XLIV

13 1 0
                                    

Ayden despertó inquieta en la noche, sentía que algo no estaba bien. No podía precisar de qué se trataba, sabía que no era algo grave pero deseaba estar junto a Bree. Erik se incorporó poco después alertado al ver a Ayden sentada tiesa en la cama con la vista perdida en la pared; sintió su mano fría al tomarla.

- Sucede algo.? –preguntó sintiendo un nudo en la garganta.

- Bree...

- Qué pasa con Bree.?!

- Ella me necesita...

- Está herida.? Y Jayden.?

- Están bien... pero ella sufre... -dijo al girar la cabeza para observarlo.

- Sufre.?!

- Sí... -sonrió al cabo de unos segundos.

- Por qué sonríes.? Es algo leve.? -preguntó desencajado.

- No tanto, tiene cura pero no hay nada que hacer al respecto.

- Qué le pasa.?! –exigió saber.

- Es su corazón.

- Su corazón.? Bree nunca tuvo problemas cardíacos... nadie los tuvo.

- Está roto.

- Roto.?

- Roto. –afirmó entornando la vista.

- Ah... Lo lamento por Cam. –sonrió oscuramente.

- Déjenlo, ella sabrá resolverlo. Siento no estar allí....

- Dentro de unas horas partiremos, pronto estaremos todos juntos otra vez.

- Crees que Gabe...

- Haya cambiado.? Seguro.

- Pero no para bien...

- Cada vez creo menos en la posibilidad de que vuelva a la normalidad... sabes por qué.? Porque pienso que ésta es su normalidad, éste es el verdadero Gabriel Kloster despertado por esa extraña droga. El anterior era lo que sus padres pretendían que fuera. La maldición se cumplió, Ayden. Lo sabes. Ellos lo saben.

- Y nunca lo aceptarán. Hemos deshecho maldiciones antes, todas tienen algún hueco, una debilidad; debemos encontrarla.

- Y si no la hay.?

- Inventaremos una, pero nunca nos daremos por vencidos.

- Aunque nuestras vidas y la de nuestros hijos peligren.?

- Sabes la respuesta. –afirmó seria.

El sonido de sus teléfonos sonando interrumpió el diálogo, se miraron extrañados unos segundos ante semejante sincronía; nada bueno podía resultar de dos teléfonos sonando al mismo tiempo. Ambos los tomaron y leyeron el breve mensaje de Anne, volvieron a observarse e intercambiaron teléfonos para corroborar. Erik se levantó de un salto y salió al pasillo donde encontró a Franz con el teléfono en la mano y el mismo mensaje al igual que Sam.

- Michael vive.? –murmuró Franz incrédulo.

- Creo que Anne terminó de volverse loca. –dijo Erik.

- Bueno, no es que le faltase mucho...

- Cállate.! –espetó Sam al golpearlo en el hombro- No afirmaría semejante cosa a menos que tuviera pruebas.

- Sam: todos estuvimos en el entierro, Ethan vio el cuerpo de Michael.

- Tú viste el cuerpo de Ethan en un cajón y luego levantarse al ser revivido por Sophie, Ayden y yo.!

PenumbrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora