SI

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Narra _____:

El duende pomposo nos guio escaleras abajo donde se encontraban unas vías, muy parecidas a las de un tren, solo que estas eran de los carritos que nos unían a las bóvedas. Griphook tomo el "volante", ya que el pomposo estaba más concentrado en sonreírle a la vida de mierda que se nos aproximaba que a dirigir el carrito, esto gracias a que Harry lo tenía bajo la maldición Imperio, por eso nos dejó pasar.

Me senté justo detrás de Hermione a espaldas de Ron, siempre tuve la idea de que si estas en una montaña rusa y te sientas hasta atrás, la caída se siente mucho menos, aunque esperaba que la sensación no fuera nada similar a una real, ya que tuve la fortuna de nunca conocer las bajadas de Gringotts por que mi bóveda era la 52 y tenia la ventaja de no tener bajadas.

El carrito comenzó a avanzar y me sujete muy fuerte, es sorprendente la velocidad que puede tomar en tan solo unos segundos. Las bajadas eran asombrosamente aterradoras, no podía evitar sentir un nodo en el estómago.

-¡Me voy a morir!- grite en una de estas que me resulto mortal, incluso sentí como mi trasero se levantó del asiento.

-¡No vas a morir!- me respondió Ron.

El camino continuo y las bajadas me tomaban de sorpresa, ya que la melena de Hermione me tapaba la vista del camino.

-¿Qué es eso Griphook?- pregunto Harry al pasar por una cascada que parecía salir de la nada. Era enorme y en una vuelta pasaríamos por debajo de ella.

Griphook jalo el freno, pero este no respondió, fue como si el carrito supiera que queríamos evitar el contacto con el agua.

-¡Griphook!- le grito Ron con desesperación.

Lo que no queríamos sucedió y pasamos por debajo del agua, y justo después de eso el carrito se detuvo. Mi maquillaje ya no estaba, tampoco el de Ron ni su barba falsa, y Hermione, bueno, era otra vez Hermione.

Un faro muy pequeño con una luz que daba vueltas en círculos salió muy lentamente de la parte del frente del carrito y comenzó a sonar una alarma, de pronto nuestros asientos se guardaron y caí.

Un grito desgarrador emergió de mis pulmones, definitivamente nuestra caída libre no fue como la de Alicia en el País de las Maravillas, nosotros caíamos a un liso y rígido suelo de piedra, era horrible, una sensación de querer vomitar hasta los intestinos se apodero de mí.

-¡ARESTO MOMENTUM!- grito Hermione justo antes de ser impactados contra el suelo, deteniéndonos a escasos 10 centímetros de nuestra muerte.

-Bien hecho Hermione- dijo Harry poniéndose de pie con dificultad y dándome la mano.

-¡Ay no! Otra vez eres tú- exclamo Ron al ver a Hermione siendo Hermione.

-Es la perdición del ladrón- hablo Griphook -Lava todos los encantamientos o lo que sea que se utilice para intentar infringir la ley. Puede ser letal

-No ¿En serio?- pregunte irónicamente rodando los ojos.

-¿De casualidad hay otra salida?- pregunto Hermione.

-No- respondió el duende.

-¿Qué demonios hacen ustedes aquí abajo? ¡Ladrones! Cuando entregaste las llaves de...- comenzó a recriminarnos el duende pomposo al salir de su trance, pero fue interrumpido por Ron que le volvió a lanzar la maldición Imperio.

Justo en ese momento un rugido potente se escucho haciendo eco por todo el lugar, los cinco nos pusimos alerta y nos juntamos.

-¿Qué carajos fue eso?- pregunte con temor de lo peor.

Amor Prohibido  (Ron Weasley y Tu) - TERMINADA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora