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Yoongi se froto las manos y suspiro derrotado.

Esa situación no le gustaba, estaba feliz, encandilado con que hubieran elegido una fecha cercana para el matrimonio. No era muy complicado, de todas formas eran dos hombres y todo era más sencillo... de cierto modo; pero cuando repartieron las invitaciones comenzó su calvario.

Desafortunadamente Jimin no tenía familiares o algún pariente sanguíneo al que invitar, su familia eran ellos y ya todos estaban en la lista... pero Yoongi sí que los tenía.

Su madre, su padre y un hermano menor al que no veía desde hace un par de años. Su vida familiar no fue de las mejores experiencias y no tuvo nada que ver el hecho de sus gustos diferentes porque siendo un alfa, su naturaleza no se le puede juzgar pero... lo que esperaba su padre del hijo mayor era muy distinto a lo que él quería.

Min no nació para dirigir una aburrida multinacional, usar trajes caros y estar de aquí para allá metido en un carro de millones de dólares con chofer y guardaespaldas abordo; no, no, no. El nació con deseos extremos, con ganas de ayudar a su sociedad y eso a su padre no le gusto. Al principio pensó que era un alfa anormal con complejo de inferioridad pero a medida que fue pasando el tiempo se encontró con un carácter bastante duro y problemático que no le dejo otra salida que dejarlo en paz.

Es allí donde la disputa comienza.

El gran señor Min decidió cobrarle cada una de sus malas elecciones con su hermano menor, su consentido y adorado hermanito.

Al ver que su primogénito no heredaría ni tenía ganas de hacerlo, decidió casar a su hijo menor con un buen partido, un hombre de negocios que demostrara el valor para dirigir su empresa en un futuro; y lo encontró. El menor de los Min era un beta muy dulce, tranquilo y risueño, quienes le veían pensaban que era omega por su complexión delgada y falta de carácter... pero Min amaba a ese chico con todo su ser.

Hasta que contrajo matrimonio y el monstruo de marido que su padre le busco, prohibió rotundamente cualquier contacto entre ellos, porque no necesitaban estar en contacto con un pobre policía mediocre. Por supuesto Yoongi renuncio a todos los beneficios de la familia, cosa que su abuela paterna no dejo que sucediera y por eso su patrimonio era tan grande pero, con todo el orgullo que le cabía en el cuerpo y sus grandes pelotas de hijo de puta, podía decirle a cualquiera que los lujos de los que disfrutaban él y Jimin eran fruto de su arduo trabajo como policía. Había ascendido rápido por su inteligencia y desempeño, se esforzó sol a sol para no depender de su padre o su apellido y llevaba casi diez años sin cruzar palabra con nadie de su familia.

Por eso mismo estaba tan frustrado, porque Minnie le había pedido que por lo menos intentara invitar a su abuela ya que conocía la relación con sus padres, una en la que su madre nunca hizo ni el menor esfuerzo por remediar, y el completamente inexistente posible contacto con su hermano menor.

¿A quién iba a enviarle esa invitación que quedaba? Estaba seguro de que si le llegaba a su abuela ella no dudaría en asistir pero ¿Estaba realmente seguro de querer involucrar a Jimin con ese apellido y todo lo que su familia significaba? Todo ese dolor, todo ese desastre ¿No era suficiente ya? Pero se lo había prometido y, siendo demasiado sincero, prefería pasar por el trago amargo de tener cerca a su familia que ver desilusión en la mirada del cachorro.

Tomo el sobre y deslizo la delicada y sencilla tarjeta entre los dedos, una sonrisa boba se formó entre sus labios. No podía creer que solo quedaban menos de dos semanas para que todo tuviera sentido, para poder gritarle al mundo lo que estuvo ocultando por años. Quería que supieran cuanto amor podía llegar a sentir por ese hombre, todo lo que sacrificaría por verle sonreír siempre.

My Little, Just Mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora