Jimin estaba concentrado, observando el fondo traslúcido de la taza donde el té de color rosa hondeaba suavemente. Era amargo, pero podía soportarlo, lo haría sin importar que.Aunque, aun cuando el doctor les dijo que era seguro y esperaron el tiempo necesario para dejar al té hacer efecto, Jimin tenía miedo. Claramente lo haría, tenía solo dieciocho años y tres días atrás su vida sexual se había convertido en una muy activa ¿Si era aquel anticonceptivo seguro? Pasó otro trago amargo y volvió a mirar el fondo de la taza; realmente necesitaba que lo fuera porque un bebé a su edad no era una opción.
Pero Yoongi tenía casi treinta.
Apresuró otro trago del té y terminó con la taza. Su Hyung era lo suficientemente mayor como para desear un hijo, los instintos de un Alfa a esa edad eran sencillos: cortejar, marcar, crear descendencia. Pero el mayor aún seguía en la parte del cortejo hasta hace poco y llevaban tres días de haber creado el lazo, entonces ¿Era correcto esperar más? Como Omega, su ciclo fértil se extendía hasta los treinta y cinco, pero para esa edad Yoongi tendría cuarenta y seis.
Suspiro algo indeciso. Min no aparentaba la edad escrita en su identificación porque los años en el parecían haberse detenido en los veinticinco o algo semejante; para Jimin era igual, aunque tenía dieciocho años, casi diecinueve, parecía un chiquillo con mofletes gorditos y expresión tierna. Tener una gran diferencia de edad no era un problema, pero los instintos sí.
Mientras estaba en medio de su larga cavilación, Min, quien estaba buscando algún menú rico en proteínas y vitaminas para su esposo agotado por los días anteriores llenos de calambres y necesidad, entró al cuarto de hotel mientas cargaba un par de bolsas de papel con el logotipo de algún restaurante cercano. Como macho Alfa no podía darse el lujo de dejar a su pareja sola mientras pasaba el último día del celó sin ninguna protección. Normalmente los primeros dos días son puro deseo y necesidad, un dolor subliminal que es únicamente saciado con placer, el tercer día es de descanso y alguno que otro encuentro lento. La diferencia del cuarto día era bastante notoria: sensibilidad tanto física como emocional y el descontrol total de aquella pequeña glándula odorífera situada en la base del cuello y vientre bajo.
Aquel aroma dulce, intensificado y mezclado con el suyo colmaba cada rincón del cuarto que el Alfa se había encargado de cerrar cuidadosamente, sin dejar una sola rendija o ventana abierta porque si una partícula de ese aroma escapaba, tendrían a un gran lobo negro caníbal engullendo Alfas que osaran aspirar una sola calada de lo que a él le pertenecía. Por esa misma razón era que no pedía servicio a la habitación. un extraño frente a su cachorro en celo ¡Ni loco!
La boca se le hizo agua y dejó las pesadas bolsas sobre la mesa más cercana, se sacó los zapatos y la chaqueta para ir en busca de su pequeño y tierno esposo.
Le encontró en el sillón del cuarto principal, con una tácita en la mano y su mirada miel concentrada en el líquido que suponía, era el anticonceptivo. Dentro de aquel cuarto hacía frío porque el aire acondicionado fue regulado a baja temperatura a pedido del menor quien tenía calor por el enloquecido revoloteo de sus hormonas.
—Hola cariño —Yoongi no se había dado cuenta, estuvo tan hechizado por aquel aroma que se encargaba de notificarle cuán fértil estaba su Omega que por un momento olvidó ese lazo en su pecho que vibraba suavemente, no se concentró en sentir el tórrido flujo de dudas en el de cabellos platinos— ¿Aún tienes calor?
–Hyung –Aquello ojitos miel le miraron y Yoongi supo que algo no iba bien, se sentó justo al lado del Omega y le hizo una pequeña señal para que se sentara en su regazo. Jimin no le hizo esperar mucho y se acomodo en el tibio lugar que era su preferido, escondiendo el rostro contra aquel amplio pecho que le brindaba protección y resguardada la otra parte de su alma– Tengo miedo.
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My Little, Just Mine.
FanfictionPara nadie es un secreto que entre Alfas y Omegas existen las parejas destinadas, aunque nadie dijo exactamente cuando llegaban, mucho menos a que edad. Jimin recuerda muy poco a sus cortos once años de vida, lo único que sabe es que el infierno en...