no sabemos aprovechar.! Podemos hacer una diferencia, cambiar las cosas, traer el maldito balance de forma más rápida y práctica que andar trotando por el mundo eliminando sombras y diluyendo alianzas.! Es hora de ser lo que estamos destinados a ser.!
- Y qué es eso.?! Dime: qué estamos destinados a ser.?
- Dioses entre mortales. –sonrió tornando sus ojos completamente rojos.
- Gabe, no… -sollozó Sam- No sabes lo que dices.
- Sí, sí lo sé. Y en adelante continuaré solo. Si me siguen, que sea para acompañarme. –dijo al irse rápidamente por las escaleras.
- Gabe.! Gabe, no lo hagas.! –gritó Sam.
- Se fue… Gabe se ha ido… -titubeó confusa Kay.
- Franz, debemos detenerlo. –dijo Erik.
- Yo lo haré.
- No podrás enfrentarlo solo, te matará.!
- Entonces moriré. Gabe es mi hijo, y nadie lo tocará más que yo.
Hoffman aguardaba en la entrada mientras el guardia dormía profundamente. Gabriel se acercó caminando como si nada pasara.
- Estás bien.? Pudieron rescatar a tu prima.? –preguntó.
- Sí, ella está bien. Pero me temo que deberé irme por un tiempo, las cosas no están del todo bien para mí…
- Entiendo. Tengo un lugar donde puedes quedarte, si gustas. No es gran cosa pero es tuyo si lo quieres.
- Gracias, se lo agradezco. Cree que al menos pueda continuar con el proyecto.?
- Por supuesto, Gabe. El proyecto sigue en marcha y está más adelantado de lo que esperaba. Pronto habremos terminado y será solo el comienzo.
Gabe sonrió al darle la mano sin saber que estaba sellando un oscuro destino.
Lágrimas eran derramadas en un sombrío sótano mientras una feroz tormenta se desataba intentando lavar inútilmente lo que acababa de acontecer esa oscura noche.
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Penumbras
FantasyVarios siglos han pasado desde la batalla ancestral que tuviera lugar entre los tres clanes más poderosos de la Tierra y las fuerzas oscuras para mantener el frágil balance entre el bien y el mal. Sin embargo esa batalla no concluyó el día que inici...