"EN NOMBRE ̶D̶E̶L̶ DE NUESTRO AMOR" // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)

EXTRA 1: PRESA DE MI PASADO, PARTE 2

Ryujin POV.
Irónico que yo me esté aferrando a las esperanzas cuando era la primera en destruirlas hace un tiempo. Mis ganas de salir de este basurero son tantas que ya no me importa ir en contra de mis tales principios con tal de lograrlo. Lástima que tal como yo escupía esas palabras a la cara de los que me querían, el mundo las escupía en la mía sin piedad.

Las reuniones con la licenciada Gómez no albergan opciones viables para mi situación, por lo que acordamos que será lo mejor declararme culpable. Según, eso reducirá mi condena y no sé qué más, yo ya no estaba escuchando. Estamos a nada del último juicio. El definitivo. Daría lo que fuera por ver a Lia, o a Yuna, o a Chaer, o a Jihyo. Ellas son lo único que me motiva a presentarme a esas reuniones y tratar de mantener la compostura. No quiero que ellas sientan lástima de mí.

Ese domingo caminaba hacia el salón de visitas, cuando la veo del otro lado del cristal. Tan hermosa como siempre. Tenía un lacito rosa en su castaña cabellera que me rompe el corazón no poder acariciar. Sus ojos me ven con tanto amor, que al verme yo reflejada en uno de los espejos de la sala no puedo creer como ella sigue viéndome de esa manera sabiendo el desecho humano en el que me convertí.

Tengo que ser fuerte para no decirle cuanto la he extrañado. Tengo que poner mi peor cara para enfrentarla, y tengo que ponerme mi mejor coraza para no desmoronarme frente a ella al verla deshacerse en lágrimas por mi actitud grosera.

La observo con intensidad queriendo grabarme una vez más cada una de sus perfectas facciones. Sé que será de las últimas veces que la veré. Ella no sabe qué hacer ni decir.

Tomamos las bocinas a nuestro lado y nos quedamos así un par de segundos.

-       Hola –rompe ella el silencio-.

-       Hola –contesto cortante-. Tú no eres Jihyo.

-       Perdóname, tenía que verte –suspira-. Quería verte.

Y yo también mi amor, no sabes cuánto.

Siento la imperiosa necesidad de decirle que se vaya porque no sé si pueda aguantar más, pero callo las voces en mi cabeza de una sola. Si esta será la última vez que tenga a Choi Lia tan cerca de mí, entonces que se jodan, disfrutaré cada segundo de su presencia así ella salga de aquí odiándome más de lo que sé que lo hace.

-       ¿Cómo estás?

-       ¿Es enserio Lia?; ¿de verdad me estás haciendo esa pregunta?

-       Perdóname, yo...

-       ¡¿Qué quieres?! ¡¿a qué viniste?!

Perdóname...

Lia cierra los ojos como si mis palabras le entraran como puñales de hoja fría al corazón. Me siento como una mierda.

-       Vete –remato yo todavía-.

-       No. Quiero apoyarte.

-       No puedes hacer nada por mí.

-       Habla conmigo por favor, necesito saber cómo te sientes.

Me acomodo en mi silla asimilando su pregunta estúpida, porque lo es, no nos digamos mentiras.

Dibujo en mi cara la sonrisa más retorcida que tengo, sabiendo que con lo que le diré se irá y podrá hacer su vida afuera sin estarse preocupando ya más por mí.

-       Se robaron mi colchón, duermo en una lata fría y sin cobija. La comida es un asco, mi celda huele a mierda, he estado a punto de que me asesinen y me violen más veces de las que puedo recordar –aunque eso no es del todo cierto, puesto que sí, lo han logrado. Pero Lia no tiene por qué saber eso-. Me baño esposada a la pared y desnuda delante de un montón de pervertidas, y si te sigo contando el suplicio que es estar aquí encerrada no me va a alcanzar ni la condena para acabar de contarte. En pocas palabras estoy perfectamente, ¡de puta madre!