"EN NOMBRE ̶D̶E̶L̶ DE NUESTRO AMOR" // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

EXTRA 3: HWANGSHIN, PARTE 4

Yeji y Ryujin están por fin en la ciudad hace ya varios días. La rubia se encarga de traer lo que queda de la mudanza desde Cadsmorie. Ese día quedan en llevar su piano provisional y un par de cajas que alcanza a recibir antes de irse a ver con Yuna.

Se pone su mejor outfit, toma su abrigo y un beanie y se va a esperarla al restaurante en que quedaron.

Su corazón se acelera al verla entrar tan hermosa como siempre. Sus pantalones de dril y su camiseta de mangas largas que deja ver cuando se quita su abrigo blanco. No hay duda de que la belleza y elegancia de Shin Yuna es algo que mejora con los años.

-       Perdón por llegar tarde, a los clientes les da por llegar a última hora cuando uno se dispone a salir.

-       Estás hermosa –le sonríe sincera-.

-       Gracias, tú te ves preciosa también.

El mesero interrumpe su conversación, más no sus miradas de amor que se niegan mentalmente en llamar por su nombre.

-       Dijiste que querías hablar conmigo.

-       La verdad es que solo quería verte –ríe con timidez-. Quería ver cómo estás e invitarte a comer algo. ¿Qué tal la universidad?, ¿el profesor Gong te ha dado problemas?

-       El profesor Gong es el mejor profesor de la CSU.

-       ¿Qué te fumaste? –ríe-. Ese hombre es una pesadilla.

-       Pues conmigo es un amor y nos llevamos genial.

-       ¡Mira tú!

-       En todo lo demás me va excelente, de hecho logré que pusieran mi foto junto a la tuya en el cuadro de honor.

-       ¿Qué clase de hechizo le habrás lanzado a esa pared? –molesta-.

-       Mis encantos, inteligencia y una disciplina intachable, cosa que tú nunca pudiste tener.

-       Maldita presumida –ríe-. Me alegra que te vaya tan bien, ¿tienes planes para cuando te gradúes?

-       Quiero montar mi propio estudio de modas. Lo llamaré "Aquelarre".

-       Muy oportuno.

Entre risas y bromas se pasan la tarde solo charlando como amigas, eso se dicen. Yuna se ofrece a llevar a la chica hasta su departamento sin permitirle negarse.

En el camino no pueden despegar los ojos de la otra. Solo se sonríen cuando se descubren viéndose con tanta devoción. En cuanto llegan a su destino ninguna de las dos habla. Mantienen sus miradas en el frente, como con miedo de que si se ven a los ojos una vez más algo pueda pasar.

Yeji observa la mano de Yuna todavía posada en la palanca de cambios y se atreve a hacer un movimiento. Acerca la suya sigilosa hasta tomarla por debajo entrelazando sus dedos. El rubor las inunda a ambas de pies a cabeza.

Lentamente alzan su mirada y sus ojos se encuentran. Sus ojos se dicen de todo y se besan por todas partes.

Yeji pone su otra mano en la mejilla de Yuna acariciando ligeramente. Ella voltea su rostro besándola tan delicada, que la rubia siente que acaba de tocar el cielo con ese solo gesto de cariño. Sonríe tímidamente. Sin poder contenerse más, juntas dejan salir lo que su mente no permite a sus corazones expresar.

Sus labios se juntan desesperados por ganarles la batalla a los otros. Se han extrañado. El simple contacto hace que se escapen suspiros de alivio al sentirse por fin, y sus lenguas danzan de alegría ante el roce.