11. Compromiso

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Todo en este capítulo me pone sentimental, porque es el amor que sueño tener algún día. Y esta canción no describe la historia de los personajes, pero sí describe cómo se sienten con el otro, por eso está aquí.

Germany

Cada vez que todo a nuestro alrededor llega a ser perfecto, ocurre alguna catástrofe que lo interrumpe completamente. Este no fue el caso.

—¡Payton!— chillé al instante que vi su cara.

—¡Germany! ¿Qué pasó o qué?— como el más campante me abrazó, sin enterarse de mi emoción.

Habíamos jurado que su muerte era segura. ¿Cómo era esto posible?

—¡Estás vivo, tonto!— le pegué en el hombro, entre divertida y enojada—. ¿En dónde diablos estabas?

—Solucionando algunos asuntos, hermanita.

—¡¿Por qué no avisaste a papá?!

—No tengo que comentarle todo a papá.

Bien, estaba en lo correcto. Pero el susto que nos pegó por muchos días no era justo para nadie.

—¿Qué pasa? ¿Por qué todos me ven como si fuese un fantasma?

—¡Pensamos que eras un fantasma, idiota!— otra vez rodeé con los brazos a ese insensible ser que llamaba hermano—. Estean aseguró tu muerte.

—¿Bromeas? No dejaría que ese imbécil me matara ni en sus más lindos sueños.

En este instante era un peso menos en la espalda. No todo estaba tan mal y eso me hacía bien. Necesitaba que pasaran más cosas como estas.

Todos comenzaron a acercarse para saludarlo y bromear sobre su muerte, así que me separé para dar espacio.

Miré a Scott, quien sonreía al verme, como si yo fuera la cosa más linda del mundo, y no pude devolverle la sonrisa porque estaba demasiado ocupada lamentando cómo terminó nuestra historia.

Me dolía no poder corresponderle. Más cuando él se comportó como todo un hombre maduro, lo que me hizo aprender muchas cosas importantes de la vida.

Comprendía lo mucho que me quería y yo lo quería a él, pero mi amor por Chase se interponía en ese sentimiento. Mi futuro esposo sería él, nadie más. Estaba segura de que esa siempre fue una idea clara, incluso cuando estuvo ausente.

8 de febrero
Chase

—¡Es mi cumpleaños!— un London sonriente apareció en la cocina, para informarnos que era su cumpleaños por cuarta vez.

—¡Es tu cumpleaños!— Germany extendió sus brazos para alzarlo.

Aún vivíamos en la casa refugio, y ya pasados tres meses estar aquí se hizo completamente normal para nosotros.

Hoy era un día importante. No solo por ser el cumpleaños número tres de nuestro pequeñito, si no también porque era el día del robo a la organización. Siro y Abbey se fueron a su casa para coordinar las cosas con mi suegro desde hacía dos semanas. Los nervios nos tenían bastante alterados, aunque lo aprendimos a manejar bien.

Germany lloraba seguido. De vez en cuando pasamos horas llorando los dos, ella preocupada por la situación y yo por pensar en cómo podría proteger a mi familia, sintiéndome inútil mientras la veo romperse cada día más.

No tenía claro en qué momento habíamos llegado a vivir así. Tuvimos tiempo hasta de pensar en cómo seguir yo con mis estudios y Germany con su trabajo. Hasta planeamos en qué lugar viviríamos después de este desastre.

El destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora