XXXVII

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Policía y bomberos llegaron casi al mismo tiempo. Por fortuna los heridos ya habían sido sanados y todo lo que quedaba eran los vestigios de una gran explosión en el cuarto de Jayden. Erik explicó que su hijo estaba trabajando en un experimento de laboratorio y olvidó el mechero de gas prendido el cual se apagó accidentalmente. Cuando el gas se concentró lo suficiente el calor de la lámpara hizo el resto sumado a los químicos con los que trabajaba.

La explicación de por sí era convincente, pero qué clase de mechero utilizó y qué tipo de químicos tenía para derrumbar dos paredes.? La policía sospechaba que Jayden estuviera cocinando algo ilegal en su propia pieza, no sería el primer laboratorio clandestino que volaba por algún descuido. Los bomberos no podían explicar cómo era posible, si la explosión ocurrió de adentro hacía fuera, que las paredes estuvieran derrumbadas hacia dentro. Afortunadamente Sam, Kay y Ayden lograron persuadirlos de que fue solo un accidente y no era necesario investigar más; sin heridos no tenía sentido perder el tiempo en un simple accidente casero. Policía y bomberos se retiraron satisfechos aunque miraron a Jayden con una peculiar expresión al pasar.

- Gracias, Gabe. Ahora no tengo cuarto y la policía paso de creer que soy narcotraficante a un perfecto idiota.! –protestó Jayden.

Erik levantó los pedazos de su sable roto. El dolor y recuerdo del metal atravesando su carne lo levaron a tocarse el hombro donde una cicatriz era todo lo que quedaba de su herida. El rostro inexpresivo de Gabe al observarlo directamente a los ojos y retorcer la hoja hasta romperla nunca abandonaría su mente. Franz se aproximó y tomó los dos trozos del sable para repararlo. Unió ambos con su mano ardiendo hasta fundir el metal. La espada estaba lista nuevamente, aunque mostraba una cicatriz al igual que su dueño. Erik la enfundó y la empuñadura se unió a la funda formando el viejo y labrado bastón que la ocultaba.

- Es hora de ir por Gabe. –dijo colocando el bastón a través de su cinturón.

- Sus hijos irán por Gabe, ustedes irán tras Hoffman. –afirmó Anne.

- Por qué ir tras un fantasma.? El único peligro real aquí es Gabriel Kloster, cuyo padre me pido ayuda para cazarlo.

- Es eso cierto, Franz.? –preguntó asombrada Sam.

- Sí. Debemos detenerlo como sea, ya no hay opciones. -respondió apesadumbrado Franz.

- Es nuestro hijo.! No lo cazarás como si fuera una maldita sombra.!

- Sam, nuestro hijo ya no está.! Lo que vimos hoy dista de ser el Gabe que criamos.! Es un asesino sádico y frío que solo busca matarnos a todos.! Te suena conocido.?!

- No puedes comparar a Gabe con Eldrich.!

- Cierto, Gabe es más peligroso.

- Franz...

- Sam, esto sucederá te guste o no. –dijo Erik- Te aseguro que no tengo la mínima intención de lastimar a Gabe pero no veo otra opción. No pondré en riesgo a mi familia y es claro que Bree es a quien tiene en mente ahora. Si la situación fuera al revés, si ella fuese Gabe, tú no harías lo mismo.?

- ...

- Responde, Samantha.! No irías tras tu sobrina para salvar a tu familia.?!

- Sí. –lloró.- Lo haría.

- Entonces entiendes cómo me siento.

- Es por eso que no debe perseguirlo. –insistió Anne.- Usará las emociones de ustedes en su propia contra.

- Me dirás que Emma no siente nada por él.? Ni Bree, Kay o Jayden.? O tú misma.?

- Puedo dejar de lado mis sentimientos, lo vengo haciendo hace años para sobrevivir y tú lo sabes. Bree es la única capaz de enfrentarlo pero no lo hará si está pendiente de ustedes al igual que Jayden. En cuanto a Kay, solo mírala: no es la chica que solía ser, y Em es la que afecta o al menos le da curiosidad a Gabe.

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