LIV

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El avión aterrizó a horario en Atenas, las fuertes tormentas que habían anunciado durante el vuelo se disiparon rápidamente a medida que la aeronave las cruzaba. El piloto había escuchado ya de fenómenos semejantes pero era la primera vez que lo experimentaba, más que curioso estaba agradecido por no tener que desviarse o someter al avión y los pasajeros a maniobras bruscas.

Bree tuvo tiempo de sobra para leer uno de los libros que compró en el aeropuerto antes de salir, Cam apenas hojeó el primero de ellos "Aprenda griego en cien fáciles lecciones.". El segundo era un diccionario y el tercero una novela sin duda destinada a distraer su mente de los infinitos pensamientos que la agobiaban.

Las dos parecían tranquilas con el hecho de visitar tierra extraña con un idioma desconocido, él en cambio estaba muy nervioso al no saber siquiera como pedir un taxi hasta el hotel que poseía un nombre ilegible. Al descender y adentrarse en el hall del aeropuerto internacional de Atenas no pudo evitar la fantasía de imaginarse a todos con túnicas en un ambiente repleto de mármol prístino soltando al pasar frases de grandes filósofos y matemáticos, imaginó que las charlas en una mesa serían contundentes y sesudos debates sobre temas abstractos acerca de los cuáles jamás se le hubiera ocurrido pensar; sin embargo su fantasía duró pocos segundos. Lejos había quedado la cultura helénica según le hizo notar un chico caminando de forma curiosa mientras la música electrónica salía borbotones de sus auriculares. En una mesa cercana dos hombres veían un partido de fútbol en televisión y, si bien no entendía ni media palabra, no tenía la menor duda de que sus protestas nada tenían de profundas o filosóficas.

- Todo estará bien mientras estemos aquí y los letreros estén en varios idiomas, pero qué haremos al salir.? –preguntó Cam.- Cómo hallaremos el hotel.... –desplegó el papel que tenía con las reservas y trató de leer el nombre inútilmente- "Éste" condenado hotel.?! Pudieron mandarnos a alguno que fuera al menos legible.!

- Atenas. –dijo Bree calmada.

- Qué.?

- Ahí dice Atenas –indicó colocando su dedo sobre la palabra que antes había marcado Cam.- El nombre está debajo, se llama Tempi.

- No sabía que hablaras griego... -dijo sorprendido.

- No lo hacía, aprendió durante el vuelo. –sonrió Em.

- Eso es impos... olvídalo. Eres una caja de sorpresas, Bree Allen.

- Mientras no sea la de Pandora estaremos bien. Pediré un taxi hasta el hotel, aguarden aquí...-pidió Bree al dirigirse a uno de los locales.

Cam le escuchó pronunciar fluidamente  "Signómi, parakaló zélo na páo Hotel Tempi.?", un par de segundos más tarde les hizo señas para que se aproximaran mientras ella seguía a un empleado que los condujo hasta el taxi.

"Des y Rose llegaron bien, avisaré que nosotros acabamos de aterrizar.", dijo Bree tras encender el teléfono. Cam miraba por la ventanilla del taxi asombrado por lo mundano y normal del lugar en el que se encontraba al otro extremo del planeta. Se preguntaba si pese a todo tendrían tiempo de recorrer aquellos lugares que había conocido en los libros, el peso de la misión repentinamente se tornó más leve opacado por el deseo de recorrer nuevas tierras en compañía de Bree.

"Efjaristó.", pronunció amablemente ella al descender. No le fue difícil a Cam deducir que esa extraña palabra significaba "gracias"; si prestaba atención aprendería aún más aunque no tuviese la habilidad de Bree.

Las habitaciones estaban comunicadas de igual manera que las de Des y Rose; Cam ocupaba la del fondo del pasillo, era pequeña y tenía una gran televisión frente a la cama. La de las chicas era más grande y decorada, claramente de una categoría superior, pero al fin de cuentas cada quien tenía lo que precisaba. Aubrey había escogido sabiamente.

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