Ayden, Erik, Sam y Franz se encontraban en la habitación del hotel en Londres. Franz hurgaba en su computadora buscando la manera de entrar a la base de Egmont como lo había hecho hace años mientras el resto repasaba el plan.
- Entrar a Egmont será difícil, pero salir lo será aún más. Incluso para ustedes. –explicó Sam- La seguridad es muy rigurosa y hay cámaras por todos lados, no creo que ustedes estén en sus archivos aunque considerando que Eldrich estuvo metido no me extrañaría, asi que solo por las dudas debemos pensar una forma de salir rápidamente.
- Eso es fácil, nos traeré devuelta al hotel. –afirmó Ayden.
- Estás segura.? Tu hija es capaz de hacerlo pero tú no lo haces desde hace casi veinte años. Además para interrogar a Emily deberás meterte en su cabeza y no es un lugar confortable ni ordenado para estar, créeme; te demandará mucha energía.
- Qué sugieres.? –preguntó Erik.
- El espacio de carga. Es una de las zonas menos vigiladas y el montacargas recorre todo el edificio, o al menos lo hacía en el viejo.
- Ya tengo los planos y logré introducirlos a ustedes dos en una cita con Emily. –afirmó triunfal Franz.
- Hay un montacargas.?
- Sí… justo aquí. –indicó en la pantalla.- Puedo meterme en su sistema de seguridad y guiarlos.
- No has perdido el toque… -sonrió Erik.
- Practicaba con Gabe cuando era más pequeño, le enseñé un par de trucos útiles. –afirmó pensativo.
- Eso quiere decir que sabe lo que tú sabes… no es bueno, Franz.
- Un buen mago no enseña todos sus trucos.
- Ni siquiera a su propio hijo.?
- No en este caso. –suspiró.
- Y quiénes seremos.? Cuál será nuestra coartada.? –preguntó Ayden volviendo al tema.
- Tú serás Kate Austin y él Jack Sheppard.
- Dos personajes de “Lost”.?! –inquirió Erik.
- Puedo cambiar los nombres a Hermione y Cornelius…
- No, déjalo así; debe haber muchas personas con esos nombres.
- Bien. Ustedes son periodistas de un diario extranjero y entrevistarán a Emily.
- Sobre qué.?
- Ni idea, improvisen. Usa el cerebro, te hará bien.
- Idiota.
- Algo que debamos saber sobre ella particularmente.? –preguntó Ayden.
- Es engreída, inteligente y manipuladora, por eso deberás estar en su cabeza comprobando si es cierta cada palabra que diga. –dijo Sam.
- Ah, un dato más: Emily Addler rara vez concedió entrevistas. –agregó Franz.- Traten de ser creíbles y profesionales.
- Pudiste buscar otra coartada, ninguno de nosotros tenemos idea de periodismo.
- Es la única forma en la que se pueden hacer preguntas sin levantar sospechas.
- Entonces deberán ayudarnos.
- Cómo.?
- Ni idea, usa el cerebro. Te hará bien.
- Imbécil.
- Yo me ocuparé con Ayden, revisaremos entrevistas viejas y prepararemos una serie de preguntas. –dijo Sam.- Ustedes revisen bien esos planos para que puedan salir sin problemas. Y dejen de pelear.!
Sam reunió las pocas entrevistas que Emily otorgó y elaboró con Ayden un cuestionario. Franz y Erik trazaron un plan de escape, solo por si acaso, que no debería llevarles más de un minuto. Aubrey Kloster sería el teléfono de contacto al cual sin duda llamarían para comprobar referencias.
El día siguiente compraron trajes para ambos y practicaron sus identidades. Les resultaba extraño verlos tan formales y no pudieron evitar mencionar que lucían increíblemente sexys, al igual que Sam no pudo evitar mencionar un “Ten cuidado.” al oído de Ayden refiriéndose a Erik; pero ella simplemente sonrió inclinando sus lentes.
El taxi los dejó en la puerta del nuevo edificio central de Egmont. Al igual que el anterior tenía una inmensa escalinata que conducía a un único par de puertas muy bien custodiadas. No había forma de introducir cámaras o micrófonos y era un riesgo innecesario teniendo las mentes de Sam y Ayden para comunicarse entre sí, así que ellas serían sus walkie-talkies.
- Somos Kate Austin y Jack Shepard, tenemos una cita con Emily Addler. –se anunció Erik.
- Los protagonistas de “Lost.”? –preguntó curioso el guardia.
- Obviamente no. –respondió tajante pensando no muy bien en Franz.
- Un segundo… Pueden pasar, colóquense estos gafetes hasta que salgan. Tomen el ascensor de la derecha hasta el último piso. –dijo el guardia entregando los gafetes e indicando el elevador.
- Gracias.
Ayden avisó que lograron pasar la custodia principal y se dirigían a la oficina de Emily. Sam y Franz podían seguirlos a través de las cámaras, pero una vez dentro de la oficina estarían a ciegas.
La secretaria parecía alterada cuando los vio llegar, tenía el aspecto de quién había sido severamente reprendido recientemente.
- Buenos días, somos… -se presentó Ayden.
- Sí, lo sé; vienen por la entrevista. –interrumpió.
- Así es.
- Comprenderán que debo chequear sus credenciales, es muy raro que la señora Addler acepte entrevistas.
- Por supuesto, aquí tiene mi tarjeta.
- Prefiero utilizar Internet, es más rápido y completo.
Ayden y Erik intercambiaron miradas.
“Sam, va a chequear Internet.! El maldito periódico no existe ni tampoco nosotros.!”
“Tranquila, Franz está en ello. Solo unos segundos más.”
- Solo consigo referencias a una serie de televisión…
- Sus servidores no estarán actualizados, siga intentando. –afirmó Erik.
- Nuestros servidores siempre están actualizados. –dijo ofendida.
- Obviamente no. Inténtelo otra vez.
- Esto es inaudito, yo… Vaya… Aquí están… Su currículum es realmente impresionante.
- Gracias.
- Es extraño que nunca haya oído de su periódico ni de ustedes.
- Solo publicamos digitalmente y tenemos suscriptores selectos.
- Usted entrevistó al Papa disfrazado de monja.?! Fue usted.?!
- Eh… fueron otras épocas, le aseguro que ya no hago ese tipo de cosas.
- Y qué tipo de cosas hace ahora.? –preguntó absorta mientras leía la pantalla y Erik comenzaba a ponerse nervioso.
- Seguramente la señora Addler nos espera y nuestro tiempo, al igual que el de ella, es limitado. –interrumpió secamente Ayden.
- Perdonen, tienen razón. –dijo cerrando las pantallas y presionando un botón en el intercomunicador.- Señora, los periodistas están aquí.
- Adelante. –respondió una voz femenina.
- Pueden pasar.
- Gracias.
La secretaria intentó volver a su lectura pero las páginas ya no existían, el rastro había sido borrado. “Recuérdame que asesine a Franz.”, gruñó Erik antes de entrar al inmensa oficina de Emily Addler.
- Buenos días, señora. Gracias por recibirnos, mi nombre es Kate Austin –saludó Ayden al extender su mano.
- Sabrán que no suelo otorgar entrevistas, de hecho ésta ha sido un infortunado error de mi anterior secretaria. –contestó secamente estrechando la mano de Ayden.
- Lo lamento, pensé que la secretaria que nos recibió estaría al tanto.
- Esa era mi anterior secretaria.
- Jack Sheppard. –dijo Erik tendiendo su mano.
- Como los personajes de Lost.?
- Parece que sí, nunca he visto la serie; sin duda debe haber mucha gente con estos nombres.
- Solo conozco a esos dos; y déjeme decirle que usted es igual de atractivo que el actor, si no es que más. –sonrió estrechando mucho más delicadamente su mano.
- Ejem. –tosió Ayden.- Deberíamos empezar.
- Claro, tomen asiento. Gusta algo de beber, Jack.?
- No, gracias.
“Odio a esta mujer.! No vio el anillo en su mano.?!”, pensó Ayden.
“Te lo dije. Deja que él lleve al entrevista, tú concéntrate en verificar sus respuestas.”, respondió Sam.
Erik formuló una tras otra preguntas de las cuales no tenía la menor idea ni interés pero Emily respondía gustosamente. El grabador digital registró muchos minutos de un casi monólogo de ella, algunos segundos de Erik y constante silencio de Ayden, hasta que las preguntas importantes llegaron.
- Podría decirnos cuál es su relación con Seth Hoffman.?
- Por qué lo pregunta.? –inquirió Emily tornando súbitamente más seria.
- Hemos estado investigándolo en relación a algunos eventos y recientemente fue visto en las cercanías de Egmont.
- Qué clase de eventos.?
- Inexplicables.
- Y qué tienen que ver con él.?
- Lo conoce.? Si no, no veo el motivo de su interés. –insistió Ayden.
- No estoy en condiciones de responder. –espetó.
- Entiendo. Igualmente más que una pregunta era un confirmación, porque esta foto dice que sí lo conoce. –dijo Erik colocando en la mesa la imagen que Anne descubrió.
Emily acercó la foto arrastrándola con un dedo como si fuera tóxica, le otorgó un segundo de su atención y luego la colocó a su lado sin intención de devolverla.
- Este tal Hoffman no trabaja aquí, nos cruzamos de camino. Pura coincidencia.
- No lo creo. –afirmó Ayden- Usted y él se conocen hace bastante, apenas unos años después de que el viejo edificio fuese destruido.
- Cómo sabe eso.?!
- No estaba segura, pero por su reacción ahora lo sé. Parece que lo inexplicable es parte de la vida de Hoffman.
- De acuerdo, él colabora con nosotros de vez en cuando.
- Haciendo qué, exactamente.?
- No puedo decirlo, es parte de su contrato.
- No hay problema… sabemos que tiene que ver con estos eventos inexplicables y las personas responsables. Antes eran apenas un par, ahora son muchos más.
Erik contemplaba el rostro de Emily que empalidecía ante cada secreto revelado por Ayden, secretos que no había forma de que ella pudiera normalmente saber.
- Quiénes son ustedes.? –preguntó absorta.
- Los que llegan a la verdad, de una forma u otra.
- Hoffman los envió.? Me está amenazando.?!
- Entonces conoce a Hoffman.
- No seas idiota, claro que lo conozco, tú misma lo dejaste en claro.! La única forma de que sepas tanto como yo es que te hayas metido en mi cabeza, y eso es imposible.! Quiénes son ustedes.? Díganme o llamaré a seguridad.!
El teléfono voló del escritorio estrellándose en la pared sin que nadie lo tocase. Erik en un segundo estaba frente a ella y al siguiente trabando la puerta por la que entraron. Emily se aferró a su sillón.
- Recuerdas el incidente de Egmont.? La gran explosión que voló casi todo el edificio.?
- Claro que lo recuerdo, apenas logré escapar.!
- No fue un incidente.
- Ustedes lo volaron.? Fue un atentado.?
- Fue amigo nuestro, y no fue un atentado. Simplemente estaba muy enfadado.
- Puso la bomba porque estaba enfadado.? Está demente.?!
- No más que nosotros, y él es la bomba.
- Se suicidó.?
- Tiene la curiosa capacidad de hacer que las cosas estallen, yo la de revolver los cerebros de las personas y arrojar cosas sin tocarlas y él tiene una algo más drástica. –dijo señalando a Erik.
- Cuál.?
- La de matar rápida y sigilosamente con sus propias manos.
Emily observó a Erik reclinado contra la puerta, sus ojos estaban completamente negros mientras la saludaba con la mano sonriendo.
- Hechas las presentaciones pertinentes, tiene dos opciones: revuelvo su cabeza para hallar lo que busco con el riesgo que eso implica para usted o me dice lo que quiero saber.
- Hoffman maneja una serie de proyectos paralelos, solo supe de un par de ellos. Lo tomé por loco y no le di demasiada importancia… hasta hoy.
- Qué proyectos.?
- Búsqueda de personas con poderes especiales y drogas para modificar el comportamiento.
- Qué otras cosas tiene a su cargo.?
- No lo sé, hay una cláusula que le da fondos ilimitados y libertad de acción sin cuestionamientos.
- Es decir que lo investigaste.
- Empecé a hacerlo hasta que él me ofreció este puesto a cambio de abandonar mi búsqueda.
- Pudo haberte matado y ya, por que ofrecerte trabajo.?
- Cómo diablos voy a saberlo.? El tipo es un sádico, así que cuando me lo ofreció lo que menos pensé es en preguntarle por qué.!
- Y no sabes de ningún otro proyecto o cosa relacionada con él.? No tienes idea de dónde pueda estar.?
- No.
Los ojos de Ayden destellaron, el cielo oscureció y violentos relámpagos tronaron agitando los cristales.
- Solo sé de una agencia de adopciones, nada más.! Lo juro.! –sollozó asustada.
- Hoffman tiene una agencia de adopciones.?
- Solicitó los servicios de una varias veces, éste es su nombre.! –dijo escribiendo rápidamente en un papel.
- De acuerdo, te creo. –afirmó Ayden. La tormenta comenzó a despejarse conforme ella se levantaba.
- Qué harán conmigo.?
- Olvidarás que tuvimos esta conversación, ha sido una simple entrevista que acaba de terminar. Ah, y conservarás a tu secretaria. –afirmó antes de que sus ojos dejaran de brillar.- Entiendes.?
- Entiendo. –respondió con la vista extraviada.
- Ha sido un placer hablar con usted, Emily. –dijo Erik al tender su mano.
- Eh.? Ah, sí… perdón. –se disculpó levantándose rápidamente.- Creo que perdí la noción del tiempo. Pasó más de una hora.? –preguntó extrañada al ver su reloj.
- El tiempo vuela cuando uno se divierte. –sonrió.
- Es verdad. –respondió ella obnubilada al estrechar su mano.
- Adiós. –saludó secamente Ayden.
- Debes intentar ser más cordial. –dijo Erik mientras salían.
- Cállate.!
- Llama a mantenimiento, no tengo idea de por qué pero mi teléfono está roto en el suelo.! –ordenó Emily a su aún secretaria.
Emily tomó asiento nuevamente, tenía una enorme jaqueca. Buscó un par de aspirinas en su cajón cuando vio la foto de ella con Hoffman. No tenía idea de cómo había llegado allí, pero sabía lo que tenía que hacer. “Ha sido comprometido.”, envió por su teléfono.
“Ya sabes qué hacer.”, fue la respuesta.
Emily ordenó de inmediato cerrar el edificio y tomó el arma que se encontraba en el último cajón. Los registros de acceso le fueron enviados de inmediato a su computadora, los periodistas fueron los últimos en entrar y la única visita ese día. “Detengan a los reporteros pero no los maten.”, instruyó.
- Una alarma… esto no suena bien. –dijo Erik mientras bajaban por el ascensor.- Dile a Sam que necesitamos salir cuanto antes.
- Dice que la única salida libre está en el ante último piso, de allí podemos tomar el elevador de carga.
- El problema es que estamos bajando y debemos subir sin que ellos lo sepan.
Erik miró el techo del elevador, rompió la cámara y golpeó los paneles hasta dar con uno suelto. Solo quedaban diez pisos. Subió a Ayden, colocó el panel y le pidió que se aferrara a su espalda tras lo cual se lanzó a una escalera de mantenimiento que se encontraba entre ambos elevadores. Trepó velozmente y antes de que la cabina llegara al lobby ellos ya se encontraban en el piso quince. Ayden abrió las puertas y de un salto Erik los llevó al pasillo. Un disparo hirió a Erik en el hombro.
- No se muevan. –exigió Emily mientras lo apuntaba acompañada de un puñado de guardias. Otros se acercaban por detrás de ellos encerrándolos.- Quiénes son realmente.?
“Sam.! Qué diablos pasa.?! Acaba de herir a Erik en el lugar donde nos dijiste que estaba despejado.!”, pensó Ayden.
“Alguien nos está engañando, lo que vemos no es real. Puedes sacarlos de ahí.?”
“Ya no, no tengo la energía necesaria y necesito curar a Erik.”
“Estamos en camino.”
- Qué dijo Sam.? –susurró Erik.
- Están en camino, debemos resistir.
- Era un bonito edificio… cúrame y terminemos con esto.
Ayden posó su mano sobre la herida, la bala salió y sanó por completo en segundos.
- Querías saber quienes somos.? Te lo mostraremos.! –exclamó al abrir sus brazos y brillar como un pequeño sol. Flotaba a varios centímetros del suelo dentro de una cúpula que cubría a ambos.
Los guardias bajaron sus armas asombrados hasta que Emily gritó “Fuego.!” y las armas comenzaron a disparar aunque sin efecto pues las balas perdían velocidad y caían al acercarse a ellos. Pronto el ruido y la humareda imposibilitaron ver u oír, fue entonces que Erik aprovechó la oportunidad. “Peguémonos a la pared.!”, le dijo a Ayden quien entendió de inmediato la idea. La cúpula se contrajo despejando al mitad de pasillo y las balas siguieron su rumbo hiriéndose unos a otros. En medio de la confusión, Erik salió y rápidamente se encargó de los guardias restantes y desarmó a Emily. Estaba por dejarla inconciente cuando sintió el llamado de Ayden, su resplandor casi se había extinguido; estaba agotada. Corrió hacia ella dándole la espalda a Emily que no desaprovechó la oportunidad: tomó el arma de uno de los guardias y apuntó cuidadosamente a la cabeza de Erik. Sin embargo antes de disparar alguien tocó su hombro y un fuerte golpe prácticamente desarticuló su quijada dejándola en el suelo.
- Siempre he querido hacer esto. –sonrió satisfecha Sam frotando su mano adolorida.
- Pueden caminar.? –preguntó Erik.
- Sí, pero ella no podrá hacer mucho más.
- Puedes sacarnos de aquí si combinamos fuerzas.?
- No, no tenemos suficiente energía para todos. –respondió Ayden.
- Qué hay de tres.?
- Tal vez…
- De qué hablas.? –preguntó Sam.
- Yo me quedaré.
- Ni hablar.! O nos vamos todos o nos quedamos todos.!
- Sam.! Es la única manera y sabes que soy el único capaz de salir solo de aquí.! Hazlo.!
- Pero…
- El ruido de los guardias acercándose es cada vez más fuerte, pronto estarán aquí y no podré detenerlos y escapar al mismo tiempo.!
- Si mueres te mato.!
- Lo sé. –sonrió al besarla.- Ahora ve.
Sam tocó a Erik y Ayden, un haz de luz circuló por sus brazos y manos en dirección a Ayden hasta que ella abrió sus ojos de par en par, luego hubo un gran destello y ya no estaban allí. “Muy bien… quieren jugar.? Juguemos.!”, exclamó Franz encendiendo todo su cuerpo. Las llamas eran de un blanco intenso mientras se desplazaba flotando entre los guardias los cuales disparaban sin efecto o corrían despavoridos hacia las salidas. Al llegar al lobby ya no quedaba nadie dentro, por lo que destrozó la consola de vigilancia y luego bajó el nivel de sus llamas. Un disparo hizo eco en el hall y Franz cayó adolorido. La bala no alcanzó a herirlo, pero el impacto le quebró una costilla.
- No saldrás vivo. –dijo Emily arrastrando las palabras.
- Emily Addler.? –preguntó Franz al levantarse sin darse vuelta.
- Quién eres.?
- No me recuerdas.? –inquirió girando lentamente hasta quedar frente a ella.
- Derek Geist.?!
- Había olvidado ese nombre… Puedes llamarme Franz Kloster. Es mi nombre real. Y por cierto, te recomiendo bajar el arma y huir.
- Estás loco.
- Eso es indiscutible.
- Muere.! –gritó presionando el gatillo, pero la bala estalló en la recámara debido a que el cañón del arma había sido fundido. Emily cayó al suelo con un enorme agujero en el cuello del cual salían borbotones de sangre.
Franz se encendió nuevamente, esta vez las llamas eran de un rojo intenso.
- Hoffman.! Si puedes oírme, maldito pedazo de escoria, esto es lo que te espera.! –gritó y luego dejó escapar todo el odio y la furia que tenía acumulados.
En segundos lo que antes era un edificio de quince pisos ahora era una agujero en la tierra rodeado de escombros. Franz había esperado para que la gente pudiera alejarse, asegurándose de que no hubiera más víctimas inocentes aparte de los guardias y Emily.
La transmisión se cortó en el instante de la explosión, en ese preciso momento otra persona cerró su notebook cesando el engaño a Franz y Sam y agradeciendo que el mismo Franz haya dispuesto de uno de sus cabos sueltos: Emily Addler.
Hoffman sonrió satisfecho.
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Penumbras
FantasyVarios siglos han pasado desde la batalla ancestral que tuviera lugar entre los tres clanes más poderosos de la Tierra y las fuerzas oscuras para mantener el frágil balance entre el bien y el mal. Sin embargo esa batalla no concluyó el día que inici...