Chase
Todo se fue a la real mierda.
No sabíamos en qué lugar se encontraba London, Germany estaba demasiado asustada aún y no quería ni dirigirme la palabra, y yo... Yo estaba hecho un desastre por la culpa que cargaba.
Algunas horas antes...
—Atiende el teléfono, cariño— Germany tomó mi mano por sobre la mesa y le dio un ligero apretón, para que atendiera el molesto celular que no paraba de sonar desde hacía ya varios minutos.
—No quiero interrupciones hoy— lo ignoré otra vez para terminar prestándole atención a la graciosa historia de London, de cuando había ido a visitar al tío Naden.
Sí, me había perdido de muchas cosas. Tal parece que ahora Naden era mucho más cercano a Germany y London.
—...un globo en forma de corazón azul, y un agodón de azúcar.
—¿Y estaba rico?— le pregunté.
Pero cuando él estuvo a punto de hablar, sonó otra vez el teléfono.
Juro que el sonido me daría un tic nervioso muy pronto.
—¡¿Pero quién murió?!— exclamé, exasperado.
—Contesta, Chase. No pasa nada.
Le seguí la corriente a la señorita y atendí el teléfono de una vez por todas. Era un número desconocido, así que cuando me lo llevé a la oreja fue una gran sorpresa escuchar la voz de Dave.
—Tienes que venir— exigió, sin siquiera saludar.
—¿Qué? ¿Por qué? Te dejé claras las cosas, Dave, no quiero nada que tenga que ver contigo ni con esa mierda de acade...
—Elizabeth está aquí, junto a Estean y Lara. Están como locos, Chase, y me están pidiendo explicaciones. Claramente, no puedo darlas porque ni yo sé en donde estás.
Me alejé mucho más de mis acompañantes, ignorando las preguntas que me hacía Germany, algo preocupada.
—Diles que fui a comprar algo, no sé, lo que sea.
—No me creerán. Y tengo miedo de lo que puedan hacer.
—Solo dilo, llegaré pronto— y colgué.
No necesitaba ni un solo reclamo más de su parte, y la verdad, ya estaba demasiado preocupado como para aguantar más peso en mi espalda.
Salí corriendo hacia la habitación y comencé a vestirme rápidamente.
—Hey, ¿todo bien?— preguntó Germany a mi lado—. Aún quedan brownies en la cocina y me preguntaba si los querías tú o yo podía... ¿Me estás escuchando?
—No, no tengo tiempo— le arruiné la sonrisa en la cara de golpe.
—¿Disculpa?
Me detuve y la miré a los ojos, rogando con todas mis fuerzas a quien sea que estuviera en el cielo para no perder la concentración por tenerla al frente.
—Dave está en problemas. Necesito irme.
Enseguida su expresión cambió a una neutral. Y mierda, odiaba cuando ella se ponía así. No me gustaba.
—No te pongas así, es solo que...
—Ve, por mí no hay problema— dio la media vuelta y comenzó a caminar, parándose en la puerta para volver a verme—. Solo... no olvides que tienes un hijo, ¿sí?
—Germany...
—Tranquilo, Chase. Sea lo que sea, sé que terminará mal. Siempre es así. Con lo nuestro siempre es así.

ESTÁS LEYENDO
El destino
RomanceEl destino. Es inevitable, sobrenatural e impresionante. Todos piensan que es algo bueno, sin embargo, no lo es en todos los casos. Te puede llevar a lugares y momentos horribles, o traer malas personas a tu vida. Mi pasado fue así por obra del mar...