XLII

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Claire se arrojó en la cama sin encender la luz, algo que hace cuando está muy enfadada. No estaba segura por completo del motivo de su enfado, si era el sadismo creciente de Gabe que antes no le molestaba y ahora le afecta enormemente, o si es el objeto de su sadismo lo que en verdad le molesta, es decir Cam, la única variable que ingresó a su diagramada vida. No tardó en darse cuenta y admitir que era la actitud de Gabe hacia Cameron lo que le irritaba, por algún motivo no soportaba verlo sufrir aunque antes no hubiera tenido problemas en matarlo ella misma. Odiaba esta sensación descontrolada, este sentimiento que la invadía y rara vez había experimentado pero nunca con tal intensidad. Ella detestaba todo aquello que no podía controlar, por lo tanto se odiaba a sí misma, sonrió ante tan improbable y a la vez certero pensamiento.Las luces de los autos dibujaban al pasar curiosas sombras en el techo, desde pequeña le gustaba buscarles formas que le dieran sentido: nubes, personas, cosas, lo que fuera. Había sido criada en un ambiente frío y lógico donde lo abstracto no tenía lugar, por ende los sentimientos, las emociones, el afecto en sí no tenía cabida. Su madre había muerto en un accidente poco después de que naciera, o al menos eso le dijo su padre cuando la dejó en el instituto que se ocupó de educarla y criarla. Seth Hoffman solo veía a su hija un par de veces al año, la llamaba para su cumpleaños y enviaba tarjetas para las fiestas. Jamás recibió un abrazo de su parte, solo una vez le llamó "papá" siendo corregida de inmediato y obligada a llamarle "padre". Fue instruida en una multitud de disciplinas y materias, no le faltaba cerebro ni conocimiento, excepto aquél que precisaba su corazón y no se atrevía a preguntar tanto por temor a la respuesta como a la carencia de ella.La brisa golpeó la cortina contra el marco de la ventana, algo que normalmente hubiera sobresaltado a cualquiera en el oscuro silencio de la noche; pero no a ella, era prácticamente imposible asustar a Claire. Solo temía a lo incierto, a aquello que se le escapaba de las manos quedando fuera de su control. Por eso le temía a Gabe, a su propio padre y a lo que sentía por Cam quien fuera el único capaz de hacerla sonreír desde que tenía memoria, el único a quien había besado.Claire no era buena para las relaciones. "Los sentimientos y las emociones te confunden.", "Una herida puede ser parchada, un corazón roto no.", "Si existe la duda, existe la posibilidad. Nunca te fíes de nadie", esas son las premisas con las que creció, las que rigen su vida, formaron su carácter e hicieron de ella la persona que ahora es. Pero Cam las había derrumbado sumiéndola en algo completamente extraño, diferente, temeroso; pero aún así intrigante y por momentos agradable.Claire se sentó en la cama quitándose los zapatos para masajear sus pies. No estaba acostumbrada a usar tacos, tanto por su altura como por su trabajo; las zapatillas y los borceguíes eran su calzado preferido. Sintió la suave alfombra verde bajo sus pies al incorporarse, le recordaba el pasto verde de la academia militar a la que asistió. Las plantas de sus pies tenían pequeñas cicatrices producto del arduo entrenamiento que incluyó carreras a campo traviesa sin calzado. Ella ignoraba la existencia de academias de tales características para chicas hasta que se vio en una. Allí no había lugar para vestidos, maquillajes, celulares o chimentos; solo para uniformes, camuflaje y técnicas de espionaje. No podían ausentarse porque les doliera la cabeza, debían aprender a soportarlo y seguir adelante. "Adaptarse, sobrevivir, superarse.", decía el inmenso póster en su barraca que compartía con otras once chicas. Aquella que fallara cualquiera de las premisas, que no pasara los exámenes o no resistiera el entrenamiento era expulsada sin más y dejada en la puerta del complejo hasta que vinieran por ella, cosa que podía demorar horas o incluso días. A los pocos días de ingresar les presentaban a todas el papel con la firma de los padres que libraba de toda responsabilidad a la academia por lesiones de cualquier tipo e incluso muerte. "La guerra no da segundas oportunidades, nosotros tampoco y ustedes tampoco lo harán en el futuro. Solo las mejores llegarán al final, el resto será la escoria demasiado débil para enfrentar al mundo real. Quieren una vida.?! Luchen por ella, gánenla o mueran en el intento.!", fue el discurso de apertura del director. Claire sobrevivió, ganó su lugar en el primer puesto los cinco años consecutivos y superó todas las expectativas. Aunque eso le costase su adolescencia, su humanidad.Avanzó silenciosa, sin hacer un solo ruido como era su costumbre. Entró al baño y lavó su cara con agua fría contemplando luego su rostro en el espejo. Se tocó los labios sintiendo el vívido recuerdo de los de Cam al posarse en los suyos. Se vio sonreír y por unos instantes no se reconoció a sí misma, la chica que le devolvía la sonrisa era en verdad ella.? Acaso era tan bonita.? Por primera vez pensó que podía competir con Bree por el amor de Cam, después de todo ella estaba entrenada y Bree solo tenía sus poderes y era claro que no sabía exactamente cómo usarlos. Además ahora estaba débil, era un blanco fácil. Tal y como fue su primer objetivo, su primera muerte.Su padre le había entregado un sobre en blanco. "Para esto fuiste entrenada. Este tipo asesinó a toda su familia y quedó libre por un tecnicismo. Tú te encargarás que pague el precio por esas muertes.", dijo Seth Hoffman. Claire observó la foto, memorizó el rostro y los detalles y devolvió el sobre asintiendo sin decir palabra. Preparó prolijamente una emboscada y llegado el momento se le acercó por detrás en una calle oscura, esas que las chicas debieran evitar a toda costa. El sintió su presencia y giró, pero solo vio una linda chica caminando varios metros detrás. Claire corrió pisando como le habían enseñado, repartiendo su pero en ambos pies para no hacer ruido. Rápida y sigilosa, en segundos estuvo tras él y con ambas manos giró rápidamente su cuello hasta sentir el chasquido. El hombre cayó al suelo lentamente sostenido por ella para evitar ruidos que llamaran la atención. Quitó el dinero de su billetera y luego la arrojó sobre el cuerpo inerte de tal forma que pareciera un asalto. Sus guantes negros no dejarían huellas y las suelas de su calzado no tenían dibujo o emblema alguno. Claire se mantuvo unos segundos en las sombras contemplando el éxito de su primer trabajo, luego desapareció en la oscuridad de una noche sin luna. Varios trabajos le siguieron hasta que su padre le presentó a Des y explicó su nueva misión. A ella le gustaba trabajar sola, ser nadie en la multitud, no le agradaban las variables que estos nuevos tipos implicaban. Y qué era eso de los extraños poderes que el tal Gabe y esas personas tenían.? No era lógico, mucho menos que él pasase a ser la pieza más importante y esencial del equipo. Dejarla a cargo fue una movida estratégica para aplacar su ansiedad de control. Esa fue la última vez que vio a su padre, su vida cambió al conocer a Gabe y ahora dio un giro completo al conocer a Cam. Quién era esta chica que la miraba desde el espejo cuyas nuevas emociones la invadían nublando su juicio.? No era la fría Claire Cohen Hoffman cuya sonrisa solo se dibujaba satisfactoriamente ante una muerte exitosa, esta chica no tenía rasgos toscos ni fríos, por el contrario: su sonrisa era cálida, tierna y demostraba sin tapujos lo que sentía por la persona en quién pensaba, aquella que movió sus incólumes cimientos fracturando su oscura y vacía vida. Bajó la cabeza desviando la mirada del espejo. Estaba claro que esta persona no podía cumplir el rol de la otra, su mente estaba obnubilada con emociones, sensaciones y recuerdos inútiles e incompatibles con cualquier misión. Esta Claire era una chica normal que solo quería una vida tranquila y añoraba la compañía de quien fuera antes su prisionero, no había forma de que ejecutara su parte en tales condiciones. Debía decidir qué hacer: abandonar todo e ir tras Cameron esperando que olvide a Bree o eliminar a Cameron para volver a ser la de antes. La primera era una mera esperanza, la segunda una clara certeza; la opción lógica.Alzó la vista nuevamente, sus rasgos eran indefinidos denotando la batalla interior que libraba: sus cálidos sentimientos o su fría lógica.Su puño descargó la ira por tener que tomar semejante decisión impactando en el espejo. Los trozos cayeron lentamente desarmando la imagen de Claire en una suerte de rompecabezas, el mismo que ahora se encontraba en su mente. Salió del baño tan sigilosamente como entró con su mano envuelta en una toalla escondiendo los cortes.Se recostó nuevamente en la cama con la mirada perdida en las sombras nocturnas. Suspiró y cerró los ojos.La decisión había sido tomada.

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