-03-🍭

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Abrió la puerta como le fue posible y encendió las luces. Dejo las llaves en el gancho, la cerradura hizo correspondiente sonido al asegurarse.

Se descalzo los zapatos y encendió el resto de las luces, antes de sentarse con cuidado sobre el sofá vino tinto de la sala. No pudo volver a ver el rostro de Jimin desde que lo saco de aquel infernal lugar y moría por volver a hacerlo pero esta vez, bajo las luces claras de su hogar. Debía intentarlo.

−Jimin -froto la espalda delgada con una mano, los nervios bajo sus yemas- Hey campeón, ahora somos solo tú y yo ¿Qué te parece? Podemos hablar de lo que quieras –pensó un poco, el no confiaba aun, solo porque estaba aferrado a él no quería decir que no estuviera muriendo de miedo, debía dejarle ver que él no le haría ningún daño- Quizá... ¿Tienes hambre? Puedo prepararte lo que se te antoje, vamos campeón.

Tembló, el pequeño tembló muy fuerte y un segundo después estaba llorando tan duro, tan doloroso que Yoongi lo apretó muy fuerte y los balanceo despacio para calmarlo. Solo le había olido pero sabía, ese pequeño, por muy loco y depravado que sonara, era suyo y le dolía como el infierno verle sufrir... ahora, si a eso le sumábamos el hecho de que podía estar lastimado de alguna manera. Pensó en la imagen, aquella que le recibió cuando entro en la inmundicia de habitación donde le encontró ¡Santa mierda! Mataría a ese cabrón.

−Ya pequeño, ya. Debes confiar en mí, necesito cuidarte y ver si estás bien. Por favor... por favor...

Le sintió asentir bajo su mano mientras le acariciaba los cabellos, la humedad de las lágrimas resbalando por su cuello.

−Dime que necesitas ¿Te duele algo? ¿Comer? ¿Un baño? ¿Quizá dormir? Dime algo cachorro...

−H-Hambre... -Su voz era fina y muy rasposa, por no hablar, llevaba mucho tiempo callado o eso quería pensar y no llegar a la conclusión de que podía tener lastimada la garganta de gritar- Hambre, señor...

—No, no necesitas decirme así. Solo Hyung ¿Está bien? Soy tu Hyung de todas maneras.

Asintió una vez más, el niño, si no necesitaba hablar mejor se lo ahorraba y era algo que no le gustaba para nada.

— ¿Quieres algo en especial? Puedo darte Ramen, pan, leche, huevos revueltos, alguna sopa, carne o pollo...

—G-Galletas y leche –su voz fue amortiguada por la piel del cuello de Min, tan suave y temblorosa.

— ¿Solo eso? ¿Estás seguro? Eso no te saciara el hambre.

—Muchas.

Le sintió apretar los puños en su espalda, arrugando la tela del suéter con ellas, pequeñas inocentes que trataban de sostenerle, parecía esperar un grito o regaño ¿Qué cosas habría tenido que pasar para reaccionar así? Su corazón dolió.

—Todas las que quieras, tengo esas en forma de animalitos ¿Te gustan? –un apretón más fuerte en su espalda— esa serán, entonces. Vamos por ellas a la cocina.

Volvió a levantarse con el niño, esta vez más relajado. Las piernas colgaban por sus costados, ya no las escondía, Yoongi detestaría admitirlo pero comenzaba a dolerle la espalda por el peso extra. Sonrió para el mismo, parecía una mama canguro.

Llego a la cocina y pensó que sería demasiado incomodo buscar todo lo que necesitaba con Jimin enroscado en su cuerpo, si había un momento para despegarlo por fin, era ese y darle el valor, demostrarle que a su alrededor nada le dañaría, que estaba limpio y era sano. Se detuvo junto a la isla de la cocina y reposo el cuerpo de Jimin, sin dejar de sostenerle.

—Jimin, quiero que sepas que esta es mi casa, ahora también es la tuya. Nadie ni nada de lo que está aquí te hará el menor de los daños ¿Puedes creerme? Si puedes confiar en mí también puedes creer en mis palabras –Le tomo los brazos y trato de soltarlos pero hicieron su máximo esfuerzo por mantenerse allí- vamos pequeño, no me iré ni te dejare, esta es mi casa y no puedo ir lejos de ti. Estás conmigo ahora. Levanta el rostro.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora