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—Y-Yoongi Hyung~

—Sé que duele, pero debes relajarte un poco. Ya pasara.

—Uh~ d-déjalo Hyung, por favor, duele mucho.

—Lo siento Jiminnie, Hyung está siendo malo, pero debe hacerlo.

Yoongi limpio la lagrimita que resbalo por la mejilla redonda de Jimin, le ardía y él lo sabía bien pero si no desinfectaba las heridas de su labio y ceja cicatrizarían mal; además quería que desaparecieran lo más pronto posible, odiaba verlo así, maltratado y muy indefenso.

Después de que la trabajadora social le dejara pidió un domicilio a la farmacia: antiséptico, gasas, analgésicos, suero oral, vitaminas y alguna crema que ayudaba a que esos feos morados desaparecieran en tiempo record. Si todo iba bien pronto Jimin estaría como nuevo.

—Oye cachorro –Porque lo era, Jimin era un cachorro aun, pequeño y tembloroso- Me habías dicho que odias el color de tu cabello ¿Quieres que lo pintemos de otro color? Negro quizá...

—U-Uh~ -El niño se encargó de quitar la mano que se empeñaba en dar toquecitos sobre la herida en su ceja- ¿Podrías hacer eso?

—Si así lo quieres pequeño.

—Hyung, me gustaría mucho.

—Oh, entonces llamare a la farmacia y pediré lo necesario ¿Qué color quieres?

—C-Castaño o negro.

Min sonrió, el cachorro le tenía más confianza. Al despertar después de casi doce horas de sueño, subió a verlo pero le encontró vagando por las escaleras, hambriento y perdido. Le alentó a bajar y echarse sobre el mueble mientras le preparaba un caldo suave de pollo, Jimin lo había tomado con un par de galletas de sal.

Cuando termino llevo los platos hasta la cocina e intento lavarlos, pero Min le devolvió al sofá junto al botiquín, allí había comenzado a curarle las heridas del rostro, ya habría tiempo de encargarse del resto de su cuerpo. Desistió de seguir con la tortuosa cura cogiendo una tirita pequeña con dibujos de kumamon en ella, cubriendo su herida sobre la ceja.

—Listo campeón, vamos por ese tinte.

Llamo de nuevo a la farmacia y pidió un tinte negro y tres diferentes tonos de castaño, le dejaría escoger que le gustaba más. Pero mientras llegaba el domicilio se sentaría a hablar con Jimin y explicarle su nueva situación, todo cambiario para bien.

Dejo el teléfono sobre la mesa del centro y se sentó en el piso frente a Jimin que permanecía en el sofá.

—Jiminnie... debo hablarte de algo.

Jimin se tensó en su lugar, tenía miedo de lo que podría decir su Hyung. Asintió dejándole saber que tenía su atención.

—Sabes, tu... tu estas solo, no tienes ningún pariente con el cual ir, tus padres... lo siento, eso fue hace poco.

—Está bien, Hyung. Ellos están ahora en un mejor lugar, lo es desde hace un tiempo.

La madurez del niño lo dejo pasmado, cualquier criatura de su edad lloraría con solo el recuerdo pero el parecía muy tranquilo, llevaba la situación muy bien pero no por verle bien simplemente lo dejaría pasar, cuando el tiempo hiciera de su relación algo más reciproco, le enseñaría a expresar sus sentimientos.

—Vale, está bien. Ahora lo que debo decirte es acerca de dónde te quedaras...

Allí los ojos de Jimin si temblaron, miedo puro cubrieron sus pupilas ¿Su Hyung le estaba diciendo que debía irse? Oh, no. No le gustaba, la última vez que le dijeron eso termino en manos de esa gente horrible.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora