-09-🍭

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Después de que Minnie callera dormido contra su pecho dentro de la bañera los saco de allí teniendo cuidado de no despertarlo.

Le enrollo en una gran toalla blanca para secarlo y lo dejo sobre el mueble que tenía en una esquina, daba gracias a Dios que ese apartamento no lo había diseñado el o solo estaría allí la cama y nada más.

Primero se cambió, poniéndose lo primero que encontró en medio de sus carreras, después cambio la ropa de cama para concentrarse en cambiar al pequeño que reposaba plácidamente y sin molestias. Tomo otra de sus camisetas, las de talla chica, y la paso suavemente por su cabeza y brazos, abrió el primer cajón de las gavetas a su lado y tomo un par de bóxer rosa para el niño –en realidad, Min no tenía ni idea que dé hacia algo de ese color entre su ropa interior, no recordaba haberlo elegido para el- y los deslizo despacio, casi dándose el gusto de admirar esa piel suave que había sanado del todo, estuvo feliz el día que todas esas marcas desaparecieron y cuidaba de que su pequeño no se lastimara, no le gustaba ver moretones sobre su cuerpo. La buena alimentación que llevaba y los cuidados de su Hyung hicieron que todo su cuerpo estuviera recuperado del todo, ganando los kilos que perdió durante su cautiverio; ahora Jimin tenía un par de redondas mejillas hermosas que se abultaban cuando sonreía, cosa que comenzaba a hacer con más frecuencia.

Termino de colocar la prenda, teniendo cuidado de que la toalla no se corriera y dejara más piel de la necesaria a la vista, podría estar siendo exagerado pero se había prometido tomar las medidas necesarias y esa, era la más importante, mantener sus manos y ojos lejos del niño.

Terminado el trabajo, le tomo entre sus brazos y lo cargo hasta dejarlo reposar entre suaves almohadas y gruesas cobijas, su dulce omega se estremeció al sentir el lugar nada calentito y se removió en busca del calor que el cuerpo de su Hyung le brindaba... y ese aroma, cada vez era más intenso para él y le hacía sentir encandilado, como una abeja por el dulce polen. Yoongi lo recibió entre sus brazos y le cubrió bien.

—Shh... duerme, Hyung estará contigo... siempre.

Pero Min no logro descansar demasiado, no le era fácil conciliar el sueño una vez el sol despuntaba, aunque si logro dormir quizá tres o cuatro horas a lo mucho. Eran las siete de la mañana cuando bajo a la cocina y lavo uno que otro plato de la noche anterior mientras la cafetera cumplía su función, arreglo la mezcla para hotcakes que había descubierto, le encantaban a Jimin, y preparo algo de avena de fresa.

Mientras batía unos huevos pacientemente y terminaba con las tostadas rememoro lo sucedido con su cachorro, estaba seguro de que ese sueño era horrible pero se había alterado tanto... eso no podía ser normal, los nervios de Jimin nunca estuvieron tan destrozados. Un golpe seco contra el piso superior lo saco de sus pensamientos. Apago el fuego de la sartén asegurándose de no dejar nada sobre la estufa y corrió escaleras arriba con un montón de ideas atorándose por entrar en su cabeza, pensaba lo peor...

Jimin pudo haber entrado en pánico de nuevo.

Jimin se había caído en el baño.

Jimin no estaba bien.

Pero nada lo preparo para lo que encontró en la habitación cuando abrió la puerta de un solo golpe.

Su pequeño cachorrito estaba en el piso, con las mejillas coloradas y los cabellos pegados a la frente...su primer pensamiento fue fiebre, y hubiera rogado a cualquier dios que así fuera. Pero el aroma que comenzaba a saturar la habitación negaba cualquier esperanza.

Sin esperar un segundo, corrió hasta el pequeño cuerpo y reviso sus signos, como buen policía estaba entrenado en los primeros auxilios, así que desempeño todos los pasos. Respiraba, muy rápido y con dificultad pero lo hacía, su corazón corría mil kilómetros por hora dentro de su pequeño pecho y no parecía muy consciente. Con la mano le cubrió una mejilla, su piel estaba ardiendo pero el niño sollozo al sentirlo cerca. Trato de abrir los ojos pero lo único que logro fue ver un poco a través de las pestañas, le temblaba el cuerpo, su piel palpitaba... su panza dolía horriblemente.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora