XXXIV

18 2 0
                                    

La noche caía sobre el parque. Gabe continuaba sentado, sus pensamientos maduraron lo suficiente para formular un plan mientras recuperaba energía. Confiaba en que Rose aún no estaría del todo bien como para aventurarse en el futuro, y tanto Sam como Ayden solo podían predecir que algo malo ocurriría, lo cual dejó de ser novedad tiempo atrás. En tanto su plan contuviera variables, el futuro sería lo suficientemente incierto para cualquiera excepto él por ser quien tuvo en cuenta esas variables. Solo debía esperar, necesitaba estar completamente repuesto para enfrentar a Ayden nuevamente, no podía correr el riesgo de ser derrotado. La palabra rebotaba una y otra vez en su cabeza, "derrotado"; no estaba acostumbrado a ella.

Se preguntaba por qué podía recordar a todos pero no sentirlos.? Por qué no podía sentir nada por nadie, ni siquiera por Em, con quién estaba seguro de haber mantenido una relación.? El estupor en su cara, la decepción al ser tomada prisionera por la persona a quien decía amar, sea lo que fuera ese sentimiento, permanecían fijos en la memoria de Gabe. Por primera vez se preguntó si estaba haciendo lo correcto, si ésta era la manera adecuada de obtener respuestas de estas personas; pero él no conocía otra forma o al menos aún no lo recordaba.

Las imágenes de un pasado desconocido explotaban en su mente generando grandes e insoportables dolores de cabeza, sin embargo era conciente de que era el precio a pagar por descubrir quién era en verdad y si esas personas que decían ser amigos y familia intentaban detenerlo en lugar de ayudarlo entonces debía deshacerse de ellos. Después de todo, en realidad no le importaban en lo más mínimo.

***

Cam tomó asiento junto a Bree en el recién colocado aunque destartalado sofá de los Kloster. El comedor aún tenía objetos rotos, otros quemados y varias grietas en las paredes pero al menos era habitable. Kay juntó las fotos dispersas por el suelo de su familia, varias de las cuales tenían como protagonistas a ella y Gabe felices y contentos, y las llevó en silencio a su habitación. Rose estaba recostada en la cama de Sam todavía aturdida por el fuerte golpe, Em y Sam preparaban té para todos en tanto Jayden permanecía en la habitación de Gabe en caso de que hubiera nuevos mensajes en su computadora.

Cam intentó encender el equipote música pero el control remoto se desarmó en sus manos.

- Qué quieres escuchar.? –preguntó Bree encendiendo el equipo con su mirada. Las estaciones cambiaban esperando detenerse en algún punto.

- Algo suave, creo que ya tuvimos suficiente agitación por hoy.

Los números en la pantalla se detuvieron cuando Bree escuchó una melodía conocida.

- Crees poder enfrentar a Gabe nuevamente.? –preguntó Cam.

- No lo sé, eso espero; aunque en realidad temo más por papá.

- Temes que lo dañe.?

- No. Temo que él mate a Gabe si algo nos ocurre a mí, Jayden o mamá.

- En verdad crees que él...

- Cam, mi padre enojado es muy peligroso. Lo digo en serio.

- Ok, te creo. Es solo que tú te pareces mucho a él y no eres una persona que pierda el control; mucho menos alguien violenta.

- Si en verdad tengo parte de los poderes de ambos y heredé algo de su temperamento, no soy la persona indicada con quien estar cuando la ira me domine.

- Te sucedió alguna vez.?

- Hace mucho, un incidente con algunos espejos, pero no era ni la cuarta parte de lo que soy ahora.

- No dañarás a aquellos que amas, estoy seguro. Y tranquilo.

- Ah, sí.? –sonrió.- Te incluyes en ese grupo.?

- No estaríamos aquí sentados en un sofá desvencijado luego de verte brillar como un pequeño sol tras una batalla sobrenatural si no fuera así. –afirmó indiferente.

- Ya veo...

- Además podríamos considerar esta nuestra segunda cita.

- No es muy... alegre. Ni apropiado.

- Bree, cuando te conocí comprendí que no tenía idea de lo que era la felicidad. Este momento solo existe en el presente, y voy a vivirlo y disfrutarlo porque estoy contigo. O acaso tienes algo mejor que hacer.?

- No...

- Entonces disfruta el momento. –dijo reclinándose.- No sabes cuánto durará.

- Cam, en verdad crees que tenemos un futuro tú y yo.?

- Claro.! Pero por ahora me conformo con estar vivo junto a ti escuchando música, lo cual es mucho decir considerando los eventos pasados. Si Gabe entra nuevamente y tiene la loca idea de matarme porque una retorcida neurona de su retorcido cerebro se lo aconseja, al menos habré tenido este momento contigo.

Las lágrimas de Bree rodaron silenciosas por sus mejillas mientras Cam la observaba.

- No eres de piedra, eres una hermosa chica normal con derecho a sentir que estás en medio de una bizarra locura en la que persigues a tu primo quien está chiflado y no solo se cree un dios sino que tiene el poder para serlo. Cualquier persona estallaría en llanto o se volvería loca. Ya tenemos un loco, así que te queda el llanto. –sonrió acariciando su mejilla y secando las lágrimas.

Bree tardó solo un segundo en abrazarlo fuertemente y llorar sobre su hombro mientras él la consolaba. Cam era el único que la entendía, que lograba verla como era y quería ser. Sus brazos eran paredes que alejaban todo lo malo y entibiaban su corazón dando luz a la oscura realidad que vivía. No quería apartarse de él jamás, quería que sus brazos la rodearan por siempre en un mundo perfecto.

Jayden carraspeó al entrar al comedor con una bandeja y varias trazas seguido por Em y Kay, quien esta vez al verlos juntos no sonrió ni efectuó comentario alguno.

- Ves.? Te dije que era nuestra segunda cita. Aquí viene el garçon con nuestra orden. –dijo Cam.

- Eso lo serás tú. –gruñó jayden.

- Te dijo "mesero" en francés. –sonrió Em.

- Ah... idiota.

- Bree, estás bien.? –preguntó Kay.

- Sí, solo necesitaba...

- Relajarse. –continuó Cam tomando dos tazas y dándole una a ella.- No hay novedades.?

- No, aún nada. Papá todavía no llamó así que debe estar hablando con Erik. –afirmó Kay.

- Qué hay de ti.? Estás bien.? Luces.... seria. –inquirió Bree.

- Psé... no hay mucho de qué reírse últimamente.

Bree se levantó poniéndose a su lado, Jayden ocupó su lugar en el sofá y Em se sentó al otro lado de Cam.

- Juro que no hice nada, soy inocente.! –rió al verse rodeado.

- Mejor así. –suspiró Jayden bebiendo su té.

- Algo está mal, Kay qué sucede.? –preguntó Bree fuera de la vista del resto.

- Es en serio.?! –exclamó- Mi hermano intentó matarme, y a ti.! A todos.! Tú lograste demorarlo pero tarde o temprano tendrá éxito o fracasará en tus manos o las de tu padre.

- Acaso perdiste las esperanzas.?

- No... solo caí en la realidad.

Kay se apartó de ella buscando la compañía de Sam. Nunca sería la misma, su mundo romántico lleno de colores y optimismo finalmente había sido roto. Kay era conciente de que ese momento llegaría pero contaba con Gabe para amortiguar el golpe, no con que fuera él quien destrozara su mundo de ensueño transformándolo en uno de pesadillas.

La dulce y romántica Kaytleen Kloster que todos querían y protegían había muerto esa tarde en manos de su propio hermano. Junto a ella, Sam veía a su familia desmoronarse sin que pudiera hacer nada. Los tiempos oscuros habían regresado para quedarse y los años de felicidad parecían cada vez más lejanos a la sombra de un futuro triste e incierto; un futuro que muy probablemente no todos compartirían.

 


PenumbrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora