Hoseok colgó el teléfono. Yoongi le había llamado esa mañana para que se encontraran en su casa más tarde, no quiso darle explicaciones por medio de una llamada pero le prometió decírselo todo, una vez seguros en su hogar.
No tenía idea de que podría ser tan delicado como para pensar que una llamada telefónica era peligrosa, pero confiaba en Min, siempre lo haría.
Cerró la puerta de su estudio y bajo las escaleras. En el segundo piso de su casa tenían la oficina en donde el se dedicaba de vez en cuando a trabajar y el estudio donde TaeHyung practicaba su arte. Le encantaba ese cuarto, el aroma a pintura fresca y lienzo le recordaba sus días de enamorados, cuando le cortejaba y la primer esencia que captaba en él era el de aquella mezcla colorida a la que sólo Tae podría dar vida; era un verdadero artista, sus cuadros compartían un sentimiento en cada trazo, contaban historias entre colores y cobraban vida a la vista. Por eso eran tan bien conocidos.
Aunque en esos días se veía un poco imposibilitado.
En su primer embarazo, los síntomas eran recurrentes pero no le privaban de pintar de vez en cuando; a pesar de ser gemelos los que crecían en su vientre fue un periodo tranquilo y poco estresante. Sin embargo, el segundo embarazo le tenía un poco enfermo: dolores de cabeza, náuseas, vomito, mareos y pequeños colapsos. Hoseok vivía al pendiente todo el tiempo y le pidió de favor no subir al estudio mientras él no estuviera en casa... le daba pánico que se descompensara en medio de las escaleras.
Pero era sábado, así que estaban tranquilos en casa. Había preparado el almuerzo y entretuvo a los gemelos con alguna película mientras Tae tomaba una merecida siesta, esa mañana su estómago le levantó de la cama muy temprano y el dolor de cabeza que le siguió le hizo llorar frustrado. Habían ido al médico luego de que pasaran dos semanas y los síntomas, en lugar de desaparecer, parecían duplicarse. Tenía tres meses de embarazo y el bebé estaba en perfecto estado, aún así, nada explicaba porque los síntomas agresivos.
Buscó a los cachorros al rededor de la sala pero no estaban y sospechaba donde podría encontrarlos. Caminando con sigilo, abrió la puerta de su habitación y, sonriendo, se recostó contra el marco a admirar la escena: TaeHyung dormía plácidamente, rodeando una almohada entre sus brazos y piernas, el cabello desordenado y su boquita abierta mientras suspiraba relajado; los niños también estaban allí, dormiditos frente a su papá como si le hubiesen estado vigilando. Estaban creciendo, no podía creer que un par de años atrás los cargaba orgulloso entre sus brazos, sus cachorritos varones, sus gemelos preciosos... ahora, pronto cumplirían siete años y estaban emocionados por la llegada de su hermanito o hermanita menor.
Luego de grabar aquella hermosa imagen tras sus párpados, volvió su camino hasta la cama y se metió en ella, pegando su pecho a la espalda del Omega, enterrando la nariz en sus frondosos cabellos chocolate y envolviendo la delgada cintura bajo su brazo.
Con delicadeza, apartó la tela delgada del pijama y cubrió por completo bajo su palma protectora el pequeño vientre que comenzaba a notarse redondo y algo tenso. Recordaba que, en el tercer mes de gestación de los gemelos, el vientre de su pareja era casi el doble que en ese momento y le parecía tierno que allí dentro, en ese pequeño y tierno vientre, estuviese creciendo su bebé.Inhalo con fuerza, llenando sus pulmones con el delicioso y suave aroma de TaeTae embarazado, su Omega y su pequeño cachorrito juntos bajo la palma de su mano. Desviando su atención, dirigió los labios sobre la piel de su nuca, al cuello y de allí a la mejilla; acercándolo más contra su cuerpo, protegiéndolo en su pecho, regocijándose en la suavidad de su hombre, adorándolo cariñosamente.
Una mano delgada cubrió la del Alfa, entrelazando los dedos en donde sus argollas descansaban. TaeHyung murmuró entre dormido y abrió los ojos despacio: lo primero que sintió fue a su esposo sosteniéndolo en su sueño, consintiéndolo como solo el sabía; y frente a él estaban sus hijos, sus pequeños cachorros tan dulces e inteligentes. TaeMin era abrazado por TeaJoon, y estaban tan juntitos que le recordó a la pequeña bolita de mantas y bebés que eran cuando nacieron.
ESTÁS LEYENDO
My Little, Just Mine.
FanfictionPara nadie es un secreto que entre Alfas y Omegas existen las parejas destinadas, aunque nadie dijo exactamente cuando llegaban, mucho menos a que edad. Jimin recuerda muy poco a sus cortos once años de vida, lo único que sabe es que el infierno en...