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Odiaba cuando eso le pasaba.

Odiaba tener que decidir entre dos clases diferentes de lechuga, solo porque una parecía más fresca y la otra, más grande. Teniendo en cuenta que la cena de esa noche sería algo de panceta de cerdo a la parrilla, arroz y vegetales, necesitaba escoger con cuidado la lechuga. A Yoongi le gustaba envolver todo en un buen trozo del vegetal, pero detestaba cuando se rompía al morderla y todo se salía del rollito. Por lo que sabía el menor, las dos lechugas eran las mejores a la hora de envolver algo en ellas... pero le gustaba cuidar los pequeños detalles que a Yoongi le parecían pequeños.

Por eso estaba allí, como un idiota en medio del área de verduras y frutas, frunciendo los labios en desacuerdo mientras miraba fijamente de una a otra bola de hojas verdes.

–Joder, estúpidas lechugas.

–Estoy cien por ciento seguro de que esas pobres lechugas no han hecho nada para merecer todo tu odio.

La voz a sus espaldas le hizo dar un pequeño brinco y voltearse alarmado. Por un segundo, estuvo a punto de tirar las lechugas a la cara de quien le había asustado de esa manera.

–¡Estúpido YuGyeom! ¿Quieres matarme de un susto? –El enfadado rostro de Jimin era casi adorable... bien, no casi, era completamente adorable.

–¡Dios no quiera! o tendré a Yoongi Hyung pateándome el culo hasta que muera y podría jurar que aun así me perseguiría hasta el más allá.

–Entonces no hagas esas tonterías.

–Es que es tan fácil asustarte ¡Y luego haces ese morrito de enfado! Eres un Omega muy tierno.

–Tú también eres un Omega, idiota –Jimin dejo las lechugas en la cesta, las dos, y desocupo sus manos para golpear el brazo de su amigo. Cuando se sintió satisfecho, peino sus cabellos hacia atrás y lo miro con renovados ánimos– ¿Y JungKook? Hace un tiempo que no lo veo.

–Tu mejor amigo esta frente a ti ¿Y preguntas por su Alfa? Que descortés eres Minnie.

–A ti te veo todos los días torpe, hasta comienzo a cansarme un poco de lo mismo ¿Por qué no te pintas el cabello? Llevas años luciendo igual.

–Déjalo así, me gusta su cabello oscuro –El Omega iba a responderle a su amigo, pero Kook lo hizo en su lugar, de una forma tan dulce, que las mejillas del Omega más alto se colorearon sutilmente –¿Cómo has estado Minnie? te ves bien, estar casado te luce.

–Casado y enlazado –YuGyeom, quien no perdía la oportunidad de molestar a su mejor amigo, ataco de nuevo y esta vez, cuando Minnie intento golpearle, se ocultó tras el cuerpo de su compañero, sacándole la lengua al sonrojado Omega.

Eso, hasta que JungKook dejo lo que llevaba en las manos, dentro del carrito de compras.

Preservativos y supresores.

–Bueno, parece que no seré el único que se vea tan lucido y enlazado.

En esa ocasión, fueron dos los sonrojados.

Cuando un Omega se enlaza por completo a su otra mitad, un cambio, sutil pero progresivo, toma forma en sus cuerpos. Jimin estaba muy cerca de cumplir diecinueve, pero aun así seguía pareciendo muy tierno: sus mejillas redondas, baja estatura y cuerpo esponjoso, no le dejaban parecer de su edad.

Ese hecho cambia por completo al completar el lazo. Los instintos Omega se desarrollan y envían señales a todo su cuerpo, claros y concisos mensajes: Seducción, reproducción, procreación. En el momento en que la mordida es combinada con la unión de sus cuerpos, ciertas hormonas despiertan de su letargo, dando órdenes y creando cambios tanto físicos como psicológicos. Las caderas se ensanchan, la piel se vuelve más tersa, firme y brillante; el cabello, que de por sí ya era sedoso, se vuelve abundante y casi perfecto en su forma. Las facciones del rostro tierno dejan paso a los rasgos maduros, pómulos altos, ojos llenos de expresión y promesa; lo único que no se altera es la esencia, aunque incluso su forma de pensar es reemplazada.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora