Capítulo 22. (Niall Horan)

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*Tres semanas después*

  De acuerdo, después de tanto tiempo, mi madre por fin me dejó ser libre. En algunos exámenes que tuve me fueron más que bien. Por esa razón me dejó pasar tiempo con mis amigos.

  Clara no se metió más conmigo, y en un caso dijimos que estábamos a mano, así que no nos molestaríamos, aunque por la reacción que tuvo, no lo sé.  Últimamente la he encontrado bastante extraña, trata mal a las personas literalmente mucho más que antes. Sus clones la siguen como perros falderos, pero ella ya las está ignorando  y hasta casi las insulta también. No es que esté pendiente de lo que haga, sino que buscaba un buen momento para hablarle. Sí, exacto, yo tuve que acercarme, ¿qué podía hacer? Sus miradas de odio cada vez que pasaba cerca mío eran muy frecuentes. Quería ponerle punto final a ese asunto, y no tener más problemas.

  Con Anastasia nos llevamos muy bien. Todavía no me habló ni hablamos sobre sus marcas, pero viendo que estaba feliz, o al menos estaba logrando serlo,  no se lo preguntaría. Se junta muy seguido con nosotros, y claro que no es molestia. Pienso que con Scott y conmigo se siente cómoda y es ella misma, planeo que sea así. No me gustaría que se sintiera obligada o algo parecido. En este corto y a la vez largo tiempo que pasó ha sido sorprendente, y es una gran persona. Temas personales no tocamos, pero siempre nos charlamos de todo.

  ¿Con los chicos? Bueno, no he sabido mucho de ellos en este último tiempo. De verdad mi madre ha hecho un buen trabajo en alejarme de mis amigos. Cuando salía del Instituto tenía que llegar cuanto antes a casa, sino ya sospechaba de algo extraño. Lis falto el 99% de las clases, así que casi no pude hablar con ella. Aunque, por suerte la tormenta ya pasó, y después de tanto tiempo sin saber de ellos acá nos encontramos, en la heladería riéndonos por las anécdotas de Harry.

-¡En serio! ¡No sé que pasó!- Dijo entre risas.

-¡Ídolo! ¡Lo tenías que dejar al menos 30 minutos en el horno! ¡No 45!- Comentó Liam riéndose.

-No se cocinar, para tu información.

-Si, ahora estamos enterados.

  Prácticamente llevábamos mucho tiempo riendo por su culpa, hasta ya me dolía el estómago. ¿Cuántas veces intentó de cocinar y no le salió? Pues al parecer fueron un millón. Cada anécdota distinta, de días variados. Este chico sí que tiene su humor. Y en parte es muy bueno que lo comente, así para cuando nos reunamos de nuevo, no dejaremos que se acerque a la cocina.

   Luego de que lográramos calmarnos un poco, Louis tomó la palabra.

-¿Y cómo está tu mano, pequeña?

-Mejorando.

 Observé mi mano y la moví.  Ya no tenía la venda, porque no tenía tantos golpes, y por suerte se estaba mejorando. Los dolores que tenía en un principio fueron realmente insoportables y ni me quise imaginar los golpes o sufrimientos que pasan otras personas. Sé que lo mío fue prácticamente leve, pero aún así el dolor no se quitó tan rápido. Pasadas las semanas iba disminuyendo, hasta llegar hoy en día en donde puedo utilizarla sin vendaje.Sin embargo, aún se notaba la marca de la puerta del casillero, y me pregunté mil veces si eso perduraría. 

-Te diste un gran golpe.- Yo asentí. No les conté la verdad, sino sobre que yo accidentalmente lo hice. Por suerte muchas personas, a todas menos Scott, se creyeron esa historia.

-¡Hablando de golpe! ¿Se enteraron que se agarraron a trompadas los del club?

-Todos lo saben, Harry.

-No, pero se agarraron mal.

-¿Y todo por qué?

-Por dinero.- Dijeron los chicos al mismo tiempo.

Destination (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora