Desconocido
—Es ella.
Una chica rubia, con cara y cuerpo preciosos, salió del cementerio. Llevaba un vestido blanco que volaba con el viento, al igual que su cabello.
—¿Cómo se llama?— pregunté.
—Germany.
Que nombre tan ridículo.
—Pero que ridículo. Si hubiera crecido conmigo no tendría que sufrir todos los días de su vida por ese feo nombre.
Todos rieron.
—¿A quién visita en este horrible lugar?
—Alexander Anderson, señor. Su hijo.
Mi hijo. El malagradecido que decidió quedarse del lado de Elizabeth.
—¿Sabe algo?
Payton buscó entre sus hojas y después habló:
—No, señor. Cree que es hija única, que su madre es una simple diseñadora de modas y que su padre se suicidó. Ah, también cree que Dallas era su verdadero padre.
—Lo último todavía no se puede negar, así que la chica no está tan equivocada en cierta forma— arreglé mi corbata y miré el reloj—. Llegó mi turno.
Bajé del auto.
Germany
Después del recuerdo que tuve, el dolor de cabeza aumentó. Todo me daba vueltas y no sabía como mis piernas se mantenían caminando.
Sentí como tropecé y esperé sentir el golpe, que nunca llegó.
Unos brazos fuertes me atraparon. Por un momento pensé que era Chase. Era una posibilidad, porque él me estaba esperando en su auto.
—¿Se encuentra usted bien?— preguntó una voz gruesa y espeluznante.
—Sí, estaba un poco distraída, eso es todo.
Alcé la mirada y lo pude detallar bien. Parecía un hombre de unos cuarenta y tantos años. Su piel era muy pálida, el cabello lo tenía de un rojizo extraño y sus ojos eran de azul claro, como el cielo.
Me sorprendí muchísimo con su físico. Tenía un parecido enorme a Alexander, casi fue como tenerlo al frente, de nuevo.
Sonreí y el hombre frunció el ceño, confundido ante mi sonrisa.
—No se espante, no estoy loca. Es que usted se parece mucho a una persona muy importante para mí— aclaré.
Su frente volvió a la normalidad y sonrió.
—Tienes una sonrisa muy bonita. Y me alegra que yo sea el que la haya causado.
Después de decir eso, se formó un gran silencio y todo se volvió muy incómodo.
Ignorando todo el parecido con Alex, algo en él se me hacía conocido. Su sonrisa era espeluznante y su voz me ponía los pelos de punta.

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El destino
RomantizmEl destino. Es inevitable, sobrenatural e impresionante. Todos piensan que es algo bueno, sin embargo, no lo es en todos los casos. Te puede llevar a lugares y momentos horribles, o traer malas personas a tu vida. Mi pasado fue así por obra del mar...