Capítulo 21. (Niall Horan)

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   Ahora estoy en mi cuarto. Tampoco le quise contar la historia a mi madre, solo le dije que sin querer me agarré los dedos con la puerta del casillero. Me creería porque no vio mi mano. Por suerte fue la izquierda y como soy diestra no me molestará mucho. Me podré manejar mejor.

  ¿Le seguí dando vueltas al asunto? Pues sí. Aunque no quería, no paraba de repetirme la situación. Está bien, me lo tendría que tener esperado, porque luego de ponerle un cono en la cabeza a esa chica que cuida de más sus uñas, era sabido que nada lindo me harían. No se me pasó por la cabeza que sería algo tan semejante, aunque pensándolo bien, tampoco me tiraron por la escalera. ¿Serían capaz? No sé si es por el día que estoy teniendo, pero mi cabeza no esta funcionando nada bien.

   Cada vez que quiero concentrar mi atención en algo que en verdad valga la pena, vuelvo de nuevo a ese asunto. Y pienso "Bueno, listo, ya está resuelto" pero es como si no lo estuviera. Detesto a esa gente que puede tratar como quiera  a los demás, que pueden burlarlas, mencionarles todos sus defectos, hacer de su vida una miseria, sin embargo nadie le puede decir nada porque ya te tienen en la mira. Aprendí esa lección. Intenté de que las cosas cambiaran, pero de la manera en la que lo hice no fue para nada la correcta, y siempre tendré consecuencias. 

    Llegué a la conclusión de que nadie puede arreglar a esas personas que piensan así, y se creen mayores que todos los demás. Sino, lo que podemos hacer, es ayudar a quien en verdad lo necesita. Con el tiempo, lo que hacemos se nos devolverá, ¿por qué tener enojos, equívocos, broncas, peleas... por esa gente que en verdad no valen la pena? 

   Sacudí mi cabeza y me concentré por primera vez en lo que estaba haciendo. Esta ocasión estaba prestando atención a lo que tenía en frente.  Como hacía siempre, antes de que empezara todo el lío, agarré mis carpetas y empecé a estudiar o realizar mi deberes. Finalmente cuando puedo prestarle mi atención alguien toca la puerta.

-Pase.- Digo, y allí se asoma Scott. Entra y me saluda.

-¿Como estas?- Se coloca en la silla de mi escritorio.

-Aún me duele.- Asintió. Sabía lo que esperaba.- Sé que quieres que te cuente la historia.

-Es que... como estaba tu mano no solo fue un golpe Brillit. 

-Fue...- Dudé un poco, porque no quería armar más problemas.

-¿Fue? ¿Quién fue?

  Subí el volumen de la TV por las dudas, así no se escuchaba nuestra conversación.

-Solo promete que no dirás nada. Por favor.- Murmuré.

-¿Quieres que guarde algún otro secreto?

-Por favor, Scott.

-Bien, no digo nada. Dime.- Suspiré.

-Fue Clara con algunas clones.- Cuando lo dije frunció el ceño.

-Joder, ¿fueron ellas? ¿En serio?

-Pusieron mi mano entre el casillero abierto y luego cerraron la puerta.- Seguí sin darle atención a su pregunta.- Luego simplemente salieron corriendo, y yo... luchando para abrir la puerta.

-Bri,¿por qué no dijiste nada?

  Su ceño se encontraba ligeramente fruncido. Su tono de voz había cambiado, y conocía muy bien su postura de ahora. Estaba intentando de defender lo que le importaba, el jamás se queda de brazos cruzados. Sin embargo, yo me metí en esto, y no tengo por qué meter a alguien más.

-No quiero armar problema.

-Es broma, ¿verdad?

-Bueno, yo le puse el helado en la cabeza es obvio que se vengaría con algo. Es más, yo la jodí.

-¡Le pusiste algo líquido en la cabeza! ¡Ella un poco más y te rompe la mano!

-¡Shhh, baja la voz!- Dije susurrando.- Y no seas exagerado, no me hubiese roto la mano de todos modos.

-Es una forma de decir que lo que ella hizo fue mucho peor, y nada comparado con el helado.

-Sabes como es esa chica. Esta loca.

-No, no lo acepto. Mañana le digo al director.

-¿Es en serio? Por favor, no armes más escándalo, ya está, ya fue.

-¿Piensas que van a parar?

-Tienen que hacerlo.

-Mira, todos ya seguro saben sobre quién fue, se enterarán de todos modos.

-No, estoy 100% segura de que no dirán una palabra, no se meterían en el pozo ellas mismas. Y además saben que yo tampoco diré nada.

-Pero yo si.

-¡Scott! ¡Lo prometiste!

-¡Porque no pensé que era de gran cosa!

-¡Y no lo es!- Me puse la mano en la cabeza, ya comenzaba a dolerme la lastimada.- Solo no digas nada. Ni a Lis. Menos a ella.

-¿Por qué ahora no quieres decirle nada a ella? Eran mejores amigas, ¿ahora qué pasó?

-Tu lo dijiste. Eramos mejores amigas. Es solo que... si se entera iría ella misma en sima de Clara y no quiero eso. Es más, puede que se lo cuente a Niall y menos quiero eso.

-¿Y él que tiene que ver?

  No le diría que ella es su prima, no sabría si él querría así que no dije nada.

-Se encargaría de hablar con ella para que no lo haga más. Es capaz de hacerlo.

-¡Si, y yo también!

-Scott, por eso te lo conté, porque sé que me entenderías y no contarás nada, así que por favor, entiende.

  Se levantó y se puso a un lado de la cama, en donde estaba yo, y me abrazó.

-De acuerdo. No diré nada. Pero...- Me miró.- La próxima vez que me entere que te hizo algo, ahí ya no me dirás nada y lo haré por mi cuenta.- No dije nada, solo lo miré.- Y gracias por confiar en mi.- Con esas simples palabras me convenció para volver a abrazarlo.

  Después de todo, era bueno tener un amigo en el que pudiera confiar. Las cosas han cambiado mucho últimamente.

Destination (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora