Los rayitos de sol picaban la punta redonda de su nariz.
Trato de ocultarse de la luz dando la vuelta en la cama pero un firme agarre sobre su cintura lo mantenía aferrado, se llamó a sí mismo a despertar y estrego sus ojos para acostumbrarse a la luz. Ya un poco más consciente de su alrededor quito la sabana que lo cubría y miro hacia abajo: un brazo alrededor de sus caderas, su cuerpo desnudo.
Los colores atacaron el rostro de Jimin, se mordió los labios, nervioso al sentir el pecho contra su espalda, hinchándose en cada respiración, su Hyung tenía el rostro enterrado en sus cabellos, sus piernas eran un desorden enredado.
Una sonrisa le adorno los labios al recordar la noche anterior, eso, sin duda alguna, había sido diferente; Yoongi había tenido razón, se sintió en casa dentro de sus brazos, su cuerpo recibió sus caricias con la mejor de las bienvenidas. Aunque también estaba avergonzado hasta la muerte ¿Cómo miraría a su Hyung a la cara después de... aquello? Dios santo, había sido tan íntimo, tan especial; aun podía recordar la sensación de las manos del mayor sobre su piel, recorriendo cada centímetro, tocándolo tan gratamente. Cerró los ojos y se permitió recordar aquella mirada que le adoraba, ese cuerpo que le había cubierto por completo, su desnudez... Yoongi Hyung era demasiado sensual. Reprimió un jadeo cuando aquel escalofrió recorrió su espina dorsal, quizá no había sido buena idea dejar su a su mente revivir todo aquello.
Era el último día de su celo aun.
Aunque no estaba solo. Sabía perfectamente que Yoongi le ayudaría, que podría confiarle cualquier cosa porque era su pareja. Qué lindo sonaba eso, pareja, se regocijo al recordar el momento de la mordida, los dientes rasgando su piel, marcando; el primer lazo estaba formado y era fuerte, había logrado sentir el placer de Min justo después del suyo, sintió su pasión, su sinceridad... el inmenso amor mientras le rodeaba entre sus brazos.
Un gruñido algo molesto vibro tras su espalda, Yoongi estaba despertando y esperaba no haber sido el quien lo molesto.
—Mmh... —El brazo a su alrededor se tensó y apretó, pegándolo por completo al cuerpo semidesnudo. Sentir la piel de sus brazos y pecho directamente con la suya era... simplemente magnifico— Buenas días, Jiminnie.
—B-Buenos días, Yoongi Hyung —Quería voltearse y poder verle, le encantaba verle despertar, con ese par de hermosos ojos gatunos perezosos y el cabello revuelto... pero estaba demasiado avergonzado así que escondió el rostro en la almohada y apretó la sabana contra su pecho.
Min abrió un poco los ojos y se encontró solo con la cabellera castaña, quizá necesitaba retocar pronto el color, algunos mechones dorados brillaban por la luz del sol.
Quería verlo, besar esas hermosas y esponjosas mejillas que se hinchaban al dormir mucho, quería perderse en la miel de su iris y abrazarlo todo el día, pero sobretodo moría de ganas por ver la marca sobre su cuello, la nueva razón de su felicidad. Jimin era suyo legalmente, eran pareja, se pertenecían.
Ah, pero estaba ocultándose. Recordó que había olvidado vestirle antes de quedarse dormido, así que el cuerpo entre sus brazos estaba desnudo...y ¡Mierda! Se moría por recorrerlo a besos de pies a cabeza.
— ¿Mi pequeño Mochi esta avergonzado? —la mano que le sostenía la cadera se deslizo hacia arriba y le acaricio con la yema de los dedos el abdomen, provocando sensibles cosquillas.
—Hyuuuung~ —El infantil ruego de Minnie provoco que divertidas pero dulces y roncas carcajadas dejaran los labios del mayor— No se valeee~
—Lo que no se vale es que te escondas de mi —Yoongi le tomo por la cintura y volteo el cuerpo cubierto de mantas hasta dejarlo boca arriba. Jimin se apresuró a jadear y cubrirse el rostro con las manos, podía jurar que estaba tan rojo como nunca. Así que aprovecho la distracción y quito las sabanas de su cuerpo, metiéndolos juntos entre ellas; separo las piernas con sus rodillas y paso cada una de ellas a los lados de su cuerpo. Lo cubrió por completo apoyando una mano al lado del desorden de cabellos que era su cabeza y tomo las delgadas muñecas entre la otra, llevándolas hasta arriba, descubriendo su rostro.
ESTÁS LEYENDO
My Little, Just Mine.
FanfictionPara nadie es un secreto que entre Alfas y Omegas existen las parejas destinadas, aunque nadie dijo exactamente cuando llegaban, mucho menos a que edad. Jimin recuerda muy poco a sus cortos once años de vida, lo único que sabe es que el infierno en...