"EN NOMBRE ̶D̶E̶L̶ DE NUESTRO AMOR" // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

CAPÍTULO 94: SIEMPRE T͟Ú͟ ͟Y͟ ͟Y͟O͟

Ryujin entra cojeando a la sala sosteniéndose un costado del dolor. Lia llora y corre a ayudarla a sentarse. Está cubierta de tierra, raspones y sangre. No sabe si tiene permitido acercarse, así que se mantiene a una distancia prudente. La pianista se recuesta en el sofá como puede soltando un largo suspiro.

-       ¿Mi amor qué te pasó?

-       Me caí de la moto.

-       Te lo dije –solloza-. Ve cómo estás. Voy por el botiquín.

-       No te vayas –toma su brazo-. Vamos a hablar.

-       Deja que te cure primero, se te pueden infectar las heridas.

-       Déjalo. Siéntate –hace espacio a su lado-. Estuve en casa de tus padres.

-       Ay Ryujin...

-       Hablé con tu mamá –suspira cansada-. No sé qué hará, le dije como me sentía... como te sentías tú y se fue a encerrar.

-       Por eso mi papá te trajo.

-       Tuvimos una charla muy importante.

-       Me la puedo imaginar –sonríe-.

-       Somos tú y yo contra el problema, no una contra la otra. Creo en nosotras. Lo podemos resolver.

-       Perdóname –habla con la voz rota-. Todo es mi culpa.

-       Ven aquí.

Lo de ir contra el problema, en vez de contra el otro, le ha cambiado la vida a muchas parejas. Ryujin y Lia empiezan a aplicarlo en su relación y ayuda bastante a su convivencia.

Ambas lloran en los brazos de la otra hasta calmarse. Agradeciendo en silencio y en voz alta por tenerse, pero sobre todo por amarse.

Lia ayuda a Ryujin a bañarse y luego a curar sus heridas. El resto del día se quedan acostadas solo charlando y recordando viejos tiempos. Sus labios no se despegan de la piel de la otra ni un solo momento.

Lia se siente pequeña en los brazos de Ryujin que la abrazan. Su corazón se pone cálido de lo protegida que se siente. Apoya su cuerpo con cuidado sobre el de la pianista, recorriendo con sus labios la piel expuesta de su cuello y clavículas. Con sus manos, acaricia sus costados a medida que baja por sus senos donde se detiene a prestar a cada uno especial atención.

Ryujin suspira por el tacto de la lengua de la artista alrededor de sus sensibles pezones que muerde con suavidad.

-       Te amo Ryujin –vuelve a sus labios-.

-       Y yo te amo a ti.

La pianista toma el control del beso y de la situación. Pone a Lia bajo su cuerpo quitando una por una sus prendas. Acomoda su pierna derecha entre las de la artista iniciando una tentadora fricción. Lia se frota contra ella gimiendo sobre sus labios sin pudor.

-       Hay quienes dicen que el sexo de reconciliación es el mejor.

-       No te detengas. Estoy a punto de averiguarlo.

Ryujin aumenta sus movimientos y la intensidad de sus besos sobre los pechos de su Lia, logrando que llegue a un tembloroso orgasmo que apacigua arañando la espalda de su prometida.

Ryujin elimina los restos de su desastre con su boca hambrienta de ella. Presiona con su lengua justo donde la artista necesita haciendo que grite de placer sosteniéndose de las sábanas y del cabello de la pianista incitándola a ir más profundo. Ella la complace con sus dedos como el prodigio que es al moverlos sobre el piano. Los gemidos de Lia, con los años, se han vuelto su melodía favorita. Ama ser ella quien es capaz de crearlos. Ni la mejor pieza de Beethoven se le compara.