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Necesitaba conseguir sus supresores, su celo estaba muy cerca, podía sentirlo en la punta de los dedos... Entró al supermercado y buscando entre los pasillos se encontró a sí misma hechizada por un aroma a Alfa bastante llamativo, sabía que no era correcto pero su Omega estaba entrando en ese ciclo desinhibido que le ponía de cabeza el juicio. Así que camino, como quien no quiere la cosa, y se encontró con un Alfa de piel muy blanca y cabellos negros mirando algunos condimentos. Tenía un carrito de compras y su parte racional le decía que no estaba bien acercarse a él, pero su testaruda Omega estaba en delirio total, tomando así las riendas de su cuerpo.

Estiró una mano para tocar su espalda, quería saber si se sentía tan dura y sensual como parecía bajo esa camiseta negra algo ajustada...

Hasta que sintió el fuerte agarre en su muñeca.

-Le voy a pedir muy amablemente que no me toque, y por favor, aléjese de mí.

¡Oh! Incluso su voz era melodiosa, ni siquiera le importaba el repudio con el que la estaba mirando, ese aroma le estaba llevando por un camino bastante peligroso.

-Usted es un Alfa...

-Evidentemente -Ese semblante serio y malhumorado le dejo en el ya inexistente Plutón... Comenzaba a desear cosas incorrectas en medio de un pasillo de supermercado...- Un Alfa casado y emparejado. Así que le vuelvo a pedir amablemente, aléjese de mí.

Fue como si un gran balde de agua fría cayera sobre ella... Ah, ese era el aroma dulce y algo demasiado penetrante que le parecía incorrecto a su cerebro.
Volviendo en sí, la Omega se retrajo y zafó su mano del agarre algo demasiado fuerte.

-Dios santo, discúlpeme... Yo, creo que necesito tomar mis supresores y...

-¿Se encuentra bien? -Min, quien después de despejar su mal genio entro en modo Policía y vio a la muchacha bastante perdida y con la mirada opaca- Soy policía ¿Necesita que la escolte hasta la farmacia? No es buena idea deambular por allí en su estado.

-N-No, no señor. Disculpe mi atrevimiento, seria demasiado descarado de mi parte luego de mi intromisión.

-¿Está segura?

-Si, no se preocupe. Mejor, discúlpeme por ser tan descarada... Aun cuando percibí el aroma a Omega sobre usted...

-Está bien, yo también la tomé por sorpresa, perdóneme si la lastimé. Debería apresurarse e ir a la enfermería.

La chica, que en realidad era joven y agraciada, le dio una reverencia de noventa grados en señal de disculpa.

-Su pareja debe ser muy afortunada de tener a un Alfa tan genial como usted.

-Muchas gracias. En realidad, yo soy el afortunado de tenerlo a él.

Esa... Precisamente esa sonrisa de agradecimiento por el cumplido fue la que Jimin vio al llegar al pasillo.

Sus sentidos se nublaron y fue justo allí donde todo comenzó ese día.

-¡Min Yoongi!

No fue un grito, más bien sonó como una advertencia en un tono de voz que jamas le había escuchado, una que borró la sonrisa de Yoongi y de paso haciendo temblar a la chica... Un Omega puede reconocer a otro y también el peligro al entrar en la zona prohibida.

-¡L-Lo siento mucho! ¡De verdad! M-Me Marcho ahora, señor.

-Si, apresúrate y sal de aquí.

Y es que Min podía sentir en viva piel la amenaza que era Jimin en ese momento. Pero le preocupo más verle caminar tan descuidadamente, su rodilla aún estaba en medio de una recuperación.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora